Mas ajuste. ADN
El presidente Mauricio Macri llegó a Río Negro y confirmó que el camino del ajuste no se detiene. Dejó a salvo la obra pública, pero dijo que seguirán los recortes en el Estado que, en esta provincia, afectará al INVAP. Y le dijo a los empresarios del sector turístico que se está diseñando un plan para flexibilizar las leyes de trabajo en la región patagónica, para reducir los costos laborales.
Macri no habló de las economías regionales, como la fruticultura, y hace tiempo que el Plan Patagonia está archivado. Centró su entusiasmo en el auge turístico, alentado por la devaluación del peso. Sin embargo, ratificó que el recorte de 300.000 millones de pesos prometidos al Fondo Monetario Internacional se hará en tiempo y forma. La prédica del Presidente fue siempre adelante del gobernador Alberto Weretilneck, quien le había prometido a ATE resistir el ajuste.
Por el contrario, el mandatario nacional aseguró que tiene el aval del rionegrino y explicó que su ministro de Economía, Agustín Domingo, mantiene reuniones con su par Nicolás Dujovne y el titular de Interior Rogelio Friegrio, y que de esas reuniones saldrá el acuerdo de cómo será en Río Negro la reducción de transferencias de Nación en materia de coparticipación, unos 2.300 millones de pesos.
En efecto, Domingo estuvo el jueves en Buenos Aires. Al finalizar el encuentro -ante la consulta de este medio- prefirió no hacer comentarios. Pero los ministros de otras provincias ventilaron parte de lo que el gobierno nacional les está pidiendo a las provincias para cumplir con el pacto fiscal y al acuerdo con FMI, entre las cuales figuran la reducción de subsidios a la Patagonia (gas, luz, combustibles) y hasta el recorte del 40% por zona desfavorable a trabajadores y jubilados.
Pero Weretilneck no cuestionó el plan de la Casa Rosada. El viernes, recibió a Macri en Bariloche con una boina al estilo peaky blinders, una serie de Netflix de la que el Presidente es fan. La obra se desarrolla en la Inglaterra de Winston Churchill y aborda el surgimiento de bandas gangsters asociadas al juego clandestino, la protección a bares y el tráfico de armas.
El gobernador se conformó con la promesa de Nación de no frenar la obra pública en la provincia, incluida una posible ampliación del aeropuerto de Bariloche. Macri no está dispuesto a perder la única acción de gobierno que le reporta algo de buena imagen. Las rutas 22 y 23 seguirán su curso con el esquema actual, pero los demás emprendimientos serán bajo la modalidad PPP, un mix público privado al que el FMI se opone, por el fracaso que tuvo en otros países de la región y Europa.
Tampoco está dispuesto a archivar el proyecto de la central nuclear. «No me resigno», «está en debate» dijo el jefe del PRO ante la consulta periodística, y aseguró que será un polo de desarrollo unificando criterios de trabajo con el Balseiro y el INVAP.
Las políticas de la Casa Rosada impactaron fuerte en la Patagonia y, por lo que se anuncia, viene un período peor. Esto afecta las chances electorales de Cambiemos en Río Negro y obliga a Weretilneck a seguir dando pasos de separación del macrismo, aunque por su estilo, sigue siendo una trámite confuso.
El apego del gobernador al peronismo federal tampoco parecería ser un salvavidas político, ya que sus referentes no miden en la provincia y por ahora, son mal calificados por la ciudadanía. Un claro ejemplo es el senador Miguel Pichetto que tiene, junto a Macri, los peores índices de popularidad. Y es que no ayuda la estrategia de gobernabilidad ni de oposición responsable. Un dirigente del sector sinceró: «o cambiamos de estrategia o no tenemos futuro».
Uno de los problemas es que ser un «peronismo moderno» colocó al espacio (en ciertos sectores de la sociedad) como co-responsable del momento de crisis profundo que vive el país. Un efecto colateral, además, es el handicap que le dan a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner que, en silencio, sube en la intención de voto y baja su imagen negativa, lo que la animó a ampliar Unidad Ciudadana a todos los territorios.
Es cierto que para 2019 falta mucho y en Argentina todo puede pasar. Pero no es menos verdadero que la crisis es de las más importantes de la democracia. Así lo traslada en mundo pyme. «Cuando dicen que éste es un gobierno para ricos o de CEO’s, es cierto» manifestó un dirigente del sector rionegrino que viene pidiendo a Weretilneck que reduzca el impuesto a los Ingresos Brutos.
La referencia es a que a los sectores concentrados de la economía nacional este modelo les cierra, pero pone en peligro a los pequeños y medianos empresarios, productores y comerciantes, que son los responsables del 80% de los puestos de trabajo privado en el país.
Para colmo, los gremios ya anuncian medidas de fuerza y el traslado de la lucha a las calles por el deterioro del salario y la pérdida de empleo. Por eso Macri (hablando de recrudecimiento del conflicto mapuche) avisó que «no hay lugar para los que están fuera de la ley», un mensaje también para que quienes intensifiquen la protesta con piquetes. Eso pone en jaque la tan mentada paz social de la que hace gala Weretilneck.
El gobierno convocó para el 3 de agosto a la UnTER, ATE y UPCN a paritarias, pero no habrá oferta. Sólo un inicio de diálogo para estudiar el efecto de la inflación. En lo que va del año, ese índice ya superó los aumentos otorgados. En la Patagonia es mayor al 16% y las arcas rionegrinas no ofrecen garantías para un incremento que se acerque a la proyección del 30% que las consultoras marcan para fin de año.
Por eso el oficialismo no quiere apresurarse a definir una fecha de elecciones ni candidaturas. Weretilneck quiere monitorear la evolución de la economía y la política nacional. De ello dependerá la estrategia futura, aunque ya tiene definido que impulsará el balotaje y la candidatura de su ministro de Salud, Fabián Zgaib, a la gobernación.
Ese dato ya circula en la política local. Por eso, el vicegobernador Pedro Pesatti se muestra cada vez más lejos ideológicamente del gobernador y sus posibles aliados nacionales, reivindicando gobiernos populares como el de Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Néstor Kirchner.
Pero no le será fácil al gobierno imponer la segunda vuelta, ya que la mayoría de la oposición se mostró contraria a que surja de un simple cambio en la ley electoral. Incluso, algunos jueces admiten que para incluir en Río Negro esa herramienta, debe hacerse con una enmienda o una modificación constitucional.