«La Patagonia no les importa»
(Por Germán Jalabert*).- La inflación no se detiene y el propio presidente la sitúa en torno al 30% para el corriente año.
El poder adquisitivo del salario ya cayó 4 puntos en el primer semestre y frente a eso la única propuesta presidencial es parafrasear a Lita de Lázari con su clásico “camine, señora, camine”.
En medio del invierno más crudos de los últimos años en nuestro país, al gobierno solo se le ocurre hacernos calentar, no con energías sino con anuncios de más medidas económicas de aumentos de tarifas y quitas de subsidios.
La política de ajuste permanente tiene un límite y ya lo hemos alcanzado. El presidente es consciente de eso y en estos días en la ciudad de Córdoba, reconoció públicamente que la economía entró en recesión, confirmado el dato del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de mayo que mostró una caída del 5,8%.
Pero ayer nos despertamos con el decreto 702 de reducción de las asignaciones familiares a los trabajadores de nuestra región y con nuevos aumentos a las tarifas de transporte, luz y combustibles. A ellos hoy se suman otros anuncios más de quita de la zona desfavorable a los jubilados.
El ajuste selectivo en lugares donde hay pocos votos, demuestra las prioridades de un gobierno que está más preocupado por su reelección que por la resolución de los problemas de su gente ¿O acaso no saben que el adicional por zona no es un beneficio sino una compensación por los mayores costos que implica vivir en zonas donde todo cuesta más y las condiciones son más desfavorables que en el centro del país?
Quitar las retenciones al campo y pretender compensar esa pérdida de ingresos achicando el sueldo de los sectores más vulnerables de la población, como nuestros abuelos y familias, demuestran cabalmente lo que podemos esperar de este gobierno.
El esfuerzo debe ser compartido
En estos 2 años y medio de gobierno de Macri los mayores beneficiarios, sino los únicos, fueron justamente las exportadoras, los bancos y los grandes capitalistas. En esta hora de zozobra deberían ser ellos los que aporten la parte más grande del ajuste. Por ejemplo:
Volver a poner plazos para que los exportadores liquiden los dólares que tienen. Y con ese dinero compensar la quita que se pretende hacer de las asignaciones familiares y zona desfavorable de los jubilados.
Parar con los tarifazos y renegociar los contratos con las petroleras y empresas generadoras, transportadoras y distribuidoras de energía extendiendo los plazos de concesión a cambio de un reacomodamiento paulatino del precio a largo plazo. Y así ayudar a la economía familiar para que puedan volver destinar ese ingreso al consumo.
Otorgar una amnistía fiscal a las Pymes, comerciantes y monotributistas que hoy se encuentran ahogados por la alta carga impositiva y la caída de sus ventas por la recesión, facilitándoles además el acceso a crédito bancario a tasa subsidiada para que puedan salir del mercado informal de crédito que los ahorca con tasas usureras imposibles de cancelar.
No es factible plantear medidas que impliquen un esfuerzo que no sea compartido equitativamente, además estas decisiones deberían ser debatidas en el congreso, y formar parte de un plan tendiente a salir del estado de postración de nuestro país. Es decir que se nos podría pedir un esfuerzo en el marco de un programa que tenga un norte, un objetivo que vaya más allá de la sola reducción del déficit fiscal. Un norte de bienestar para todos, pero justamente lo que el gobierno nacional ha perdido es el norte, y viene por el Sur…
*Agrupación Raúl Alfonsín- UCR Río Negro