Ingeniería electoral. ADN
La crisis no relega los planes electorales y la mayoría de los espacios políticos diseñan -aún en el laboratorio- diferentes estrategias para enfrentar la elección a gobernador del año próximo. Las recetas incluyen segunda vuelta, colectoras, fechas diferenciadas y múltiples votaciones.
Quien tiene la llave, es el oficialismo. El gobernador busca definir la fecha que, en principio sería entre abril o mayo, alejada de la contienda nacional para evitar ser víctima de grieta como el año pasado. Así será, excepto que el peronismo federal logre hacerse camino entre el macrismo y el kirchnerismo, porque ahí Juntos tendría un anclanje nacional.
Para apuntalar ese camino, en los pasillos de la Casa de Gobierno aseguran que habrá una foto de Alberto Weretilneck con los popes de «Alternativa»: Juan Manuel Urtubey, Miguel Pichetto, Juan Schiaretti y Sergio Massa. De esta manera, consolida el camino que inició con el salteño en Bariloche y permite «juego propio» al pichetismo en Río Negro.
Una de las ideas que circula en JSRN -en esa línea- es que haya dispersión electoral. Imaginan un escenario como el de 2003, cuando Miguel Saiz logró mantener al radicalismo en el gobierno, ganándole -muy justo- a Carlos Soria (PJ), relegando a un ascendente Julio Arriaga (FG) y al candidato kirchnerista Eduardo Rosso (MARA). Pero no todos acuerdan y ven esa estrategia de alto riesgo. Por eso, insisten en la reforma electoral para incluir el balotaje. ¿Por qué? Todas las encuestas indican que Martín Soria se impondría en 2019, pero tiene su techo entre el 40 y 43% dependiendo de la medición.
Hay quienes reniegan del balotaje. Aseguran que si el candidato que gana en primera vuelta tiene un alto porcentaje, lo aumenta en segunda. Y remarcan -aunque no sea el mismo caso- que el Frente para la Victoria en las PASO de agosto obtuvo el 42% y en las generales de octubre más del 50%.
Lo que sí está determinado es no ir en alianza con Cambiemos. «Es un ancla» repiten. Y juran que no habrá intento de re-reelección, una afirmación que pocos creen. Incluso, fuentes del oficialismo aseguran que se repetirá la fórmula Weretilneck-Pesatti que caminará hasta que haya una determinación judicial que, probablemente, impida al cipoleño encabezar el binomio, pero será a poco del comicio.
En Cambiemos hay ilusión de ir en tándem. Hasta promueven en frente «anti-Soria». Pero no encuentran eco en JSRN por lo que, en el último encuentro en Sierra Grande, se debatió en si era conveniente armar una lista de legisladores (sábana y circuito) colectora del oficialismo. «El partido del Presidente no puede no tener candidato» se opusieron los PRO más duros.
¿Por qué una colectora? Porque saben que es casi un hecho que las elecciones provinciales serán separadas de las municipales, lo que convertirá a 2019 en un escenario de múltiples votaciones. Por eso, los intendentes de Cambiemos -cuando fueron recibidos en la Residencia- llevaron un larga lista de reclamos que fueron concedidos, esperan así tener herramientas para mantener sus bastiones. En el Frente para la Victoria también manejan ese dato y, probablemente, les pidan a los jefes comunales ir con la fecha nacional.
Ronda aún en el aire la pregunta: ¿habrá PASO? La ley está vigente, pero el gobierno no piensa en utilizarlas.
En el campamento del intendente de Roca, creen que en cualquier escenario hay triunfo. El Congreso del PJ aprobó la construcción de un frente amplio. De todos modos, calculan los costos de un armado pichetista (si hubiera) y ven que esa opción no cuaja en Río Negro, un territorio donde el presidente Mauricio Macri tiene una imagen negativa del 70% y Cristina Fernández de Kirchner no detiene su alza en las preferencias, regalando al Peronismo Federal al 10% de las adhesiones.
Así y todo no descuida el daño. Por ahora, Soria logró contener a la mayoría de los dirigentes que antes reportaban al senador Miguel Pichetto. Pero no descarta que si se abre ese espacio del FPV, en una elección de dispersión, resienta la cosecha de votos que tiene prevista. Otro tema preocupa al jefe del PJ: la fórmula. Ya vio que cuando se insinúa que puede ser la senadora Magdalena Odarda, hay mucho ruido. Algunos dirigentes piensan que abrir la fórmula «no suma». Ése será un arduo debate. Algunos imaginan a la intendenta de Conesa, Alejandra Más, otros a la concejal de Bariloche, Ana Marks, está anotada la ex intendenta María Eugenia Martini, y habrá más nombres.
¿Y Cambiemos? En caso de ir con candidato y no en colectora, la puja sigue intacta entre el diputado Sergio Wisky y el intendente de Cipolletti Aníbal Tortoriello. Suena cada vez más fuerte el jefe comunal de Viedma, José Luis Foulkes, como vice.
En todos los espacios imaginan estrategias, hacen cuentas y repasan candidaturas. Está en juego el gobierno provincial.