Narcopolítica. ADN
Javier Iud y Luis Ojeda sortearon la etapa de formulación de cargos y no irán a juicio por corrupción de menores, una acusación que generó una fuerte polémica en Río Negro, y ahora piden que se investigue la conexión del narcotráfico con la política en San Antonio. También en el resto de la provincia. Aliviados, admitieron que sus vidas sociales y sus carreras políticas están terminadas, pero ahora quieren saber quién o quienes los metieron en el barro.
La decisión de la jueza de garantías Itziar Soly provocó fastido en el Ministerio Público, desde donde aseguraron que seguirán recolatando pruebas y testimonios para volver a acusar al legislador y al intendente. Sin embargo, varios magistrados indicaron que la resolución fue correcta porque la acusación fue imprecisa, vaga y no tenía los elementos suficientes para llevar al estrado a los dirigentes.
Esto abrió una fuerte interna entre ambos organismos del Poder Judicial y puso -otra vez- en el eje de la tormenta a la fiscal Paula Rodríguez Frandsen que suma cuestionamientos. Fuentes judiciales compararon los hechos imputados a Iud y Ojeda con la causa Bernardi en Viedma. En los casos, denominados popularmente de «la banda de los viejos» había más certezas del accionar. Pero desde la Procuración critican a Soly por que actuó arbitrariamente y contraponen esta resolución con otros de similares características.
«La política metió la cola», aseguran desde el Ministerio Público. Pero la definición no solo contempla una valoración sobre la resolución de la jueza, sino que abren el abanico al caso completo que, de seguir la investigación, podría arrojar más datos sobre otros dirigentes implicados en el consumo prostitución, drogas y alcohol. Pero además, creen que la motivación de la denuncia también tiene que ver con intereses partidarios.
Misma teoría tienen Iud y Ojeda que apuntan a la interna peronista en San Antonio.
La no formulación de cargos dejó en off side a varios sectores políticos y sindicales que salieron a pedir la renuncia del legislador y el intendente. A salvo quedó el bloque del Frente para la Victoria, los intendentes del PJ y los concejales de SAO que sostuvieron la inocencia de sus «compañeros». También salvó la ropa el oficialismo que se mantuvo en una postura prescindente, esperando la resolución judicial y asegurando que si hubiera un pedido de desafuero, se otorgaría.
Pero antes del viernes, había certezas, en todos los sectores políticos, que habría formulación de cargos y los dirigentes tendrían que afrontar un juicio oral. Incluso, varios voceros hicieron circular la idea que Ojeda se había quebrado frente a su familia asumiendo una supuesta culpabilidad. Nada de eso ocurrió.
El caso no quedará acá. Pero hay alivio en toda la dirigencia porque el tema amenazaba a colarse en la agenda electoral. Ahora, con el campo despejado, los partidos seguirán con su ingeniería de cara a las elecciones del año próximo.
Quienes no perdieron el tiempo fueron los radicales que se reunieron el viernes en Darwin. Fue notoria la ausencia de la intendenta de Los Menucos, Mabel Yahuar. Quedan muy pocas voces en favor de un acuerdo con Juntos y la mayoría quiere fortalecer Cambiemos pero liderarlo. Arrancó el operativo «columna vertebral». Proyectan al jefe comunal de Viedma, José Luis Foulkes, y a la diputada Lorena Matzen, entendiendo que su par del PRO, Sergio Wisky, no sube en las encuestas y que sigue en la indefinición el mandamás de Cipolletti, Aníbal Tortoriello.
Un tema que generará tensiones.
Mientras tanto, el oficialismo movió su tablero de ajedrez y promocionó una foto del gobernador Alberto Weretilneck con el senador Miguel Pichetto. Alegaron diálogo y trabajo conjunto para frenar el ajuste en Río Negro que estaba previsto en el Presupuesto nacional. El vice, Pedro Pesatti, bancó ese trabajo y destacó al jefe de la bancada del justicialismo federal, aunque mantuvo sus críticas al macrismo por sus políticas neoliberales.
«Usan la foto para dividirnos» dicen en Roca. Por ahora, el PJ se mantiene unido y el pichettismo no piensa sacar los pies del plato, pero advierten que los tienen que convocar para el armado de listas y en el plan de gobierno. No quieren perder espacios frente a los nuevos aliados (Frente Grande, RIO, Solcialismo) y alegan que la columna vertebral del FPV es el PJ. Insisten en que cuando Pichetto y Carlos Soria unieron fuerzas, se ganó la provincia.
Por eso, no quieren ingresar en provocaciones. Apuntan al legislador Marcelo Mango. Sin embargo, no detienen su marcha en el armado del peronismo federal y ven a Pichetto integrando la fórmula presidencial. A fines de noviembre o principios de diciembre habrá un encuentro del espacio en Bariloche, donde estarán el Senador, Sergio Massa, y los gobernadores de Salta y Córdoba, Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti.
«En el escenario puede estar Martín (Soria) o Alberto (Weretilneck)», torean. El espacio lógico es para el presidente del PJ rionegrino, pero «si duda mucho…». El gobernador rionegrino da señales de integración al peronismo federal y ése puede ser un punto que defina la fecha de elecciones en la provincia.
Pero un hecho llamó la atención esta semana. La diputada María Emilia Soria no estuvo en votación del Presupuesto. Su oposición al proyecto del gobierno de Mauricio Macri fue muy contundente, pero la dirigente alegó que salió del recinto al anexo para amantar a su hijo y que fue alcanzada por las gases lacrimógenos durante la represión en los alrededores del Congreso. Afectada, tardó en recuperarse y cuando quiso volver, no pudo superar el vallado por el operativo policial.
Algunos dirigentes descreen de esa versión. Incluso, circuló el rumor sobre un acuerdo con el massismo para darle un guiño a un sector del PJ. Nada concreto. ¿La teoría? Evitar la dispersión en Río Negro y cerrarle los caminos a Weretilneck al ingreso del peronismo federal. ¿El sustento? La foto que Soria produjo con Massa en la Fiesta de la Manzana hace un par de años.
Por eso Juntos sigue con su prédica de ir en abril o mayo a elecciones, separadas de las municipales y las nacionales. «Plata o mierda» graficó un dirigente. El objetivo es comprometer a todo JSRN, intendentes incluidos. «Si perdemos, no hay destino para nadie».
En esa lógica sigue en mente la idea de la reelección de Weretilneck, que volvería a presentarse con Pesatti en binomio. Ya tuvo una señal de la Justicia. Ante las consultas, desde el Poder Judicial dijeron que el balotage no tiene chances de introducirse en la Ley Electoral a menos que haya enmienda o reforma constitucional. Pero hay una luz para debatir la re-re.
El artículo 175 expresa: «el gobernador y el vicegobernador pueden ser reelectos o sucederse recíprocamente por un nuevo período y por una sola vez». En el oficialismo aseguran que Weretilneck fue electo en 2015, porque en 2011 llegó como vicegobernador y debió reemplazar a Carlos Soria, por lo tanto, no habría re-re, sino reelección.
De todos modos saben que será esta alternativa podría ser judicializada, pero confían en que en alguna instancia (Superior Tribunal o Corte Suprema) tendrían la habilitación. ¿Y si no? Sigue en marcha el plan Santiago. Sube Pesatti y agregan a alguien al bonomio, pero eso ocurrirá al final de la campaña. Confían en la buena imagen de Weretilneck para el arrastre de votos.
Pero… ¿el PJ invalidará la reelección? Martín Soria imagina una contienda con Weretilneck. Las encuestas lo favorecen. Además, evitaría el mote de «proscripción» y la «victimización» del oficialismo. Sin embargo, esta alquimia quedará confirmado cuando lo hechos ocurran, si es que ocurren.