La ministra Stanley reconoció un aumento de la pobreza
«Ya lo dijo el Presidente, con el impacto de la inflación y de algunas medidas económicas, claramente el próximo puede ser un índice que dé un poco peor que el ultimo que se anunció», dijo la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, quien de esta manera reconoció un aumento en la medición de pobreza.
Por su parte Página12 publicó que especialistas consultados por el diario advierten que en el último año 2,5 millones de personas en todo el país empeoraron su posición económica y pasaron a ser pobres en términos de su ingreso monetario. Ese número se basa en una estimación porcentual de pobreza por ingresos del 33/33,5 por ciento para el cuarto trimestre del año pasado, lo cual implica un fuerte incremento respecto al mismo período de 2017, cuando se registró una tasa de pobreza del 26,3 por ciento.
«Vamos a esperar los números que dé el Indec y en ese momento, como hacemos siempre, explicaremos qué es lo que pasó y cómo vamos a seguir trabajando. El año pasado, a raíz de una inflación un poco más alta de la esperada, priorizamos estar al lado de las familias», sostuvo Stanley. A fines de marzo, el Indec publicará el dato de pobreza en la medición semestral. Se espera que el dato del segundo semestre del año pasado ronde el 31,5 por ciento, por encima del 25,6 del mismo período de 2017.
Según el Indec, el índice general de salarios tuvo en noviembre de 2018 una suba nominal del 27,9 por ciento frente al mismo período de 2017, mientras que la inflación general de ese período fue del 48,5 por ciento y el incremento de los precios de la canasta de pobreza, del 52,9 por ciento, lo cual implica una diferencia de 25 puntos frente a los salarios. Además, los jubilados comenzaron 2018 con un haber mínimo de 7246 pesos que ahora está en 9300 pesos, un alza del 28,3 por ciento, 20 puntos por detrás de la inflación general. Al mismo tiempo, el indicador de la Secretaría de Trabajo arrojó un deterioro del empleo del 2,3 por ciento en 2018.
En base a esos datos parciales, el sociólogo y especialista en estadísticas sociales Diego Born calculó que la pobreza en el segundo semestre de 2018 se ubicó en el 31,5 por ciento, lo cual implica un incremento de 5,9 puntos en la comparación interanual. Además, calculó que en el cuarto trimestre la pobreza se ubicó en el 33/33,5 por ciento, siete puntos más frente al mismo período del año previo. En términos absolutos, serían 2,5 millones de personas que pasaron a ser pobres, ya que cada punto de aumento equivale a 450 mil personas en todo el país. En tanto, el investigador del Conicet Daniel Schteingart coincide en que la pobreza en 2018 tuvo un aumento de siete puntos porcentuales, mientras que el Observatorio Social de la UCA midió un aumento de la pobreza algo menor, aunque el punto de llegada es el mismo: 33,6 por ciento.
«Hablé con Jorge Todesca –titular del Indec– con quien venimos trabajando desde el principio, y le dije que este Gobierno busca transparentar los datos, hablar con la verdad, que es la única manera de poder transformar la realidad, y desde ese lugar respetamos el trabajo que viene haciendo el Indec, un trabajo independiente que finalmente pudo volver a medir la pobreza», señaló Stanley.
Uno de los temas recurrentes de la confección de indicadores es la medición multidimensional de la pobreza, que supone incorporar elementos que exceden al ingreso monetario, tales como el acceso a la educación, la salud y la infraestructura básica. La titular de la cartera de Salud y Desarrollo Social mencionó que «hoy por hoy, lo que hace el Indec en medición de la pobreza es el índice que respetamos, que valoramos, y a través del cual seguimos midiendo la pobreza en la Argentina».
Según la última medición multidimensional de la pobreza que confeccionó Unicef Argentina, el 48 por ciento de los niños, niñas y adolescentes en la Argentina son pobres, proporción que se ubica en el 38 por ciento para la población total. El organismo que depende de Naciones Unidas considera que al menos una carencia en cuestiones educativas, de protección social, vivienda adecuada, saneamiento básico, acceso al agua segura y hábitat seguro es suficiente para que el hogar sea considerado pobre desde un punto de vista multidimensional.