Miedo y polarización
(ADN).- Weretilneck plantó anoche el eje de la campaña electoral y definió su convocatoria a los rionegrinos. Acudió al miedo y a la polarización personal entre él y Martín Soria y estableció que el ring del combate tendrá la dimensión de la provincia.
Copió el principal recurso que Durán Barba le acerca a Mauricio Macri: instalar el miedo de lo que puede venir y paradójicamente temor al cambio. Instalar a través de Cristina Fernández de Kirchner el espejo de Venezuela y Maduro.
El discurso del gobernador no deja dudas en dividir la elección entre «buenos» y «malos». Abundó en esta dicotomía: «la diferencia entre nosotros y nuestros adversarios, es que nosotros somos buena gente, dijo en el Círculo Italiano de Cipolletti. «Se elige entre el orgullo rionegrino o la vergüenza rionegrina» y términos aún más duros. Enfatizó en que «el 7 de abril se vota entre previsibilidad o improvisación, entre diálogo o autoritarismo, entre humildad y soberbia, entre paz o violencia».
Así planteó la disputa electoral. Sin nombrar a Soria desafió a los rionegrinos a elegir. No mencionó al gobierno nacional, ni a Cambiemos, no hizo referencia al peronismo o el FpV. Sólo una pelea personal. El proyecto del gobierno se reduce al Plan Castello.
Alambró la provincia frente a factores exógenos que hagan peligrar su propósito de reelección y advirtió «que no nos quieran plantar banderas pintadas en Buenos Aires y que significan división y violencia».
Weretilneck recurre al miedo como un factor profundo de la psiquis, es una sensación desagradable más aún cuando se la vincula a la violencia.
Así será el discurso hasta el 7 de abril.