Falta trabajo pero sobran las oportunidades laborales
(Rubén Chorny-Urgente24).- En los corrillos del sindicato de mecánico SMATA, es comidilla que las terminales suspenden personal mientras compran robots, y el gremio no tiene más remedio que pugnar para que sea reubicados a los reemplazados. En Vaca Muerta, los nuevos petroleros para la tecnología del fracking son profesionales terciarios, en contraposición a los fortachones antiguos antecesores de la industria que operaban equipos mecánicos en los pozos convencionales. Ahora que la desocupación se instaló en las entrañas productivas del país, queda más al descubierto que, paradójicamente, 6 de cada 10 selectores de personal afirman tener dificultades para encontrar talento para los puestos vacantes, uno de los valores más altos de la última década.
Es preocupante ver cómo, sea por achicamiento o por incorporación tecnológica, crecen las dificultades de trabajo y va siendo cada vez mayor el tendal que queda en la calle, sin capacidad de respuesta para reinsertarse en el mercado laboral, cuando la recesión lo desencadene.
ManpowerGroup, Mercer y el resto de los consultores no logra conciliar la cantidad de CV (curriculum-vitae) sin destino, por ahora, que acumularon con la demanda de capacidades técnicas, que quedan en un 30% sin cubrir, como tampoco un 21% de perfiles que no encajan con el expertise requerido.
Los gobiernos, que están más pendientes de las urnas y del dólar, parecen no disponer de tiempo para dedicarle a la problemática estructural del empleo a partir de políticas universitarias que sirvan de puente a esta verdadera grieta en la Era del Conocimiento, ya que de eso depende la futura generación, empezando por los millennials. Mal que les pese a los políticos de turno, alguna vez Argentina, tendrá que arrancar del atolladero en el que fue empantanada.
Además de cuánto costará el dólar, hay algunos otros temas cruciales que deberían atraer la atención de la dirigencia política en Argentina y siguen en veremos: el país se “vende” como proveedor de commodities alimenticios y rica fuente de recursos naturales, como hidrocarburos, litio y agua, mientras supera el 9% de desocupación, un tercio de la población está sumida en la pobreza y lidera el ránking de escasez de talentos que elabora la consultora internacional Manpower Group.
A través del más reciente reporte de INdEC, correspondiente a 2018, podría debatirse mucho acerca de 1,75 millón de personas de carne y hueso que se quedaron sin trabajo o nunca lo tuvieron.
La desocupación empeoró respecto de 2017, ya que se agregaron 400 mil nuevos desocupados, pero de acuerdo con el pronóstico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este año habrá 120.000 más.
El dato, al igual que el último que revela oficialmente la existencia de 14,3 millones de pobres, con los 2,5 millones incorporados en el último año, contrasta con el imaginario de país que siempre presumió de ser rico y de brindar oportunidades de trabajo a todo el mundo.
Sea debido a «la política monetaria restrictiva, más una política fiscal restrictiva», según manifestó Christoph Ernst, especialista en empleo y desarrollo productivo de OIT Argentina, o a que seguirá la recesión durante 2019, tal como consigna el Informe sobre las Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo, lo cierto es que el próximo gobierno (aún, cuando Mauricio Macri fuese reelecto) recibirá una herencia desafiante: un nivel de desocupación en alza, entre 9,5% y 10%, en contraste con los restantes países de América Latina, que crecerán 2% y promediarán en torno del 8% de desempleo.
Lo paradójico es que falta el trabajo, pero sobran las oportunidades laborales, según advierten las consultoras internacionales como ManpowerGroup y Mercer.
La CEO de la firma estadounidense Mercer, Cecilia Giordano, presente en un encuentro llevado a cabo en Neuquén donde se trató el perfil tecnológico que asume la explotación petrolera no convencional y la demanda inmanente del capital humano, expresó en tal sentido la urgencia de encarar soluciones para este vacío ocupacional en una amplia mesa que integren gobierno nacional, provinciales, universidades, empresas, sindicatos y consultoras.
“No podemos quedarnos de brazos cruzados”, instó. Fue la 1ra experiencia in situ que la voz de alarma que había dado el estudio sobre Tendencias Globales de Talento 2019: cerca de las 3 cuartas partes (73%) de los ejecutivos prevén una disrupción significativa en los próximos 3 años, en comparación con la 4ta. parte (25%) registrada en 2018, anunció.
La transformación humana
La explotación de Vaca Muerta es la fiel demostración de que existen “importantes riesgos de capital humano, incluida la capacidad de cerrar la brecha de habilidades y superar la fatiga por el cambio que enfrentan los empleados, que pueden impedir el avance de la transformación”, como consignó el reporte.
Las papas queman porque la transformación digital acelera el entorno competitivo, ya que «el 60% de las compañías planea automatizar más trabajo e incorporar inteligencia artificial en los próximos 12 meses”, según la encuesta global de Mercer.
En todo caso, la recesión de la economía argentina y la crisis externa darán algún tiempo a plegarnos en este inexorable proceso, en el cual la gran incertidumbre no es el dólar en sí, sino que la inteligencia artificial y la automatización lleguen a reemplazar puestos de trabajo.
ManpowerGroup había enumerado entre los puestos más difíciles a cubrir en el país, pese a la creciente tasa de desempleo:
** trabajadores calificados (electricistas, soldadores, mecánicos),
** representantes de ventas (B2B, B2C, contact centers), y
** técnicos (controladores de calidad, personal técnico) e ingenieros.
Identifica asimismo muchas oportunidades en las nuevas tecnologías, como en la ingeniería química, en la aeronáutica, el petróleo.
Los puestos de IT que completa la lista son:
** expertos en ciberseguridad,
** administradores de red, soporte técnico,
** profesionales, como gerentes de proyecto, abogados, investigadores, personal de oficina, y
** choferes y maestros.
La escasez de talentos con orientación tecnológica ya recibidos en las universidades hizo que las empresas inclusive tuvieran que salir a tentar a alumnos que estuvieran cerca de terminar la carrera, y hasta de 4to y 3er. año, lo cual ha hecho disminuir la dedicación al estudio y por lo tanto la graduación.
De este modo, si lograr 1 ingeniero cada 4.000 habitantes por año había sido el objetivo trazado una década atrás, actualmente hay tan solo 1 cada 6.300 habitantes, cuando por ejemplo en países de avanzada como China triplican esa proporción.
Además, es preocupante que ocurra con el voluminoso Presupuesto educativo y la vigencia de la universidad pública gratuita.
Ingresan a las carreras relacionadas con ingeniería, 40.000 alumnos, pero 6 años después egresan 8.500, cuando se necesitarían recibir 2.500 más (hasta completar 11.000) para llegar a la meta de 1 graduado cada 4.000 habitantes que se estableció a nivel nacional.
Contrastan con las carreras de Sociales, Abogacía y Psicología, donde se reciben 4 veces más por año.
El Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano resalta que los graduados en Psicología por sí solos representarían más de la mitad de las 32 ramas de ingeniería juntas.
Suele atribuirse la reticencia de los estudiantes a seguir carreras vinculadas con la ciencia a dificultades para resolver problemas matemáticos, un poco por el déficit que traen de la educación secundaria, pero otro tanto por la pereza a sentarse 4 horas a estudiar la materia, tal como suele decir el veterano director del Centro de Estudios de la Educación Argentina de la UB, Alieto Guadagni.
Hay también bastante de prejuicio, si se tiene en cuenta que hay muchos más inscriptos en Ciencias Económicas que en Ingeniería cuando las matemáticas están presentes en ambas carreras.
Si se toman los últimos datos de la Secretaría de Políticas Universitarias, los graduados son exiguos en algunas ingenierías claves para el desarrollo nacional, como 13 metalúrgicos, 54 petroleros, 23 en hidráulica e igual número en minería, 7 en nuclear y 58 en aeronáutica.
La selección de las carreras y la formación universitaria se encuentra disociada de la inserción laboral futura, pero, además, algo falla en el sistema para que la tasa de graduación sea apenas del 21%, una de las más bajas del sistema universitario, que en total gradúa a tiempo al 30% de los estudiantes.
Guadagni sostiene al respecto que “en el nivel universitario, nuestra graduación es muy baja no sólo cuando se la compara con Francia, Japón o los países nórdicos, sino también respecto de México, Colombia, Brasil y Chile”.
Así es como, si bien en Argentina hay más estudiantes por habitante: 443 contra 384 cada 10.000 personas de Brasil, si se cruza la cantidad de ingresantes con los egresados 6 años después, en el país vecino da que son casi la mitad, mientras en el nuestro, baja a 30,3%, de acuerdo a los últimos registros disponibles.
Guadagni adjudica una de las claves de este fenómeno al ritmo anual de aprobación de materias de los alumnos universitarios y exhorta a que “los datos preocupantes motiven una toma de conciencia colectiva para fortalecer nuestro sistema educativo”.
“Hoy una de las especialidades tecnológicas en las que menos talentos hay en el país es la de ciberseguridad. Y lo que yo veo como country manager, fuera de lo que es la relación con los empleados, es una necesidad de desarrollar habilidades digitales a nivel general”, concluyó.