Un mundo de sensaciones. ADN
Hasta acá, la campaña electoral estuvo gobernada por la calesita de la sensaciones que hizo girar el proceso de judicialización, meneando la sortija de la habilitación o no de la nueva candidatura del gobernador Alberto Weretilneck. Pero ahora, y después de varias vueltas, es tiempo de pisar firme el suelo.
La Corte Suprema aceptó tratar el recurso presentado por el Frente para la Victoria -al que se sumó Cambiemos- y avisó que el viernes próximo se expedirá. El dato hizo ruido en el oficialismo que venía con el ánimo alto después del fallo del Superior Tribunal en favor de la habilitación. La calesita -para Juntos- comenzó con una sonrisa cuando el fiscal Trejo dictaminó que Weretilneck tenía derecho a participar del #7A, cayó al piso con la definición del Tribunal Electoral que lo sacó de carrera, pero volvió a sacar la sortija con la opinión del Procurador Crespo y el consabido visto bueno del STJ.
Para el FPV, ese sube y baja estuvo expresado por sus legisladores que iban emitiendo opiniones en consecuencia. Pero en Roca nunca cambiaron el humor. Desde el día uno, el presidente del PJ repetía que el caso llegaría a la Corte, sitio donde JSRN no tenía capacidad operativa. Martín Soria apostó a esa instancia. «Lo van a bajar» decía.
Los medios nacionales (Clarín, La Nación, Infobae, Página/12, La Política On Line) fueron en ese sentido. Apelando a fuentes judiciales, indicaron que el Máximo Tribunal frenaría las candidaturas del riojano Sergio Casas y el rionegrino.
Para agregar más incertidumbre al oficialismo, un legislador de estrecha confianza del senador Miguel Pichetto reconoció ante sus pares en la última sesión del Parlamento, que la Corte avanzaría hacia la inhabilitaciones, muy a su pesar. El espacio del pre-candidato a presidente de Alternativa está afuera del armado del FPV rionegrino y da señales de respaldo al PUL, donde se refugió el pejotismo residual. Esta semana Pichetto se fotografió con dirigentes de Viedma. Ya lo había hecho con su candidato a gobernador Alí Yahuar.
La relación entre Pichetto y Soria no tiene vuelta. El senador es sindicado como «cómplice» de las políticas de ajuste del gobierno nacional. Además, en el FPV lo ven aliado a Weretilneck. Y si había alguna duda, esta semana surgió el rumor -que salió a desmentir- que sería el candidato de JSRN si la Corte frenaba al gobernador.
El pichettismo y el PUL no son los únicos «compañeros» que hacen esfuerzos para que Soria pierda. Un grupo encabezado por el ex secretario General de la Gobernación, Julián Goinhex (enrolados en el peronismo federal), se reunieron con Weretilneck y el vicegobernador Pedro Pesatti -en diferentes oportunidades- dos veces en la última semana. Son dirigentes que llegaron con Carlos Soria al gobierno provincial en 2011. El nexo: Tania Lastra.
Para el círculo cercano al intendente de Roca, «son lastres» y los prefieren afuera. Sus esfuerzos están hoy concentrados en las recorridas por la provincia, que hace Soria junto a su compañera de fórmula Magdalena Odarda, planteando revertir el esquema político nacional: «la derrota de Macri comienza en Río Negro» aseguran, queriendo convertir a la provincia en el Waterloo macrista, ya que se espera que en la mayoría de los distritos que adelantaron sus elecciones -para evitar el efecto «ancla» del Presidente- se produzca una catarata de triunfos peronistas o kirchneristas. Eso, además, impulsaría la unidad final de cara a octubre.
Lo cierto es que Juntos tomó nota de la acción de la Corte. Esperaba que demorara el trámite o lo rechazara por tratarse de un tema estrictamente provincial, algo que aún puede suceder en el fallo que se conocerá el 22. La muestra del impacto fue el cambio en la estrategia. El oficialismo no hablaba de política, estaba concentrado en la gestión, el contacto de Weretilneck con los rionegrinos, los anuncios e inauguraciones de obras y la entrega de aportes, pero ahora amaneció la palabra «proscripción».
Weretilneck encendió la mecha en Cipolletti, lo siguieron Pesatti y el jefe del bloque de legisladores, Alejandro Palmieri. «No quieren competir con Alberto», «le tienen miedo» y «pierden» fueron las frases más repetidas, detrás, surgió el federalismo y la defensa de Río Negro. El oficialismo hará de la batalla en la Corte un tema de unidad, una causa, como fue en 2015 la discriminación por parte del gobierno nacional de la renegociación de la deuda.
«Se dicen federales y son lo más unitarios que hay», «van a Buenos Aires a buscar jueces», «quieren que desde allá definan la política de acá» resonó en la últimas horas.
Desde el FPV contestan que lo que está en juego es la Constitución. También Cambiemos: «no es personal, no es contra Weretilneck».
El problema para el macrismo es que este proceso fortaleció la polarización entre JSRN y el FPV. Hoy, el debate se instaló: «es entre Soria y Weretilneck». Esto también complica las chances de la izquierda, que venía en ascenso en las últimas elecciones, y se entusiasmó con lograr por primera vez en su historia un escaño en el Parlamento.
Si Weretilneck no es candidato… ¿crecen las chances del macrismo?
La candidatura del gobernador logró reunificar y aglutinar la tropa. Juntos venía disperso y en medio de una fuerte interna. Objetivo logrado. Además, sumó sectores de la UCR -para debilitar Cambiemos- y de la sociedad civil. Esa combinación de factores lo tornó competitivo. Hasta ese entonces, parecía que la suerte del oficialismo estaba sellada y se encaminaba a una derrota segura.
A pesar que nadie admite un «plan B», ya se puso en marcha. La idea es contener todo el armado y postular a alguien que garantice la polarización y el triunfo. Es decir, que no sea refractario ni permita fugas, y que -de la mano de Weretilneck- se encamine a la victoria. Por eso, aseguran, JSRN impulsó que haya color en la boletas, porque la gente identifica al gobernador con el verde y eso ayudaría a un «otro» candidato.
Este escenario multiplicó una pregunta: ¿se puede modificar toda la lista? Algunos ven a Weretilneck encabezando la sábana, pero desde la oposición indican que solo está impugnada su candidatura y por los demás tramos están habilitados y no se permiten cambios.
Pero hasta que no haya certezas, el oficialismo sigue adelante. Y sea cual fuere el resultado, la cara visible de la campaña seguirá siendo Weretilneck.