El sueño del partido provincial
(ADN). – Serán tiempos de análisis en el oficialismo para estudiar el devenir político del futuro, donde no estará ausente la consolidación de Juntos como un partido provincial. Alambrar Río Negro para fortalecer el caudal electoral de ayer y cotizar en la Nación.
El partido provincial siempre estuvo presente en el pensamiento de Alberto Weretilneck, que caminó un trayecto de su vida política junto a Julio Rodolfo Salto, en Cipolletti, participando en el inicio de los años 90 en la conformación del Movimiento Patagónico Popular.
Para el actual gobernador rionegrino el proceso político neuquino es un espejo. La vecina provincia parió en 1961 el Movimiento Popular Neuquino, donde participaron –entre otros- los hermanos Felipe, Elías y Amado Sapag, un espacio neoperonista en sus comienzos, que aún gobierna Neuquén. No debe olvidarse también otras experiencia patagónicas, como el Movimiento Popular Fueguino y el Partido de Acción Chubutense (PACh).
No habría que descartar este pensamiento para desarrollar en Río Negro.
Weretilneck tiene hoy ventajas objetivas que le trasladan los guarismos electorales: un peronismo atrapado alrededor del 30 por ciento de los votos, un radicalismo haciendo esfuerzos para no fenecer, el PRO y la CC-ARI comprometidos con un futuro atado a la suerte de Mauricio Macri y una izquierda, que sigue dispersa y no suma.
El escenario es tentador para proyectos hegemónicos provincialistas. Los rionegrinos demostraron -al menos en las elecciones- no estar lejos de esta idea. Arabela Carreras ganó con casi idéntico porcentaje que Weretilneck en 2015.
El planteo estará latente hacia el futuro, con la confianza en poder sumar adhesiones, incluso desde el peronismo, y afianzar el triunfo de ayer en las próximas elecciones municipales, donde JSRN tratará de fortalecer el dominio territorial en cada región rionegrina.