Polarización a la rionegrina. ADN
El triunfo -aunque ajustado- de Juntos en Cipolletti cimentó la idea de la «ola verde» y mostró el camino hacia la próxima elección de octubre. El oficialismo se consolida como proyecto provincial y busca ahora sus bancas en el Congreso de la Nación, en una puja -intuye- con el Frente de Todos.
Los sondeos muestran que en Río Negro no habrá grieta nacional. El macrismo está en baja y la derrota de Tortoriello sepultó sus chances de conmover al electorado. Según las encuestas que ya circulan, Juntos será quien dispute con la fórmula Fernández-Fernández los escaños en diputados y senadores.
El macrismo tiene varios puntos en contra: la mala imagen del gobierno nacional y el Presidente; la inclusión de Miguel Pichetto -por ahora- no le reportó intención de votos; y los candidatos locales no tienen capacidad de tracción positiva. El espacio se licua y si no obtiene un buen resultado en las PASO y octubre, camina a su reducción en la provincia.
Los caprichos del intendente de Cipolletti no pudieron revertir el resultado. Aníbal Tortoriello se salió de sus casillas en estos días en que el recuento de votos sigue confirmando el triunfo de Claudio Di Tella. El costo político es alto para el macrismo, más aún cuando Pichetto y Frigerio anunciaron que venían a festejar al alto valle el triunfo macrista.
Después del domingo, donde JSRN se impuso en la mayoría de las comisiones de fomento y municipios, varios intendentes radicales miran la Casa de Gobierno en Viedma esperando el llamado final para la firma del pase. Un caso aparte fue Fernández Oro. Su intendente, Mariano Lavín, directamente armó un esquema vecinal con respaldo del gobernador Alberto Weretilneck. Ya no se sentará en la mesa de Cambiemos.
Juntos también logró vencer en Luis Beltrán, la tierra del diputado Martín Doñate (candidato a senador, un kirchnerista paladar negro), un triunfo con mucho simbolismo político. Lo único que no pudo la ola verde fue pintar a Roca. María Emilia Soria obtuvo un triunfo contundente y mantuvo el bastión del PJ.
Ahora el oficialismo va por Bariloche y Viedma.
En la ciudad lacustre el Frente para la Victoria lleva tres listas. Y Cambiemos aún no definió si ratifica la alianza que componen la UCR, el ARI y el PRO y quiénes serán sus candidatos. Juntos gobierna de la mano de Gustavo Gennuso, quien irá por su reelección.
La capital provincial aún no tiene fecha de elecciones. Mañana estará definida. Un dato clave para intentar armar un escenario electoral certero.
Pero las buenas noticias políticas no tienen un correlato en todos los frentes. Al gobierno le asoma un conflicto gremial si no acuerda salarios este miércoles con ATE, UPCN y UnTER. Para colmo, la filtración del dato que Río Negro deberá endeudarse para pagar aguinaldos deja una idea endeble de las finanzas, algo que previo a las elecciones, no se avisoraba.
Después del 7 de abril, el gobierno comenzó a tener problemas de pago con sus proveedores. El conflicto visible fue con el sector médico y farmacéutico. Hubo corte de servicios a los afiliados al IPROSS. La emisión de Letras, el escaso ofrecimiento de aumento salarial (6%) a los trabajadores, y la escacez de recursos para clubes y el sector intermedio, mostraron otra realidad, distinta a la del superhávit.
En medio de un proceso inflacionario fuerte, los gremios pretenden recuperar capacidad adquisitiva. Y esperan un gesto (fundamentalmente ATE y UnTER) del gobierno. Esos gremios jugaron en favor del oficialismo en el proceso electoral. Ahora pretenden una devolución de gentilezas. Y es que están en pleno proceso de internas y los oficialismos quieren retener el poder.