La empresa privada metió violín en Bolsa
(Por Rubén Chorny*). – Alpargatas vende la participación textil en Argentina y se repliega en Brasil, si bien de la pizarra bursátil porteña ya llevaba ausente 7 años. Junto a Petrobrás y Tenaris, recientemente emigradas, constituyen el grupo de 45 las empresas desaparecidas del panel general en los últimos 20 años. La devaluación de la moneda, la inestabilidad y la recurrente recesión que campean en la economía achican en forma permanente al sector privado y, en consecuencia, circunscriben el limitado movimiento del mercado interno de capitales a los bonos que emite el Estado para financiar su gasto. Si bien la Administración Macri transcurrió la mayor parte de los 43 meses que lleva su mandato bajo el signo negativo de la actividad económica, no lo inventó: en los últimos 70 años, el crecimiento argentino fue tan solo del 2,7%. Pero como además, por las urgencias reelectorales, otra vez se congelaron los aumentos de tarifas públicas hasta que termine la campaña, la calificadora de riesgo Moody´s les degradó a 10 empresas argentinas de servicios e infraestructura la perspectiva de «estable» a «negativa», por lo que situó en estado de alerta a los inversores sobre cómo afectarán las regulaciones la evolución de sus balances en los próximos meses. Ya le había bajado también el pulgar a Arcor por considerarla demasiado endeudada en dólares en relación a sus ingresos.
La Bolsa de Comercio de Buenos Aires acaba de cumplir 165 años y han ido quedando cada vez menos empresas en el panel general: en los últimos 20 años desaparecieron 45 y del Merval, de las líderes, se fueron Tenaris y Petrobras, con lo que para el nuevo índice S&P Merval quedaron 20.
Aunque actualmente ya no fuera animadora de la pizarra bursátil porteña como en anteriores épocas, Alpargatas Argentina levanta campamento en el país en la rama textil, ya que anunció en un comunicado a la Bolsa de San Pablo, donde se encuentra radicada su casa matriz, en el cual confirmó la firma de acuerdos vinculantes para vender 4 operaciones en la Argentina (3 plantas en Corrientes, Catamarca y Florencio Varela y una desmontadora de algodón en Chaco), con el 1º de octubre como fecha límite.
O sea que de las 9 plantas que tenía se quedará sólo con 1 y de 3.900 trabajadores baja a 675 en la única planta, dedicada al calzado, que retiene en Tucumán.
En 2 años, debido a la caída de las ventas y la apertura de las importaciones, la firma textil fundada en 1883 despidió a 2.545 trabajadores en al menos 6 provincias. Bajó la primera persiana en San Luis, en el verano de 2017.
La de 2018/2019 es la recesión N°15 que atraviesa la Argentina desde 1950, pero ha sido la 2da. de la Administración Macri en menos de 4 años, y ya lleva acumulados 17 meses consecutivos.
En el camino deja un tendal de 7.518 pequeñas y medianas empresas (con menos de 100 trabajadores) que bajaron las persianas en lo que va del año, y desde finales de 2015 ya suman 15.424, según calculó el Centro de Economía Política (CEPA) con datos de AFIP.
La Unión Industrial Argentina no deja de contabilizar caídas en la actividad: -6,7% en mayo respecto del mismo mes del año pasado y -8,6% desde el inicio de 2019.
Recién para la 2da parte del año se prevé llegar al piso: «Políticas destinadas a un impulso al consumo privado, junto con cierta estabilidad cambiaria y mejoras en el salario real, podrían implicar una moderada y heterogénea recuperación en los próximos meses», señala el informe del instituto de la UIA.
La industria textil, a la que pertenecen las plantas de las que se desprende Alpargatas, registró en mayo una nueva baja, del -19,8%, la 2da detrás del desmoronamiento automotriz: -35,3%.
Yo, la peor de todas
A Alpargatas le iba mal en Argentina, no así en Brasil, donde su facturación creció 10,4% contra -21,1% de retroceso en el Río de la Plata.
Es que, salvo la dinámica positiva de los sectores vinculados a la producción agropecuaria y a la energía, los segmentos pyme, vinculados al mercado interno e intensivos en trabajo, «continuarán muy afectados por la caída de la actividad y la presión financiera derivada de las altas tasas de interés», sostiene.
La megadevaluación, sumada al incremento de los costos laborales, detonaron la drástica decisión del retiro.
No fue la única mala noticia que aguó la fiesta de cumpleaños a la Bolsa.
La calificadora de riesgo crediticio Moody’s degradó la perspectiva de la calificación B2 de «estable» a «negativa» a 10 empresas argentinas de servicios e infraestructura: Metrogas, YPF Energía Eléctrica, Camuzzi Gas Pampeana, Distribuidora De Gas Cuyana S.A, Naturgy Ban, Empresa Distribuidora de Electricidad Salta, Empresa Distribuidora Norte, Empresa Provincial de Energía de Córdoba, Albanesi SA Generación Mediterránea y Transportadora de Gas del Sur.
De Arcor, mejor ni hablar.
«La revisión de la perspectiva de calificación a negativa para los emisores listados refleja principalmente la perspectiva negativa del soberano debido a que todas las compañías siguen sujetas a las regulaciones y al entorno operativo local», fundamentó.
Se trata de una respuesta directa de la entidad estadounidense ante potenciales cambios adversos en las políticas tarifarias en los próximos años.
A pesar de que el aumento de tarifas para estas compañías fue completado a principios de 2018 y que el incremento inicial fue seguido por ajustes por inflación semestrales, un mayor criticismo de los consumidores, la oposición política y las próximas elecciones llevaron a que el gobierno pospusiera el ajuste tarifario del 2do semestre de 2019 hasta el año próximo.
Los inversores asesorados por Moody´s se mantendrán en alerta sobre la evolución de esas firmas proveedoras de servicios públicos hasta ver si la situación de los precios que reciben se regulariza.
Paradójicamente, Cambiemos podría pasar a la historia como la experiencia neoliberal menos creyente de la iniciativa privada.
*Artículo publicado en el sitio digital Urgente24