Mercados y emergencia alimentaria
(AD). – Jorge Molina de la CTA Río Negro llegó a Viedma para pedir a los bloques legislativos que el parlamento rionegrino, finalmente apruebe una ley de emergencia alimentaria, cuando desde febrero fue presentado un proyecto del FpV que no tuvo el acompañamiento de JSRN. Se trata de poner plata en los merenderos, comedores escolares, iglesias e instituciones porque, aunque el tema se quiera soslayar, hay rionegrinos que no tienen para comer.
El candidato presidencial Roberto Lavagna también pidió que se declare en la Argentina la emergencia alimentaria, un reclamo que se visualizó hace días con la multitudinaria movilización de las organizaciones sociales en la ciudad de Buenos Aires, que pidieron al gobierno nacional la emergencia.
En tanto el gobierno nacional sigue pensando en medidas orientadas al Mercado. Pero, ¿qué es el Mercado? Un sistema que, en base al dinero, genera dinero, con la especulación financiera, las tasas de interés y el valor del dólar. Nada aporta al crecimiento de la economía, su forma de producir ganancias no requiere de maquinarias, ni bienes de uso, etc, sólo de un gobierno que fije reglas de juego a su favor.
Ese Mercado y el gobierno fueron derrotados en las urnas el 11 de agosto. El mensaje parece no haber llegado al presidente Macri, y en el marco de la actual crisis, sólo insiste en tomar medidas para el Mercado. ¿Entonces para qué sirven las elecciones? Se instala desde el gobierno una nueva contradicción: Mercado vs Democracia.
No se entiende que hay gente que padece hambre, que día a día se suman argentinos a la pobreza, que sólo este año se perdieron 170 mil empleos registrados, que se estrecha la clase media, que los merenderos crecen exponencialmente y que cada vez hay más presión de la indigencia sobre los comedores escolares, que se traslada a los hospitales públicos, donde quienes quedaron fuera de la formalidad laboral, perdieron la obra social y ahora recurren a la salud pública.
Este es el principal problema hoy de la Argentina, no los Mercados.
Cuando el país retorna a la democracia, luego de la oscura dictadura cívico militar instaurada en 1976 que aplicó la misma receta neoliberal que la actual, el presidente Raúl Alfonsín puso en marcha – a seis meses de asumir- el Plan Alimentario Nacional, que consistía en entregar una caja que cubría el 30% de los requerimientos nutricionales de una familia de cuatro personas. Incluía 2 kilos de leche en polvo, un kilo de fideos, un kilo de arroz, uno de porotos, dos kilos de harina de trigo, un kilo de carne enlatada, dos kilos de harina de maíz y dos litros de aceite. Cada caja costaba 550 pesos argentinos, que en ese momento equivalían a unos 11 dólares, que hoy serían 660 pesos.
Este sistema fue el antecedente de otros que se pusieron luego en marcha en gobiernos posteriores como los subsidios a desocupados y familias con hijos y planes alimenticios.
A contrapelo de lo dicho, los anuncios de la coalición macrista sólo habla de Letes, Leliq, Fondos de Inversiones y dólares y no existen en el discurso gubernamental referencias a la pobreza, indigencia y desocupación. Aun así, parece que para la voracidad de sus socios nada les alcanza y el Mercado tampoco les cree.
Por esto el reclamo de asignar recursos para atender a los sectores excluidos y más golpeados en estos cuatro años de macrismo y vale un ejemplo: la gobernadora María Eugenia Vidal asigna 28 pesos por alumno en los comedores escolares y gastó el año pasado más de 1500 millones de pesos, unos cuatro millones de pesos en publicidad, para el blindaje mediático de su figura.
Río Negro no es una isla en esta situación, se reproducen los merenderos, crece la pobreza y la exclusión, “aunque el gobierno pague los sueldos del Estado en tiempo y forma”, como dijo el titular de la CTA Jorge Molina.
Los gobiernos son remisos a las declaraciones de emergencia, porque de manera egoísta piensan que les cae el sayo de la responsabilidad. Se vio cuanto tardó la municipalidad de Viedma, en acompañar el pedido de la emergencia alimentaria en la capital provincial, reclamada por la CTEP y organizaciones barriales y sociales.
En toda la provincia hay centros que dan de comer a los más necesitados, se calcula entre 30 y 40 merenderos que dan de comer en Viedma, Roca, Cipolletti y Bariloche.
Hoy no hay espacio para especular políticamente y se hace imprescindible la asignación de recursos a través de la emergencia alimentaria que tendrá que votar la Legislatura, sin trabas para sancionar esta medida como sucedió con el tratamiento de la emergencia social y violencia de género y la emergencia habitacional, que aún esperan.