Macri devastó la caja de respaldo de las jubilaciones
El macrismo recibió el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del ANSES con activos por unos 67 mil millones de dólares y hoy apenas llegan a 22 mil millones. En casi cuatro años bajó 70 por ciento en dólares. El Tesoro le entregó Letras que después defaulteó.
En una nota publicada por Página12, de Alfredo Zaiat, se explica cómo la economía macrista devaluó los activos del FGS, modificó sus funciones descapitalizándolo, para finalmente entregarle papeles de deuda de corto plazo defaulteados. Esta última operación se concretó el lunes pasado, cuando el Tesoro encajó en el FGS Letras en pesos por 35 mil millones y Letras en dólares por 275 millones, con vencimiento en marzo de 2020.
El fiasco concretado es el siguiente: el FGS le prestó 100 pesos al Tesoro, pero el pagaré que le entregaron vale 60 pesos en el mercado y, además, a las 72 horas esos papeles ingresaron en el plan de reestructuración de deuda.
El escenario hasta fin de año es bastante complejo puesto que el FGS tiene vencimientos por el equivalente a unos 2000 millones de dólares en Letras de diferentes denominaciones, como lo informó la periodista María Iglesias en El Cronista del jueves último. ¿El macrismo seguirá rifando el patrimonio de garantía del sistema jubilatorio para atender el ahogo financiero del Tesoro?
Esta transacción es una más de la devastación financiera del gobierno de Macri, que también alcanzó al fondo de respaldo del sistema previsional, que hasta el 2015 se lo denominaba “la plata de los jubilados”. Si en diciembre de ese año había un activo financiero estatal sólido y de acumulación de capital constante era el FGS-Anses. La economía macrista lo recibió con un monto equivalente a unos 67 mil millones de dólares. Sin información oficial, puesto que el último reporte es de marzo pasado, con estimaciones de la evolución de acciones y bonos desde entonces, el FGS tendría hoy un capital de no más de 22 mil millones de dólares. El macrismo destruyó en 70 por ciento en dólares la caja principal de garantía del sistema previsional.
Uno de los principales objetivos del FGS es la de preservar el valor de los activos (acciones y títulos públicos y privados), y para ello debe buscar una rentabilidad que permita su sustentabilidad. La economía macrista no lo hizo; por el contrario, lo descapitalizó a la vez que liquidó activos para el pago de retroactivos (con el programa de “reparación histórica”), violentando el objetivo principal del FGS.
Los funcionarios del FGS tendrán que apelar a todo su ingenio para explicar la decisión de suscribir instrumentos de deuda de corto plazo que están “reperfilados”, tres días antes del envío al Congreso del proyecto de ley de default de la deuda de legislación local. Comprar esos papeles emitidos por el Tesoro pone en riesgo ese capital del FGS. Al vencimiento de Letras reperfiladas que estaban en la cartera de inversión, el comité de inversión del Fondo decidió renovarlas ante la urgencia del Tesoro. Para garantizar liquidez a las cuentas públicas se debilitó el patrimonio del FGS.
Tres días antes del reconocimiento del default por Lacunza, el Comité Ejecutivo del FGS, donde participan los secretarios de Finanzas y Hacienda, Santiago Bausili y Rodrigo Pena, respectivamente, aceptó recibir Letras en pesos y en dólares que serán reestructuradas. La situación es todavía más delicada puesto que el proyecto de ley propone la pesificación de la deuda en dólares. El inciso g de la norma que empezará a debatir la Cámara de Diputados dice que las series de títulos de deuda “que estén denominadas en moneda extranjera, las sumas en moneda extranjera serán convertidas a pesos argentinos utilizando el tipo de cambio que se establezca en la respectiva solicitud”.
Hacienda sabía cuáles eran las características del proyecto de ley del default antes de colocar Letras del Tesoro al FGS. ¿Cómo justificarán esos funcionarios la aprobación de esa operación ruinosa para el patrimonio de respaldo de los haberes de los jubilados
Esa transacción que afecta en forma negativa al FGS es la última de una administración de casi cuatro años cuyo saldo es una brusca caída patrimonial. La licuación de los activos del FGS ha sido impactante. Con fortísimas devaluaciones, derrape de las cotizaciones de acciones y bonos y una evolución del stock de la cartera de inversión por debajo del alza de la inflación, se desplumó el saldo real de la caja de “la plata de los jubilados”.