Y después no quieren que los puteen…
(Por Matías Longoni*).- En su afán de dar buenas noticias y habilitar nuevos negocios, la industria frigorífica argentina parece haber perdido la brújula. En las últimas horas se presentó como una gran novedad la exportación de carne vacuna con hueso, incluido el popular asado, a algunos países de Europa. Ciertamente es una rareza histórica. Pero tan insólito negocio, por razones sanitarias, obviamente solo puede hacerse desde la región libre de vacunación contra la fiebre aftosa ubicada al sur del Río Colorado, tras la Barrera Sanitaria Patagónica. En esa región, debido a que se impide el ingreso de carne con hueso desde el norte del país, el precio del asado para la población local es casi como sufrir un asalto a mano armada. ¿Cómo caerá la noticia de esta exportación entre sus habitantes?
La noticia de la exportación, por ahora a modo exploratorio, de 1.000 kilos de carne vacuna con hueso la dio a conocer un ejecutivo del frigorífico Fridevi, ubicado en Viedma, el único que está habilitado para exportar en toda la región que integran cuatro provincias: Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, además de algunos partidos de Buenos Aires. A través del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) y desde la feria alimentaria Anuga, en Alemania, el empresario Nicolás Lotrecchiano dijo que Fridevi colocó asado argentino en Europa por primera vez en 50 años.
Informó el diario La Nación, que esta “histórica” exportación de carne vacuna con hueso al viejo continente estaba integrada por asado con hueso, bife ancho con hueso, bife angosto y T-Bone. Es decir, por muchos de los cortes que resultan casi impagables para la población de la Patagonia que, debido a que está ubicada al sur de la barrera patagónica, debe abastecerse de carne con hueso solo de esta región, pues no está habilitado el ingreso de asado desde el norte del país, donde es mucho más abundante. Según diversos informes, el sobrecosto del asado al su de la Barrera llega a ser de 50/60% respecto del resto del país.
Lotrecchiano, que viajó a Alemania junto a representantes de otros 30 frigoríficos argentinos, contó que su empresa hizo los primeros envíos a España, Alemania e Italia. “Es un comienzo de alguna manera exploratorio que estamos realizando en Europa después de tantísimos años que la carne con hueso argentino no estaba presente. La intención es hacer un buen trabajo mostrando la excelencia de la carne argentina y resaltando su calidad con el hueso. Todos los que estamos en el negocio sabemos que tiene algún sabor adicional extra que se agrega a la excelencia de las carnes argentinas”, explicó. Luego dijo que los embarques irán creciendo “en la medida que el público lo vaya demandando”.
“La carne con hueso llegó luego de 50 años a Europa y llegó vía la Patagonia; es una buena noticia la que estamos dando”, dijo Ulises Forte, presidente del IPCVA, un organismo mixto que no se cansa últimamente de dar buenas noticias, debido a la fuerte inserción que está teneindo la carne argentina en los mercados externos. Por su ubicación al sur de la barrera, Fridevi ya fue protagonista de otros hechos notables, como la primera exportación de carne argentina a Japón en toda la historia. Pero con esta novedad de vender asado a Europa se expone a una repulsa generalizada de toda su región.
Sucede que es cada vez más indisimulable la tensión entre los dos grandes mercados que tiene la carne vacuna argentina. En agosto, las exportaciones tocaron un pico histórico de participación del 30% (en el acumulado de todo el año rondan el 25% del total de la producción), mientras que el consumo interno muestra signos de mucha fatiga (hay un 10% de caída de las ventas respecto de 2018), debido a la crisis económica y la falta de poder adquisitivo de la población.
Mientras las exportaciones recuperan altísimos volúmenes -podrían superar las 750 mil toneladas en 2019-, el consumo interno de carne vacuna entre enero y agosto de este año cayó a 51 kilos por habitante por año. Esta cifra representa una baja en el gasto per cápita en carne vacuna de la población de un 11,3%, con una caída de siete kilos en el último año, según el último informe difundido por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (CICCRA).
En este contexto, se sobreentiende, los frigoríficos exportadores deberían ser muy cuidadosos con los negocios que realizan, pues cae de maduro que podrían ganarse la antipatía del consumidor argentino que enfrenta dificultades para acceder a tan popular alimento. En el caso de la Patagonia mucho más, porque las restricciones a la carne con hueso son históricas y porque varias veces el gobierno nacional se opuso a que la región pudiera ser provista de asado desde el norte del país, un planteo recurrente de los ganaderos de La Pampa.
Al sur del Río Negro existe una escasa disponibilidad de hacienda vacuna, y por lo tanto la disponibilidad de costillares es limitada. Parece muy razonable que la región incursione en el mercado de carne sin hueso (como venía haciéndolo), ya que ese tipo de cortes sí pueden llegar a la Patagonia desde el norte del país. Pero vender asado a Europa suena suicida.
El propio ejecutivo de Fridevi reconoció, en su charla con el IPCVA, que existe una oferta limitada de hacienda bovina para hacer este tipo de negocios, ya que el crecimiento del stock patagónico “es un proceso biológico que lleva su tiempo. A partir del corrimiento de la barrera del Paralelo 42 al Río Colorado, dijo Lotrecchiano, los ganaderos de Río Negro han dejado de exportar los terneros al norte para invernada, como se hacía antaño, y “el stock en la zona se va recomponiendo, con lo cual esperamos tener un mayor volumen”. Eso es cierto, pero lejos está la Patagonia de alcanzar todavía un autoabastecimiento del carne con hueso.
*Periodista en Clarín, director del sitio especializado Bichos de Campo.