La nueva canasta del programa Precios Cuidados 2020

(CEPA»). – El Programa de Precios Cuidados fue creado en 2014 con el objetivo de establecer precios de referencia para una amplia gama de productos, arbitrando al mismo tiempo en la distribución del excedente entre proveedores, productores, distribuidores y consumidores en el marco de mercados altamente concentrados, propiciando en última instancia la diversificación de la provisión con el objetivo disminuir la concentración y favorecer la competencia. Si bien en la campaña por las presidenciales de 2015 Cambiemos había prometido eliminarlo, la gestión continuó con la vigencia de la medida, pero en el marco de un deliberado desdibujamiento de sus objetivos originales. Sin embargo, Cambiemos echó mano de este recurso cuando la situación económica empeoró y la inflación se disparó, al tiempo que se corroboraba que los planes inflacionarios de corte monetarista no mostraban resultados. Intentar reflotar Precios Cuidados en momentos críticos no fue efectivo, precisamente porque la herramienta se encontraba debilitada y porque –en el fondo- no había consenso profundo en las filas de la gestión nacional respecto del verdadero rol del Estado en relación a la regulación de los precios. Ello ha significado que la herramienta sufriera un relativo desgaste, considerando que la marca Precios Cuidados supo tener enorme relevancia hasta 2015 y manejar volúmenes de ventas importantes, y eso no pudo sostenerse con igual nivel en la etapa siguiente. Este es ya uno de los desafíos de la actual gestión: reconstruir la idea de marca.

Dado que el actual Gobierno se basa en un diagnóstico inflacionario distinto al anterior, que pondera con mayor relevancia el efecto de la variación cambiaria sobre una economía crecientemente dolarizada, resulta sumamente relevante que desde el Ministerio de Desarrollo Productivo se relance el programa y se vuelva a jerarquizar el rol de la Secretaría de Comercio Interior. Más aun cuando las políticas impulsadas desde el Ejecutivo en el primer mes de gestión apuntan a recomponer salarios e ingresos –si bien parcialmente, con un adelanto de 7% promedio y con inyección de recursos vía tarjeta alimentaria-, y buscan desindexar con un congelamiento por 180 días de los principales regulados, la responsabilidad sobre la efectividad del programa para reducir la tasa de inflación es mayor, porque la puja distributiva se concentrará allí. En otras palabras, ante la inyección de ingresos en los sectores más postergados de la población y en un contexto de ancla cambiaria firme y transitorio congelamiento de tarifas, en el primer semestre del 2020 el programa Precios Cuidados jugará un papel clave como eje de la política de precios, fundamentalmente en la contención de los precios de los alimentos y principales bienes de consumo masivo.

Es relevante recuperar el concepto de precio de referencia. Si bien el nuevo Programa incluye sólo 311 productos, menos que en las versiones anteriores, pareciera comenzar a instalarse la concepción original del Programa. La idea de precios de referencia significa la inclusión en el mismo de los principales productos de cada segmento de consumo – según volumen de ventas-, lo que permite que sus valores sean referencia para los precios del resto de los productos, menos representativos de su segmento. Precios Cuidados no es una canasta con precios baratos, no es una canasta “de oferta”, es una canasta que tiene por objetivo incidir en el conjunto de precios de mercado. El debate público sobre la introducción de la Coca Cola es muestra de ello. En el programa preexistente, de enero 2019, con la gaseosa cola Cunnington su cubría solamente el 1% del mercado de gaseosas. En contraste, con la incorporación de la Coca Cola se alcanza el 42%. El objetivo es que el resto del mercado de gaseosas mueva sus precios al ritmo de lo acordado con Coca Cola, que ya se lleva casi la mitad de las ventas, es decir, es referencia. Vale recordar que la Coca Cola salió del Programa en mayo de 2017 con un precio de $17.40 por 1,5 litros y elevó su precio a $104 a diciembre de 2019: más de 500%. La lógica de la “puerta giratoria” explicada antes: salir del programa para aumentar. Pero en este caso, el reingreso actual en enero 2020 se hizo a $82, con una reducción del 20%.

En el acuerdo de enero 2020 se amplía la proporción de primeras marcas, representando el 40% del total de productos, proporción que ascendía sólo al 19% en el acuerdo de noviembre 2019 y al 28% en el de enero del mismo año. Incluso se lograría una leve mejora en la presencia de primeras marcas respecto del acuerdo de octubre 2015.

Durante los últimos años, una de las razones principales de la desnaturalización del Programa consistió en el cambio constante de los productos, política impulsada por las empresas, para evitar darle continuidad a los precios. Es decir, se producía una especie de “puerta giratoria”, donde los productos salían del Programa y aumentaban sensiblemente su precio, y si eventualmente volvían a ingresar, lo hacían con un precio marcadamente mayor. Si bien la “refundación” del Programa implicó que en esta versión sólo continuaran 70 productos de los preexistentes en noviembre 2019, el hecho de anualizar el acuerdo, con actualizaciones trimestrales, permite combatir la política de “puerta giratoria”.

En términos de precios, el aumento promedio de los 75 productos preexistentes que se ubica en el orden del 13%, se compensa con la reducción de los nuevos productos incorporados, de aproximadamente 8%. Ejemplo de esto últimos es la reducción de 15% en toallas femeninas, caídas de 20% a 30% en desodorantes, disminución de 13% en pañales, 30% en productos para el cabello, y reducciones de precios de 10% a 15% en galletitas dulces.

La concreción de una canasta representativa del consumo como resultado del acuerdo de Precios Cuidados de enero de 2020 se ve reflejada en la mayor diversidad y balance en la oferta de productos alimenticioscon 91 productos de almacén, 56 productos lácteos, 9 panificados, 10 bebidas alcohólicas, 16 bebidas sin alcohol, 10 cortes de carne y embutidos y 5 frutas y verduras, y en la proporción de alimentos y bebidas, que se incrementó de 61% en la lista de septiembre/noviembre de 2019 a 63% en la lista de enero del 2020. Por ejemplo, de los 2 cortes de carne vigentes en la canasta de noviembre de 2019 (picada común y espinazo), se elevó la cantidad a 6 (incluyendo tapa de asado, roast beef, pollo entero y fiambre de cerdo). Se reincorporaron 3 variedades de verduras (cebolla, zapallo y lechuga, a la única incluida en el acuerdo previo, papa) y se re-introdujeron el atún desmenuzado, los huevos de gallina y el queso fresco, como en los acuerdos previos al 2016.

De todas formas, el relanzamiento de Precios Cuidados y la jerarquización de la Secretaría de Comercio Interior, no debe ser simplemente una “vuelta a los orígenes” sino una propuesta superadora y moderna a la altura de las nuevas demandas sociales. Desde el Centro de Economía Política Argentina –CEPA- consideramos una serie de recomendaciones de política en este sentido:

–   La incorporación de una mayor variedad de productos a la canasta, lejos de atentar contra el objetivo principal que es servir como Precios de Referencia, lo potencia y propicia la apropiación del Programa por mayores sectores de la sociedad.

–   El impulso de una mayor “capilaridad” con mayor cantidad de bocas de expendio adheridas es clave, considerando la fuerte transformación de los hábitos de compra y consumo en los sectores de menor nivel de ingreso, donde los comercios de proximidad ganaron terreno abasteciendo compras más pequeñas. En esta senda, el eventual acuerdo con supermercados chinos es una alternativa positiva.

–   Es recomendable la incorporación de una mayor cantidad de productos light y saludables, productos sin TAAC y productos con bajo contenido de sodio. Ello se asocia a la necesidad de propiciar procesos productivos más amigables con el medio ambiente y la salud.

–   Transparentar proceso de formación de precios y la apropiación de renta de cada uno de los eslabones de la cadena de valor es una tarea de enorme dificultad, pero que sólo desde el Estado puede encararse a partir de estudios de costos en las cadenas y de la incorporación de recursos humanos especializados en el análisis sectorial. De eso se trata otro de los objetivos del programa: no solo bajar la inflación sino propiciar el Comercio Justo.

–   Conteniendo los anteriores ejes mencionados, dada la fuerte aceptación del Programa por parte de consumidores, proveedores, productores y distribuidores sería oportuno el impulso de una ley que oficie de marco. En absoluta articulación con ello, es imprescindible la puesta en funcionamiento del Observatorio de Precios y costos previsto en la Ley de Regulaciones de las Relaciones de la Producción y Consumo.

–   Como se ha establecido en el debate público reciente sobre la Coca Cola, el objetivo principal del Programa se relaciona con la regulación de los precios principales del consumo masivo y no es su meta la alteración de las pautas de consumo de la sociedad. Sin embargo, este segundo punto debe ser retomado desde la agenda de políticas públicas. Existen otras formas complementarias y particulares para tender a transformar los hábitos de consumo, sin poner en jaque el rol de precios de referencia que pretende el Programa. CEPA propone la implementación de un semáforo que muestre las características saludables o no de los productos. De hecho, en Chile y recientemente en Perú, Uruguay y México se implementó un sistema de rotulado que advierte mediante un sistema de colores, cuando un producto tiene alto contenido de azucares, alto contenido de sodio, alto contenido de grasas saturadas o alto contenido de calorías. En Chile, los productos que tengan alguna de estas etiquetas no pueden implementar publicidad dirigida al público infantil. Esto último implica la prohibición de utilizar personajes en el empaque y difusión en medios masivos durante el horario de protección al menor. Asimismo, se podría impulsar una etiqueta de trazabilidad producto orgánico y de empleo registrado.

–   En el caso de la carne en particular, es importante impulsar políticas tendientes a la regularización y blanqueo de operaciones de la cadena cárnica (por ejemplo, a través de operaciones de comercio electrónico). Junto con ello, la comercialización de la res en cuartos permite reducir costos de comercialización dado que no se necesita compensar precios por región. Finalmente, el boom de ventas a China debe ser regulado para no afectar el mercado interno.

–   Si bien la situación de aumento del hambre en nuestro país resulta acuciante, la incorporación de medicamentos a mediano plazo puede resultar de utilidad. También en el ámbito de la salud, la Secretaría debería recuperar su intervención en los aumentos de Prepagas.

–   La aplicación de celular (app) de Precios Cuidados, es una herramienta más útil en la medida en que genera feedback con los consumidores. Canalizar allí las denuncias debería tener como contracara la posibilidad de tener un seguimiento informado respecto de la resolución de la misma. Incluso, podrían idearse formas de compensación monetarias con devoluciones del costo de la compra en caso que corresponda.

–  CEPA propone para una segunda etapa del Programa la inclusión de acuerdos y canastas sectoriales que respondan a demandas sociales específicas: Canasta de Primera infancia,Canasta de personas mayores,Canasta de consumos femeninos,Precios Cuidados estacionales (frutas y verduras según estación) y Canasta de servicios de turismo y gastronomía.   En esa misma línea, es clave otorgarle un fuerte impulso al esquema federal y de insumos intermedios: PyMES locales y productos regionales. Precios Cuidados en la Cadena de Valor Mayoristas, Construcción Insumos básicos de la industria: plástico / acero / caucho / cemento / vidrio / tetrapack-  La estrategia de comunicación debe pensarse e idearse desde la propia Secretaria de Comercio, con los siguientes objetivos: Implementar la app. Dar a conocer el Programa de manera masiva. Impulsar controles ciudadanos. Popularizar el COPREC. Fomentar el uso de la tarjeta de débito y lograr el éxito de la política de devolución de IVA.

Adicionalmente:

– La reglamentación de la Ley de góndolas es una herramienta central.
– El impulso de otros programas complementarios como el “Mercado en tu Barrio” puede ayudar a mejorar el acceso a productos a menor precio.
– El impulso de una fiscalización conjunta entre AFIP-SENASA-COMERCIO y la
implementación de los sistemas SIMONA, RIP, FDR son también de utilidad.

*Centro de Economía Política Argentina.