COVID-19: preocupa la crisis en la economía popular
Los efectos económicos y sociales derivados de la crisis del coronavirus pegan con mayor fuerza sobre los trabajadores de la economía popular. Las changas, la venta ambulante, el rebusque de los que viven día a día se redujeron de manera drástica y la perspectiva no es alentadora.
Hay ocho millones de personas que reciben asistencia alimentaria en la Argentina. Cerca de tres millones de chicos comen en las escuelas y el resto en comedores y merenderos, según datos oficiales. Los que realizan tareas de manera informal llegan al 40%. Unas cinco millones de personas viven en urbanizaciones precarias, en muchos casos en condiciones de hacinamiento y sin acceso a agua potable, sin la posibilidad de trabajar en sus casas ni los beneficios de una licencia con goce de sueldo ni derechos laborales. No puede detener su vida y esperar.
El impacto del aislamiento en las condiciones de vida de los sectores más vulnerables es inmediato. El Gobierno tiene la mirada puesta en frenar el avance de la pandemia y evitar al mismo tiempo una nueva oleada de crecimiento de la pobreza y el desempleo.
El presidente Alberto Fernández indicó este domingo en una entrevista televisiva que “la economía se frena” y que “el Estado tiene que dar respuesta”, y aseguró que “la urgencia es la vida de la gente”.
El dirigente social Esteban “Gringo” Castro, secretario general de la UTEP, advirtió en diálogo con El Destape Web que “la crisis va a ser de proporciones incalculables”.
“Como esto recién empieza, la mayoría de los casos podemos abordarlos, tenemos una red de contención propia. Todavía no tenemos informes de situaciones dramáticas. Entre el Estado, la Iglesia Católica, la Evangélica y los movimientos populares estamos alcanzando a cubrir las necesidades. El Gobierno incrementó las asignaciones y la gente todavía tiene plata para sostenerse, y las viandas se siguen entregando. Pero nuestra preocupación es por lo que se viene. No sabemos en qué momento se termina esto, y cuánto tiempo se tarda en salir”, dijo Castro.
“Vamos a estar dos o tres meses, quizás más, en esta situación, y es fundamental que tengamos la mirada puesta en los que menos tienen. Sino puede haber algún tipo de desborde, si no tenés para comer es difícil, hay que garantizar eso”, agregó.
La Unión de Trabajadores de Economía Popular (UTEP) emitió un comunicado este domingo en en el que plantean “que es fundamental duplicar la cantidad de alimentos en los comedores de nuestro país y avanzar con claridad en un desembolso especial de 5000 pesos para todos aquellos y aquellas que no perciben ningún tipo de ingreso y no van a tener forma de garantizarlos en los próximos meses”. Consideran que ese ingreso podría instrumentarse de un modo similar al de las tarjetas alimentarias y asignaciones.
“La pobreza era la pandemia que intentábamos solucionar con todas nuestras fuerzas, esa enfermedad que el neoliberalismo instala en nuestro país cada vez que toma el poder”, marca el comunicado de la UTEP.
Ante la emergencia, el ministerio de Desarrollo Social dispuso un conjunto de medidas para reforzar las políticas alimentarias y de emergencia social ante el parate en que implica la cuarentena nacional.
Se refuerza la asistencia alimentaria a comedores escolares y comunitarios, se modificó el sistema de distribución de la tarjeta Alimentar para garantizar que el dinero llegue a las familias, las personas que reciben planes sociales recibirán un refuerzo adicional de 3000 pesos, un pago extra de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y Asignación Universal por Embarazo (AUE) por 3100 pesos, entre otras medidas anunciadas y más que están en estudio.
El Gobierno, además, prepara a través del ministerio Desarrollo Social la realización de pequeñas obras de infraestructura en los barrios con el objetivo de generar trabajo local. El programa permitirá implementar bancos de materiales por municipio. El ministro Daniel Arroyo se reunió con intendentes del conurbano bonaerense para poner en marcha políticas alimentarias y de higiene ante la emergencia.
“Los anuncios fueron positivos, con eso vamos tirando”, destaca el “Gringo” Castro, pero plantea que, mientras tanto, ya “están dadas las condiciones para discutir otro proyecto de país”.
“Ahora, viendo la crisis que se viene, hay que discutir el rol del Estado y el control sobre el mercado. Ahora se puede discutir todo porque va a haber una masa crítica a favor. Hay que formar parte de las empresas estratégicas y direccionar la producción. Garantizar todo lo que hoy está pendiente que las privatizadas hagan en una situación como esta”.
Mientras pone la mirada en una discusión que ya asoma en el mundo, el dirigente social considera que el presidente Alberto Fernández tiene la capacidad de trabajar con con una visión de unidad nacional. “Por eso sienta a todo el mundo en las discusiones. Ante una crisis como esta, si tenías una buena articulación es mejor”. Pero advierte: “Ahora, en la unidad nacional hay algunos que están muy mal y otros que están muy bien, entonces hay que tomar decisiones”.
La UTEP, una herramienta sindical de lucha “para conquistar los derechos que nos arrebató el neoliberalismo”, tal como se describe este grupo de organizaciones sociales y populares, pide a la dirigencia política que no especule. “La crisis que desató el coronavirus nos convoca a dejar de lado las internas y avivadas. Hay que resolver los problemas de la gente”.
En tiempos de aislamiento social preventivo, las organizaciones de la economía popular nucleadas en la UTEP trazaron un mapa de acción para desplegar, con las limitaciones lógicas, herramientos que acerquen a comedores y merenderos los alimentos producidos fundamentalmente por empresar recuperadas, cooperativas, y de la agricultura familiar.