#QuedateEnTuCasa. ADN
La declaración de cuarentena en el país nos pone a prueba como sociedad y nos interpela como individuos, en un momento inédito en el mundo. Hasta acá, no alcanza con las recomendaciones de los gobiernos y, de seguir las infracciones al aislamiento social, podría sobrevenir una resolución más drástica, en el marco que otorga la Constitución y la democracia.
Para evitar ese paso, se definió en todos los ámbitos -nacional y provincial- multas, arrestos y el inicio de causas penales para aquellos que circulan por las calles sin razón (abastecimiento de alimentos y medicamentos) ni estar dentro de la población exceptuada.
El aumento de sanciones, demuestra que todavía hay una parte importante de la población que no asimiló la gravedad de la pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud por la circulación del coronavirus. Por eso hay una fuerte campaña #QuedateEnTuCasa que intenta concientizar de los peligros que enfrenta la humanidad.
En el mundo, los casos aumentan exponencialmente y las muertes se cuentan por cientos cada día. El COVID-19 no tiene vacuna aún, por lo tanto el mejor antídoto es el aislamiento. Hubo países que no reaccionaron a tiempo, pero en Argentina todavía estamos a tiempo de menguar el contagio y así achatar la curva ascendente del virus, para evitar el colapso del sistema sanitario.
Se espera un pico de contagios para mayo. Si el país llega a ese tiempo con la menor cantidad de infectados posibles, habrá menos riesgos de muerte. La muestra está en otros país, como los europeos y Estados Unidos, que llegaron tarde al aislamiento. En consecuencia, sólo la conciencia individual y colectiva podrá mejorar la situación en Argentina.
El virus muta y tiene un fuerte efecto contagio. Ya se sabe que no sólo está en riesgo la población adulta mayor y con enfermedades preexistentes como las respiratorias, coronarias, diabetes y de hipertensión. También afecta a gente joven. Los niños son quienes más capacidad de reproducirlo. Por eso, lo primero que se hizo fue suspender las clases.
El aislamiento y la higiene personal (especialmente el lavado de manos) son los mejores antídotos. El coronavirus no viaja por el aire, está en superficie. Las medidas de prevención son simples, pero hay que hacerlas.
El presidente Alberto Fernández tomó una serie de medidas para evitar la propagación del virus, una decisión a tiempo. Tiene el respaldo de (casi) toda la oposición política -a excepción de las fuerzas de izquierda- y de la totalidad de los gobernadores y gobernadores y el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
En ese marco, Arabela Carreras puso en marcha las acciones correspondientes en Río Negro y los intendentes acompañan. Ayer, además del combo sanitario preventivo, anunció que pedirá ayuda económica a la Nación para mitigar el impacto económico en los sectores más vulnerables, y aquellos trabajadores informales y las pymes.
Se avecinan tiempos difíciles, y cuando pase el pico de la enfermedad quedará la crisis económica. La debacle del sistema financiero mundial provoca recesión, caída del empleo y empobrecimiento. El precio del petróleo cae a pasos agigantados y ya hay expertos que dudan sobre la subsistencia del neoliberalismo.
Con estos días de cuarentena se ven afectadas muchas familias que viven de lo que producen diariamente. Por eso, se refuerzan los comedores escolares y comienza el reparto de módulos de comida. En este contexto el gobierno nacional estudia medidas de alivio impositivo y de ayuda económica para pymes y cuentapropistas.
La gravedad de esta crisis aún es desconocida, por eso se espera madurez política, social y económica de todos los sectores que componen la sociedad: desde los medios en la administración de la información, los empresarios en evitar la especulación, los sindicatos en la solicitud de aumentos salariales, hasta los partidos políticos en sus posiciones públicas.
«Esto es día a día» dicen los infectólogos sobre el COVID-19. Lo mismo vale para todos.
Seamos solidarios. Quedemonos en casa. La cuarentena no son vacaciones, pelotudo.