COVID-19: contexto de la crisis económica y después
(ADN).- La pandemia del coronavirus provocó una crisis económica mundial profunda. Los pronósticos más alentadores indican que el mundo sufrirá un crack similar al de 1929. Hacia fin de este año, la pérdida de puestos de trabajo y el incremento de la pobreza serán brutales. Y en Argentina, esos índices podrían superar los de 2001.
Pero… de dónde viene el país? Cuál es la base que tenía Argentina antes de la pandemia?
Lejos de los deseos de “pobreza cero” que anunciaba Mauricio Macri al asumir la presidencia el 10 de diciembre de 2015, el INDEC registró que en el primer semestre de 2019 el número de personas por debajo de la línea de pobreza había crecido al 35,4%. La cifra representa unos 15,9 millones de personas en todo el país cuyos ingresos no alcanzan para cubrir los servicios básicos. En ése período del año pasado, se sumaban unos 3,8 millones de pobres, respecto al año anterior (2018) según consignó el organismo nacional, que seguía bajo la administración de Cambiemos.
El Producto Bruto Interno (PBI) en la Argentina sufrió una caída del 9% desde 2015 a 2019. Durante ese mismo período, la recesión fue profunda, El retroceso económico acumulado fue del 6,7% respecto de noviembre de 2015, según el INDEC. Los sectores más perjudicados en el último tramo (2019) fueron automotores y equipos de transporte (-24,1%), muebles (-12%), productos metálicos, maquinaria y equipo (-11,9%), textiles, prendas de vestir, cuero y calzado (-9,7%) y construcción (-7,9%).
Entre 2015 y 2019 cerraron 24.505 empresas y las más afectadas fueron las pymes. Un informe de AFIP indicó que en 2019 el total de empleadores registrados fue de 544.232 empresas, con una caída interanual de 2,1%. Este retroceso representó la pérdida de un total de 11.761 empleadores respecto a finales de 2018. Al comparar con diciembre 2015, la contracción en la cantidad de empresas fue de 4,3%, con 24.505 empleadores menos.
Durante el gobierno de Macri, la deuda externa bruta alcanzó los 277.648 millones de dólares. Entre finales del 2015 y el cierre del año pasado, la deuda externa bruta creció 76%, según los datos del INDEC. Al aumento exponencial, hay que agregar el modo de toma a cien años y tasas por encima del mercado, con el final anunciado del pedido de auxilio al Fondo Monetario Internacional.
Evidentemente, Argentina llegó mal parada a la pandemia cuya lucha obligó a decretar un confinamiento obligatorio, lo que profundizó la crisis económica, la pérdida de fuentes de empleo, el cierre de empresas y el crecimiento de la que comenzó con el plan económico instaurado en el país por Cambiemos.
Ahora, el mundo replantea estrategias económicas para hacer frente a la crisis y planificar su salida. Los economistas internacionales vaticinan que deberá reconvertirse el esquema productivo, y el trabajo y sus formas, y revertir las leyes del mercado para dar paso a estados más sólidos y presentes.
Así es como los países deberán reformular sus modelos impositivos y los programas de inversión, redireccionar la producción y la educación. Algunas empresas y economías (especialmente las regionales) deberán reconvertirse y aggiornarse. Y las políticas proteccionistas deberán combinarse de otro modo con las necesidades de importación y exportación.
Entonces, la tarea para la Argentina será doble, porque viene rota y mal parada.