COVID-19: recursos naturales, ciencia y tecnología en Río Negro
(ADN).- Río Negro tiene dos sectores clave para comenzar a rediseñar su perfil productivo que genere ingresos y fuentes laborales: los recursos naturales y la ciencia y tecnología. La energía (especialmente el petróleo y los combustibles no convencionales) está en crisis y el turismo destruido. Esto obliga a pensar en un futuro con paradigmas distintos.
En consecuencia, el INVAP podría convertirse en el faro económico que, con las universidades públicas nacionales y los polos tecnológicos, lleven adelante una política pública de desarrollo científico, diseñada desde el Estado, de acuerdo a sus necesidades y proyectos estratégicos.
Hoy, por caso, el sector informático crece exponencialmente en el mundo, y Argentina es una de las potencias. Tiene, en estos momentos, cinco «unicornios» (Globant, MercadoLibre, Despegar, OLX y Auth0), empresas startup que tienen una valoración actual de más de mil millones de dólares. Ese desarrollo se pudo dar producto de una población diversa y creativa que se ha beneficiado de un excelente sistema de educación pública, así como de unas 40 universidades y más de 30 centros de investigación.
INVAP, en el período junio 2018-junio de 2019 tuvo ventas por 7.500 millones de pesos. El balance anterior había facturado 3.200 millones de pesos (fue la peor recaudación en años, tuvo el 80% menos, producto del freno que aplicó al sector el gobierno de Mauricio Macri). Pero se espera que los números mejoren a partir de los contratos logrados en el exterior, que reportan ingresos en dólares. La empresa estatal rionegrina tiene desarrollos en el campo nuclear, defensa y seguridad, sistemas médicos y espacial. Y últimamente, incursionó en agrotecnología.
La ciencia aplicada a la producción de alimentos es uno de los terrenos que más puede prosperar junto al desarrollo en informática. El país tiene los mejores programadores del mundo, el recurso humano es muy valorado y buscado por las naciones que invierten en ciencia y tecnología. En Argentina hay muchos emprendimientos de sofware y aplicaciones específicas. Y Río Negro tiene capacidad instalada y profesionales suficientes como para encarar un proceso industrial potente.
La provincia también tiene un fuerte potencial en sus recursos naturales que podrían redefinir su esquema de producción regional, un desafío para los gobernantes que no se puede soslayar. El río Negro aporta un caudal esencial para poner hectáreas bajo riego, pero ello requiere también una inversión en infraestructura (energía, caminos, etc.) que aporte el cimiento necesario para los diferentes esquemas (ganadería, agricultura, fruticultura y otras) productivos. Es necesario también modernizar esquemas como el IDEVI y salir en busca de inversiones para los Valles y la Región Sur. Y sumar una industria minera sustentable.
En los últimos años, la provincia ha incrementado su producción ganadera (ovina y bovina) pero en términos comparativos -con otras regiones- sigue siendo una actividad incipiente.
Otra actividad que definitivamente tiene que potenciarse (y salir del modo artesanal) es la pesca. El recurso del mar argentino es rico y muy poco explorado y explotado. La reactivación del proyecto Pampa Azul pondría nuevamente a la comunidad científica a desarrollar un mapeo de la biodiversidad atlántica.
Río Negro está desintegrada en materia productiva. El desafío será conectar los ecosistemas para potenciar las actividades y generar valor agregado a través de las pymes y las industrias locales, en un mundo que demanda alimentos, que va en camino de revalorizar la producción -frente a la especulación financiera- y el desarrollo tecnológico.