La oposición en tiempos de pandemia. ADN
La pandemia del coronavirus provocó una readaptación en la agenda de los gobiernos, que vieron alterados su planes originales de gestión para abocarse a luchar contra un virus nuevo que aún no tiene vacuna. Pero también generó un desafío para las oposiciones que, aún en su rol, deben construir un discurso consistente para posicionarse como alternativa de poder en el 2023.
En el macrismo se agiganta la grieta entre halcones y palomas. Un sector es liderado por la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y el otro por el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Bajo ese liderazgo se ubican gobernadores e intendentes que trabajan en conjunto con el presidente Alberto Fernández en la gestión del COVID. Son quienes mayor imagen política tienen. Hoy, los oficialismos gozan de buena salud. Y no tan solo por administrar los estados sino porque se mantienen -aún en sus diferencias-un esquema ideológico sensato.
La pifia de los sectores (mal) llamados libertarios que militan la anticuarentena han quedado en falsa escuadra: tildan al Jefe de Estado de comunista y ahora acuñan la palabra infectocracia para definir al gobierno, un término más propio de la izquierda universitaria que de la derecha liberal. A pesar de la insistencia y el acompañamiento de grandes medios de comunicación, las medidas de aislamiento siguen teniendo un amplio acompañamiento social, lo que demuestra su fracaso.
En Río Negro la oposición no muestra más coherencia que la nacional. El único legislador de Juntos por el Cambio, Juan Martín, está enrolado en el ala Bullrich. Y el Frente de Todos expresa críticas al gobierno de Arabela Carreras, alineada a la estrategia del Presidente, lo que pone al espacio -en proyección- en la vereda de enfrente de Fernández.
El equilibrio es delicado.
Un ejemplo: los concejales del FdT de Regina pidieron bajar los salarios políticos de los funcionarios municipales, un reclamo del PRO duro a nivel nacional.
Esta semana, el bloque de legisladores tuvo un desafío pero no logró (como en la última sesión) abroquelar voluntades para aprobar por unanimidad el préstamo que Nación dará a la Provincia y el proceso de desendeudamiento. Dos de sus integrantes votaron en contra, y dos expresaron que su voto positivo era por «mandato partidario». ¿Los que se manifestaron negativamente no acataron ese mandato? Era esperable un acompañamiento crítico, pero completo. Las dos herramientas financieras que el Parlamento le dio al Ejecutivo están enmarcadas en las políticas de la Casa Rosada.
Del voto dividido brota la interna del FdT y la falta de cohesión de los diversos sectores que lo componen.
Un archiadversario de Juntos, Marcelo Mango, indicó que acompañar el proyecto del gobierno es fortalecer los estados. Su voto fue consistente con su línea histórica de pensamiento. Y pregonó que las oposiciones deben ser buenas para generar mejores oficialismos. Incluso, subrayó que una buena oposición hoy puede ser el oficialismo de mañana.
La bancada criticó el proceso de endeudamiento en dólares que tuvo la provincia con el Plan Castello. Aquel canje de bono, contó con el aval de muchos legisladores del FdT.
Las diferencias llevan a una pregunta: quién conduce el espacio en Río Negro? Indudablemente, luego de la derrota el año pasado, el Frente aún está reacomodando las fichas.
Otro dato llamativo. Cuando había que firmar un documento en favor del gobierno nacional, muchos intendentes no tenían conocimiento de la acción.
Para colmo, el ex gobernador Alberto Weretilneck -filomacrista durante cuatro años- es una de las voces más audaces en el Senado en favor de las políticas públicas del gobierno nacional. Incluso fue tajante esta semana cuando se conoció la denuncia sobre que la AFI de Macri espió ilegalmente a dirigentes políticos (él incluido) propios y extraños. En la lista también figuraban Silvia Horne y Martín Doñate. Ninguno tuvo una expresión pública tan determinante como la del ex mandatario que hasta adelantó que se presentará en la Justicia.
Cuando se conoció el tema, el bloque emitió un comunicado de repudio. En cambio, la bancada de JSRN confeccionó un proyecto de declaración para que la Legislatura de Río Negro emita un contundente repudio político-institucional.
Falta de cohesión, falta de reacción, falta de convicción o falta de conducción? Un poco de todo, quizás. Los cuadros políticos del FdT rionegrino están siendo interpelados por la pandemia, y tienen un fuerte desafío por delante.
El viernes, el abogado macrista de Roca, Nicolás Suárez Colman, presentó un Habeas Corpus ante la Justicia Federal para que se declare como inconstitucional la cuarentena. Hasta hora, ningún dirigente en el FdT de esa ciudad (que conduce María Emilia Soria) ni de ningún otro sitio de la provincia, reaccionó en consecuencia. Ni un solo comunicado en defensa de las decisiones que toma Alberto Fernández.
A pesar que nadie lo admita, hoy los partidos políticos ya se alistan para la elección intermedia del año próximo. Esa contienda será clave para el Frente local. Como en toda votación nacional, el espacio es favorito para ganar en Río Negro. Pero deberá trabajar para no romper la tradición victoriosa que inauguró Néstor Kirchner.