Aumenta la tensión política. ADN
En Río Negro no hay tregua política. Gobierno y oposición viven en tensión desde la declaración de la pandemia por el COVID-19. Son pocos los momentos donde hubo acuerdo -algunos se reflejaron en la Legislatura- a pesar que todos declaman buena voluntad para enfrentar la lucha contra el virus de forma mancomunada.
No es posible pensar la política actual sin considerar el conflicto como inherente a si misma, donde cobra cuerpo un viejo axioma: «La victoria sólo es posible si tenés un enemigo enfrente, y si él no existe, tenes que inventarlo…»
El Frente de Todos no hace pié en esta nueva realidad y está atomizado. Le cuesta encontrar un discurso público, y la falta de proyecto y conducción dejó a los intendentes sin contención y a la deriva.
Roca volvió a transformarse en el escenario de la batalla. La falta de transporte público y el incremento de casos de coronavirus fueron los motivos de un nuevo enfrentamiento entre JSRN y el FdT. Las barricadas de tierra que partieron a la ciudad en dos aportaron la imagen belicosa.
La ciudad desadjudicó el servicio a la empresa 18 de Mayo y lleva semanas sin definir una nueva licitación, perjudicando a los vecinos que se movilizan en colectivo. La decisión municipal también dejó a muchos trabajadores sin sus fuentes laborales -son 38 familias- que recibieron un salvataje de la Provincia.
En medio de ese conflicto, surgieron nuevos casos de coronavirus en la ciudad y el Ministerio de Salud decretó restricciones. Pero el Municipio, en vez de cerrar el ingreso y el acceso a la ciudad, levantó montículos de tierra dividiendo al centro de Roca de los barrios de la zona norte. Cuando la reacción popular de descontento (varios vecinos desmontaron los terraplenes con palas) se hizo visible, la comuna decidió quitar las barricadas y culpó al gobierno provincial. Pero las fotos de los camiones con el sello «en acción» indicaban lo contrario.
Las críticas no tardaron en llegar. La dirigencia de JSRN puso la lupa en la pifia municipal. También hubo quejas de Juntos por el Cambio y ATE. Las barricadas dejaban sin paso a los sectores populares. Otro golpe al sector, ya los habían dejado sin transporte.
El oficialismo volvió a dejar claro que el adversario son los Soria. Y el sector que conducen la Intendenta y el Diputado Nacional vuelve a darle motivos de críticas a Juntos. Para colmo, están desacoplados del resto del PJ y el Frente, lo que provoca una crisis interna que se tradujo en el bloque de legisladores desde el momento mismo de su constitución.
El FdT aún no se había recuperado de la fuerte derrota del #7A y debatía su futuro y una nueva conducción. En ese interín debían definirse las autoridades de la bancada y Martín Soria quiso imponer a José Luis Berros como presidente, pero hubo una fuerte resistencia. Amaneció un acuerdo y María Eugenia Martini fue ungida. La segunda derrota del sorismo fue la vicepresidencia segunda de la Legislatura. Finalmente a ese sitio llegó Alejandro Marinao.
En ese contexto, María Emilia Soria desistió del impulso de su espacio para presidir el peronismo y dejar la puja con el senador Martín Doñate, para dedicarse al gobierno municipal convencida que de eso depende su futuro. Así surgió Alejandra Mas como la nueva jefa partidaria.
Aquellos avatares internos produjeron este presente.
La pandemia impone acuerdos de gestión. El gobierno nacional definió esta línea con las provincias, y es importante que lo mismo ocurra con los municipios. Tener una política única de lucha contra el virus mejora las chances de sortear el momento con el menor costo posible.
La Argentina se erige como uno de los países donde no se saturó el sistema de salud y se evitó la selección de la muerte, como en España o Italia. Es por ello que Alberto Fernández definió pasar de la etapa del aislamiento al distanciamiento social. Será así en casi todo el territorio nacional menos en CABA, el Conurbano, Chaco, Trelew, Bariloche y el Alto Valle.
Arabela Carreras espera el decreto presidencial para definir la nueva faceta que -si tiene complicaciones- retrocederá. La Gobernadora estudia seguir los pasos que ordenó Nación (falta la letra chica del anuncio de Fernández) y hay dos posibilidades: regionalizar la provincia manteniendo el aislamiento en las ciudades donde hay contagios y circulación y dando paso al distanciamiento para el resto, o mantener el aislamiento en Río Negro pero con más apertura en casi todo el territorio.
La semana que viene será importante para determinar si las medidas que se han tomado en Bariloche y el Alto Valle frenan los contagios.
De todos modos, la Provincia deberá poner atención al nuevo brote ya que tiene como protagonistas trabajadores de la seguridad y la salud. Inlcuso, deberá investigar la cadena epidemiológica en la fuerza policial.
Más allá del virus, esta semana Río Negro tuvo una buena noticia: el Senado avaló el decreto presidencial que instrumenta el barril criollo. La Secretaría de Energía hizo una estimación que elevó a Economía en la que proyecta una mejora en la liquidación de regalías. Eso mejora las alicaídas finanzas provinciales.
Así y todo el cronograma fue anunciado sin recortes ni desdoblamientos. Es cierto que se corrió uno días, pero nada preocupante. Fue un alivio para los gremios, que veían con preocupación el proceso que dio en algunos sectores donde los trabajadores en confinamiento recibieron entre un 25 y un 30% menos de sus salarios.
Ahora, los sindicatos ponen el foco en el teletrabajo.
En el mundo laboral también amanecieron las tensiones. Sube la crisis entre UnTER y Educación, dos sectores que tenían buena convivencia. La conexión en este tiempo de educación virtual, las condiciones de trabajo y los docentes sin empleo son temas de cruces.
También surgió el pedido de reanudación de paritarias. Algunos gremios quieren revisar los salarios y las reglas laborales en tiempo de pandemia. Eso provocó la reacción de Carreras que advirtió que el Gobierno paga aún, los ítems como movilidad, en momentos donde obviamente no hay.