Sintonía fina. ADN
Arabela Carreras ya tiene pasaporte nacional. El jueves estuvo reunida poco más de una hora con el Presidente de la Nación en la Quinta de Olivos, y logró un fuerte respaldo a la renegociación de la deuda provincial. Antes, había estado en los ministerios de Vivienda, Desarrollo Productivo, Salud e Interior. Y volvió a la provincia con la confirmación de 60 obras, una nueva emergencia frutícola y la promesa de un crédito blando por 2.500 millones de pesos.
La Gobernadora cimienta su perfil de gestora y sobrevuela las rencillas políticas. Está decidida a ejercer -con firmeza- su rol institucional y espera poder desplegar su plan de desarrollo cuando pase la pandemia. Mientras tanto, campea la crisis.
Al regreso de su viaje decidió hacer el aislamiento por haber estado en una zona de crecientes contagios de coronavirus. El 90% de los positivos registrados en el país están en CABA y el Conurbano. El gesto de Carreras no es casual. Río Negro sigue siendo de los distritos con más casos (cada 100 mil habitantes) en la Argentina. Era necesario para sostener la cuarentena en Bariloche y el Alto Valle, donde se concentran los pacientes.
Preocupada, la Gobernadora invitó a un equipo de infectólogos a la provincia para trabajar con el Ministerio de Salud. En Roca desembarcó el jefe de gabinete de la cartera sanitaria nacional, Lisandro Bonelli, mano derecha del Ministro Ginés González García.
«Si bien hay un gran número de casos, Río Negro no está en una situación dramática» dijo el funcionario, quien llegó dateado sobre la relación de la Casa Rosada con Carreras. Un guiño sobre el tratamiento del COVID, pero esencialmente político.
En rigor, el éxito de la provincia es que los casos -aún en aumento- no están ni cerca de colapsar el sistema de salud. De todos modos, Río Negro está lejos de distritos donde no hay circulación, que habilitaron hasta el turismo interno. Las regiones rionegrinas que ingresaron en la etapa del distanciamiento, son las menos pobladas.
Carreras concentra su atención en la salud, pero también en la economía y además de la batería de medidas paliativas, piensa en la pospandemia. En esa línea acordó con los ministros de Educación, Nicolás Trotta, y de Turismo, Matías Lammens, reactivar los viajes de egresados en Bariloche. También logró la promesa del titular de Desarrollo Económico, Matías Kulfas, una nueva emergencia para el sector frutícola, al que le propondrá -entre otras cosas- una reconversión.
En la nueva norma trabajan productores, funcionarios locales, la diputada Graciela Landriscini y el senador Martín Doñate. Los parlamentarios del Frente de Todos tienen relación con las bases de la cadena productiva y es posible que la ayuda se concentre en los pequeños y medianos chacareros.
Doñate también participó de la gestión de un crédito blando de 2.500 millones de pesos -que será coparticipable- para aliviar las finanzas provinciales. Los detalles serán delineados entre los ministros de Economía Luis Vaisberg y Martín Guzmán.
«Siempre me encontrarán para ayudar a mi provincia. Nos une Río Negro», aseguró esta semana Doñate, comprendiendo la coyuntura política. Otra que entendió el momento es la intendenta de Roca, María Emilia Soria que, luego de un tironeo con la Provincia por las barricadas en la ciudad, agradeció a la Gobernadora y al presidente Alberto Fernández por las obras que llegarán a su comuna.
No hay espacio para escarceos. El FdT quedó atrapado. Carreras ya no requiere de intermediarios para abrir los despachos nacionales (ahora es tiempo que sus ministros estén a la altura de las circunstancias), y el senador Alberto Weretilneck aporta una pátina política fuerte, al respaldar los proyectos nacionales y enarbolar críticas al macrismo.
Esa jugada le valió las críticas de Juntos por el Cambio, que lo acusó de borocotizarse.
Río Negro está en sintonía fina con Nación.
Sin embargo al Gobierno le falta acción. La pandemia fue una excusa para muchos funcionarios para «hacer la plancha». Carreras toma nota. La mandataria quiere una gestión profesionalizada y tiene un proyecto de transformación. Evalúa que Weretilneck dejó sentadas las bases, y ahora es tiempo de edificar una nueva Río Negro. Eso implica un cambio en la gestión del Estado y pretende que su equipo esté a la altura.
Hoy, el coronavirus da protección a muchos porque la energía está puesta en dos vectores: salud y economía. Pero cuando vaya decantando este tiempo, quedarán expuestas aquellas áreas que no están dando las respuestas adecuadas.