Eva, su legado y el intento por destruirlo
(Por Lucía Ríos*).- “Antes de terminar, compañeros, quiero darles un mensaje: que estén alertas. El enemigo acecha”, decía Eva Duarte el primero de mayo de 1952 ante una multitud, en su último discurso, apenas tres meses antes de morir. Interrumpiendo los aplausos que anticipaban el silencio absoluto con el que la escuchaban, vaticinó lo que vendría luego del golpe de Estado de 1955: el intento de “desperonización” del país.
El palacio Unzué: donde vivió y murió Evita
Entre 1946 y 1955, Juan Domingo Perón fue el único presidente que vivió de manera permanente en el Palacio Unzué, que se había construído en 1887 como vivienda de descanso de una de las familias aristocráticas de la época, en el lugar en que hoy se encuentra la Biblioteca Nacional.
Algunas de las habitaciones de la residencia presidencial fueron escenario de diversos eventos de la Fundación Eva Perón y también de reuniones políticas de todo tipo. Allí se recibía a mandatarios de otros países, dirigentes, estudiantes de la Fundación y Evita fue fotografiada varias veces en las salas de la planta baja antes de alguna salida al Teatro Colón u otro evento.
También fue el lugar que le dio el último descanso aesa mujer. “Me voy, la flaca se va, Evita se va a descansar”, alcanzó a decir antes de entrar en coma el 26 de julio de 1952.
A las 21.36 de ese día, el locutor oficial Jorge Furnot, tuvo la tarea de informarle al mundo la muerte de María Eva Duarte de Perón: “Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación”.
A partir de ese momento las inmediaciones del Palacio Unzué fueron una especie de santuario a raíz de las flores, las cartas, las fotos y objetos que dejaban las personas entristecidas por la muerte de la dirigente peronista.
En 1956, al año siguiente de que la autodenominada Revolución Libertadora tomara el poder y derrocara a Perón, la residencia presidencial fue demolida para desaparecer todo simbolismo de la etapa peronista. No sin antes exponer vestidos y joyas de Eva Duarte. Los medios de comunicación querían mostrar la “corrupción” o “falta de moral”. Muchas de esas joyas fueron rematadas, otras robadas, y las que tenían el emblema peronista fueron fundidas.
En su libro “Eva y las mujeres: historia de una irreverencia”, Julia Rosemberg rescata un fragmento del noticiero “El fabuloso rey Creso”: «¡Y aquí están las joyas! Tasadas en más de 60 millones de pesos. El espíritu popular frente a estas fabulosas riquezas no puede menos que quedar entristecido”.
Los líderes populares y los líderes conservadores
«Es muy difícil hacer historia del peronismo porque muchas de las fuentes y los documentos fueron quemados», cuenta Myriam Pelazas, docente de Historia social argentina y latinoamericana de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA.
«Destruyeron todo lo que tenía que ver con la Fundación Eva Perón. Hasta quemaron pulmotores y llenaron de cemento las piletas en Ezeiza», dice Pelazas, y hace un paralelismo con la actualidad: «Me hace acordar a cuando asumió el macrismo y destruyó literalmente todo lo que había en el plan Qunita».
-¿Cómo fue históricamente el trato hacia los líderes más conservadores o de sectores de derecha?
-Myriam Pelazas: «Excepto Aramburu, con quien se identificaron sectores antiperonistas, ninguno fue asesinado -o ajusticiado-. No es comparable el nivel de violencia emanado de uno y otro sector si pensamos lo que se hizo con el cadáver de Evita o los bombardeos a la Plaza de Mayo, por ejemplo».
Eva Perón y el legado para las mujeres
En marzo de 1956, el gobierno de facto, bajo el mando del general Pedro Eugenio Aramburu como presidente, emitió el decreto 4161 que intentó borrar la figura de Juan Domingo Perón, Eva Duarte y otros símbolos y figuras del peronismo. “Querían borrar esa experiencia histórica de la Argentina, al punto tal de negar la posibilidad siquiera de mencionar la palabra. Y a Eva Perón la quisieron borrar de manera completa”, relata la historiadora Julia Rosemberg.
La autora del libro “Eva y las mujeres: historia de una irreverencia” (Ediciones Futurock), también señala un aspecto de la dirigente, pocas veces reconocido: “Se ha reivindicado su relación con los sindicatos, con la Fundación Eva Perón, que fue su gran obra social, y también aspectos de su vida privada que se han puesto de relieve por quienes la siguen como por quienes la atacan. Pero estos otros aspectos ligados a su lucha por los derechos de las mujeres, por igualar las condiciones de las mujeres respecto de los hombres, han sido más relegados de, no solamente una historiografía más académica, sino también culturalmente”.
-En la actualidad, ¿hay cierto desprestigio hacia Eva Duarte por parte del feminismo más vinculado a sectores de izquierda al igual que por el más conservador?
-Julia Rosemberg: «Sí, sin dudas. Eva es una figura que genera mucha incomodidad en el feminismo por no ser una feminista “pura”: para ella la cuestión de género está completamente tramada con la de clase. Por eso a ella le interesa hablar a las mujeres trabajadoras, ‘mujeres de pueblo’, como las llama. No a las mujeres en general».
-Pero algunos sectores de izquierda también se pueden considerar parte de la “clase trabajadora”, y sin embargo no le aceptan ciertas frases o contradicciones. ¿Por qué es eso?
-«Porque hay mucho desconocimiento acerca de la experiencia histórica que significó para las mujeres el primer peronismo y Eva a Perón en particular».
Las conquistas para las mujeres a raíz de las políticas de “justicia social” que impulsó Evita, fueron gran parte del plan de destrucción que generaron los sectores opositores al peronismo y que en la actualidad apuntan con los mismos adjetivos a quienes militan en los feminismos y sectores populares.
Sin embargo, y a 68 años de su muerte, se sigue evocando a Evita como parte de una construcción colectiva que superó bombardeos, destrucciones, intentos de humillación y que es una pieza fundamental en la política y el feminismo actual.
*Publicado en la agencia Télam.