Matrimonio igualitario: el testimonio de dos rionegrinas
(ADN).- “Somos una pareja muy independiente, aventurera, nos gusta viajar y compartir actividades al aire libre, somos muy aferradas a la familia”, cuentan Mariana y Gisela, un pareja que, como muchas en todo el país, celebran hoy los 10 años de la aprobación de la Ley del Matrimonio Igualitario.
Están juntas hace seis años y llevan tres años y medio de matrimonio. Ambas tienen 33 años y comparten su vida entre sus profesiones, sus viajes y un amor profundo por sus familias.
“Compartimos ese momento con una gran sensación de alegría, por ver tanta gente feliz, porque la ley garantizó derechos a un sector bastante golpeado por la sociedad”, dijo Mariana.
Al mismo tiempo, y más allá de la legislación vigente, reflexionó sobre todo el camino que resta recorrer en cuanto al respeto por el otro y la no discriminación: “Si bien vivimos en democracia, todavía es un reto importante la aceptación de la diversidad, porque hay sectores que dicen aceptar pero con condiciones, no al cien por ciento”.
En ese sentido, coincidieron en que “la diversidad es algo que existió, existe y seguirá existiendo, y hay que aceptar que cada quien vive su vida con sus propias elecciones y decisiones y éstas, en definitiva, no afectan a los demás”.
Entre sus proyectos, Mariana y Gisela tienen sueños compartidos y, a futuro, no descartan la idea de tener un hijo; la adopción sería una de las alternativas. Mientras tanto, juntas llevan adelante distintos proyectos, con la convicción de que “existe otra forma de amar, no solo la relación hombre y mujer”.
“Que haya más amor y menos odio; que se acepten las diferencias. Cada quien en su vida elige como querer, y si la sociedad tuviera un poco más de amor sería todo muy distinto. Hoy celebramos los derechos que nos protegen”.
Mariana nació en Viedma, es licenciada en Trabajo Social y empleada del Estado de Río Negro, y Gisela adoptó la capital provincial como su ciudad desde muy joven, donde actualmente estudia una tecnicatura en Niñez y Adolescencia, mientras trabaja como operadora de un Centro de Contención.