Vicentín sufrió vaciamiento corporativo financiero y comercial
(ADN). – Según un trabajo de los especialistas Alejandro Gaggero y Gustavo García Zanotti, pedido por el Banco Nación, la compañía agroexportadora Vicentin sufrió un proceso de vaciamiento corporativo, financiero y comercial que la llevó al default declarado en diciembre de 2019 por más de US$ 100.000 millones y que en medio de su concurso de acreedores vendió una parte de sus empresas. «El vaciamiento» incluyó la creación de empresas en el exterior y cambios en su estructura corporativa, que determinaron un «desdoblamiento e internacionalización de su estructura empresarial».
A partir de eso se crearon empresas holding en Uruguay como Vicentin Family Group (VFG) que adquirieron participaciones en firmas del grupo, especialmente, entre 2014 y 2017 que les permitió a los accionistas «vender las participaciones de algunas de las principales empresas del grupo -como Renova o Friar – luego de que Vicentin SAIC entrara en concurso de acreedores».
«Lo ocurrido con Friar es un ejemplo de esta trayectoria: Vicentin compró la firma en 2004, y años después vendió el 99% a los holdings uruguayos Nacadie y VFG Inversiones y Actividades Especiales, conservando apenas el 0,4%, lo cual le permitió a sus propietarios transferir casi la totalidad de la firma en agosto de 2020 a pesar de las restricciones impuestas por la causa judicial», puntualizó el informe.
Otro punto que profundizó el vaciamiento fue la compra-venta de empresas y operaciones intra-grupo, operaciones que «se caracterizaron por la opacidad de la información consignada en los balances», al mismo tiempo que el grupo tampoco «informó en sus balances transferencias de acciones muy relevantes a nivel patrimonial», como es el caso Terminal Puerto de Rosario (TPR), de la cual compró el 30% en 2012 y vendió el 20% en 2017.
También compró y vendió participaciones de empresas con pocos días de diferencia, como es el caso de Playa Puerto, además de que, a pesar de que Vicentin SAIC haya quedado con participaciones minoritarias en diversas empresas, oficiaba como garante en sus préstamos.
El vaciamiento financiero se dio en el marco de una «performance (económica) sobresaliente en los últimos años», pero en simultáneo con «un creciente endeudamiento de las distintas empresas del grupo concentrado en pocos acreedores» y, que en el caso de Vicentin SAIC, «se llevó adelante de forma desfasada a la generación de fondos propios».
Otro punto que destaca es la realización de préstamos financieros intra-firma que tuvieron como protagonistas a las cáscaras en Uruguay, las cuales «movilizaron fondos al extranjero que permitirían pensar a estos como una forma de salidas de capitales».
Entre finales de 2019 y principios de 2020 «el vaciamiento se aceleró» y el patrimonio neto de Vicentin SAIC cayó «drásticamente».
De esta manera, «las diversas cuentas bancarias de Vicentin SAIC comenzaron a poseer saldos negativos debido a que los retiros superaron a los depósitos».
Por último, Vicentin se vio imposibilitada de vender al exterior su producción, pero diversas empresas relacionadas adquirieron producción de Vicentin que luego fueron exportadas a través de la Sucursal, «es decir, estamos hablando de un “pasamanos” ya que en última instancia los bienes fueron adquiridos por la misma empresa que los vendió.