Cambiemos apuesta al voto antiperonista para el 2021
(ADN). – La política comienza a desafiar al coronavirus. Cada sector tira los primeros trazos de lo que será la hoja de ruta para las elecciones de medio término del año próximo. El debate central es el armado del discurso que capte voluntades en una sociedad que vive cansancio y angustia, y el futuro es incierto.
Cambiemos, como los demás partidos o alianzas, piensa en sus candidatos y ya surgen Aníbal Tortoriello, Sergio Capozzi, con posibilidades. Poco se sabe de los «lilitos», aunque su pelea es desigual frente al PRO y UCR para imponer un nombre en la boleta de la alianza macrista en Río Negro para las elecciones nacionales.
Hay otros posibles candidatos, como Juan Martín, pero “el que mucho abarca…”, y de perder y no ingresar al Congreso, significaría lesionar –en algo- a su labor en el bloque unipersonal de la Legislatura provincial y quedar expuesto en los cruces verbales parlamentarios.
Otro tema no menor será llegar a un acuerdo con el radicalismo, a pesar que ya se habla de una fórmula integrada por Tortoriello-Matzen. Significaría que la actual diputada nacional de Juntos por el Cambio quede relegada a un segundo lugar, que por supuesto no es su objetivo. Queda a resolver.
El PRO descuenta que pondrá el nombre del primero de la lista, pero la dirigente radical desea seguir ocupando un escaño en la cámara baja. Hoy tiene una debilidad: el radicalismo no la apoya en su conjunto y hay voces críticas a su conducción en el partido.
El radicalismo tampoco se resigna, pero hay que ir con pie de plomo porque puede romperse la alianza macrista.
Por ahora el PRO no visualiza otro candidato propio que no sea Tortoriello –aun cuando hay otros nombres en danza- y los argumentos están fundados en el caudal de votos en Cipolletti.
El ex intendente cipoleño hace política desde la anti política y se caracteriza por sus posiciones dubitativas respecto a seguir “embarrándose” en ese terreno. Siempre duda.
En los círculos más íntimos del PRO y dirigentes de la alianza existe un criterio de relativa importancia sobre los candidatos, porque hay confianza que podrán cazar votos en el coto del anti peronismo.
Esa es la clave que también entusiasma para derrotar a Juntos Somos Río Negro, ya que la pelea de fondo será por el segundo lugar. Consideran que la elección se nacionalizará de tal manera que no habrá espacios para propuestas provincialistas y que en esta instancia de la política nacional venderse como los verdaderos defensores de los intereses rionegrinos no entusiasma.
Para esto el macrismo pegará duro al gobierno nacional y a la administración rionegrina, que a su entender se ve debilitada por dos factores: la pandemia y su consecuencia directa, la situación económica. Se escucha repetir que JSRN no tendrá espacio político en las elecciones nacionales. Es todo un desafío y el exceso de confianza un albur.
También se piensa que algún rédito tendrán por haber conducido y alentado la campaña anticuarentena (al igual que sucede en otros países con el liberalismo) donde no sólo se llega a negar la existencia del virus, sino que se denuncia una campaña de sovietización y donde se han escuchado declaraciones hilarantes sobre la vacuna rusa.
Se vislumbra entonces una campaña donde se exacerbe el anti peronismo y que denuncia a sus aliados. Atacar al populismo y en esta estrategia no se salva el actual oficialismo y Juntos, que bregan por un Estado fuerte y protagonista, con políticas de reivindicación de derechos y desarrollo tecnológico.
Tampoco hay que zarandear mucho a los dirigentes nacionales de Cambiemos, donde Mauricio Macri y Patricia Bullrich están mal ubicados en las encuestas y sobresalen Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal.
Pichetto, sumado al liberalismo macrista, poco podrá aportar. Prácticamente abandonó la provincia y es magro el pichetismo residual con referentes sin poder territorial. Este espacio se reduce aún más cuando se pierde influencia en el Estado y no se pueden cumplir promesas o pagar favores.
Cambiemos tiene el libreto afilado y lo sabe de memoria. Una campaña donde poco se puede mostrar del gobierno de Mauricio Macri, pero con un eje central en “no permitir que el peronismo gane espacios en el Congreso”.
Aún todo está en la etapa de “los aprontes” porque por lo general el electorado da sorpresas a los pronósticos políticos.
Hay una sociedad cansada, angustiada y preocupada en tiempo de pandemia. ¿Cómo reaccionará? Nadie lo sabe.