Sube la tensión política. ADN
La política partidaria gana terreno e invade la agenda institucional, un síntoma del posicionamiento frente a las elecciones del año próximo. Ocurre desde que el gobierno nacional cedió frente al embate del conglomerado de la oposición conformado por partidos, medios y el mercado financiero que lograron romper la mono agenda del Covid y lo obligó a quitar la mirada esencial que amerita la pandemia, especialmente ahora que hay un pico de contagios.
En Río Negro ocurre lo mismo. La salud -el único tema que lograba consensos en la dirigencia política- ha perdido centralidad.
Los acuerdos legislativos y el trabajo conjunto entre representantes nacionales, funcionarios provinciales y autoridades locales se diluyeron, lo que dio paso a las diferencias. Esta semana, el Observatorio Nodio y la toma de un campo en El Foyel fueron en eje de la disputa entre Juntos Somos Río Negro y el Frente de Todos, que se encaminan a monopolizar la agenda provincial, desplazando a Cambiemos.
Pero el origen fue la última sesión del Parlamento cuando se debatió el aval al Gobierno para que pueda emitir Letras y girar en descubierto, un trámite habitual que se hace para aliviar las finanzas del Estado y encaminar financieramente la primera parte del año, un tema que no merece mucho debate, en especial, en esta coyuntura de crisis económica producida por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, se dieron fuertes cruces que dan cuenta del estadío preelectoral en el que se sumergieron los frentes y alianzas.
El FdT salió a cuestionar a JSRN por las críticas al gobierno nacional en esa sesión, y a jugar la carta que va a manejar desde ahora: «hay internas entre Carreras y Weretilneck». La oposición quiere instalar en la sociedad la idea de una grieta en el oficialismo, y dice que los zamarreos al Presidente y su Gabinete atentan contra la sintomía fina de la Gobernadora con la Casa Rosada, una idea que le atribuyen al Senador. Las críticas surgieron a días que la Mandataria expresó que no se ve compitiendo por una reelección.
Desde Juntos manifiestan que su postura no cambió: «siempre dijimos que íbamos a acompañar las medidas nacionales que favorezcan a Río Negro y nos opondremos a las que perjudiquen a la provincia». Ergo, «no hay grieta». Lo que no está en dudas, es que el oficialismo provincial debe marcar diferencias porque no puede pescar votos en la pecera del FdT, en las elecciones del año que viene, por lo que busca consolidar su base electoral y sumar el descontento con el gobierno central sin que ese electorado se lo quede el macrismo, de modo de colarse en la discusión por las bancas en juego en el Congreso. No se puede dar el lujo de salir tercero como en 2017. También está claro que buscan que la estrategia electoral no lesione la relación con Nación, un vínculo aceitado por Arabela Carreras que tiene guiños de Alberto Weretilneck en Senado y de Luis Di Giácomo en Diputados, quienes han acompañado casi todas las iniciativas del gobierno nacional..
El oficialismo alega que los roles están bien diferenciados. Carreras administra el Gobierno, lo institucional, y Weretilneck el partido, la política.
Además, le bajaron el tono a las declaraciones de la Gobernadora: «no hay conflicto» dijo Weretilneck en una radio de Roca, «ella dijo en público lo que venía diciendo en privado». Y agregó: «además sus expresiones fueron en el contexto de una entrevista cuando contestó la pregunta de un periodista» indicó, haciendo alusión a que no fue un renunciamiento (apresurado) explícito ni buscado. Además, aseguró que «faltan mucho para la elección provincial». Quien fue más al hueso es Luis Di Giácomo quien dijo en una radio en Viedma que “la posibilidad de continuidad es de Juntos Somos Río Negro” en 2023, y aseguró que llegado el caso se analizará y, si los números de las encuestas le dan bien a la Gobernadora, deberá ir por su continuidad, “a su pesar». El diputado expresó -con honestidad brutal- lo que está en juego: un proyecto a largo plazo que va más allá de los nombres propios, aunque sin desconocer el peso específico de los nombres propios en las urnas.
Los cruces entre JSRN y el FdT se dieron también por el Observatorio de Noticias falsas en la órbita de la Defensoría del Público. El oficialismo indicó que, como pregona la ONU, deben ser conformados por la sociedad civil. Para la oposición, es una herramienta necesaria del Estado.
También la ocupación de un campo de El Foyel por parte de un grupo de personas autoidentificado en el Lof Gallardo Calfu fue llevado al escenario político. El bloque de Juntos denunció un «plan sistemático de usurpaciones» y pidió al Frente que lo condene. Además, volvieron a apuntar contra la titular del INAI, Magdalena Odarda, porque «apaña a encapuchados que nada tienen que ver con las comunidades originarias».
No hubo respuesta de la bancada del FdT.
En cambio, sí se expresó Odarda y aseguró que el organismo a su cargo trabaja enmarcado en la Constitución y las leyes. Pero lo cierto es que su actuación incomoda al Frente y al gobierno nacional.
Al conflicto en El Foyel se sumó la diputada radical Lorena Matzen quien le pidió a Odarda y a la Ministra de Justicia de la Nación que definan una «postura clara» sobre las tomas en el sur rionegrino. También lo hizo el legislador del PRO Juan Martín, quien anunció que promoverá un juicio político contra el juez de la causa, quien no dio lugar al pedido que le hizo el fiscal de desalojar el campo, porque las personas que están acusadas de usurpación no fueron a la audiencia de formulación de cargos.