Una generación irrumpe nuevamente en la agenda política
(Por Agustina Pan*). – En el marco del tratamiento del proyecto de ley IVE es fundamental escuchar a todas, todes y todos lxs que tienen algo para aportar en esta discusión nacional, federal y fundamentalmente generacional. Nuestra sociedad ha dado grandes pasos hacia la inclusión. Sin ir más lejos hubo un tiempo donde las mujeres no éramos siquiera consideradas ciudadanas ( sin derecho a elegir o ser elegidas).
Parece algo lejano, pero fue apenas el 23 de septiembre de 1947 cuando las mujeres fueron incorporadas a la vida política a través de la Ley 13.010 instituyendo el voto femenino. Hasta ese momento, las mujeres no podían participar en el sistema político, no formaban parte de aquellos grupos que tomaban decisiones, no tenían potestad sobre sus destinos, ni la posibilidad de elegir con quien casarse, eran propiedad de alguien más , del pater familia (del Romano jefe de familia). Preguntándole a nuestras abuelas crudamente nos decían, Primero decidía el padre sobre ellas y luego el marido.
Durante la década del sesenta se atravesó una discusión profunda sobre la habilitación o prohibición de la pastilla anticonceptiva, la misma se sostuvo hasta la década del 70. A pesar de idas y vueltas, de argumentos a favor y en contra que circulaban, la utilización de la píldora era un hecho, su prohibición sólo impedía el acceso a los sectores de menos recursos económicos. La píldora anticonceptiva le permitió a las mujeres tener capacidad de decisión sobre sus cuerpos y darle un sentido de goce al sexo, previniendo embarazos no deseados. Este avance necesitaba ser acompañado por formación y capacitación mientras rompía con ciertos estigmas sociales.
Es indispensable que las mujeres y los hombres por igual, puedan tener jerarquía sobre sus cuerpos, recibiendo información y educación necesaria y fundamental, para que su formación en la infancia, la niñez, la adolescencia y la madurez, lxs encuentre con todas las herramientas existentes incorporadas posibilitándoles un futuro seguro elegido por ellxs y fundamentalmente por ellas.
En la actualidad, de nuevo, nos encontramos ante una decisión parlamentaria que le cambiará la vida a nuestras ciudadanas y a la sociedad en su conjunto, sabemos que estamos enfrentando un mundo alterado e injusto, plagado de dificultades y centralmente con los ojos de todxs puestos en el plano de la Salud.
En Argentina, nuestro sistema de salud , es garantía de la mayoría populares, aunque el arrástre de años de abandono nos deja con la tarea de seguir conquistando derechos y con una sensación de insatisfacción. Necesitamos que el congreso le de herramientas a nuestro sistema de salud para que en los hospitales, aquellxs que por algún motivo no puedan seguir adelante con sus embarazos puedan hacerlo de manera segura, con medicxs acompañanadolxs, sin esconderse y con la seguridad que la vida de aquellas mujeres que no desean ser madres sea prioritaria. Necesitamos que nuestrxs legisladorxs acompañen la necesidad de este tiempo, al igual que también, necesitamos leyes y estructuras del estado que nos cuiden a los nacidos, con políticas de acompañamiento de salud, alimentación y educación para lograr un desarrollo integral.
Las mujeres hoy desprotegidas, las que mueren por falta de políticas públicas, las mujeres todas, necesitamos dejar de ser ciudadanas de segunda por el mero hecho de ser mujeres y necesitamos un estado presente que acompañe las realidades de lxs que menos tienen pero por sobre todas las cosas, se acepten las realidades diversas que atraviesan todos los sectores sociales a lo largo y a lo ancho de toda la Argentina.
Por este motivo celebramos el “Plan de los mil días” para acompañar a nuestras mujeres en sus embarazos deseados, al mismo tiempo que necesitaremos continuar con Educación Sexual Integral en nuestras escuelas, clubes y espacios de niñez, para formar seres humanos integrales que reconozcan la necesidad fundamental y que de una vez por todas, logremos una Ley de aborto legal, seguro y gratuito.
Donde hay una necesidad, tenemos la obligación de construir un derecho.
*Fuente:Política Argentina