Bipolaridad ideológica
La disputa geopolítica entre China y EEUU en tecnologías de la comunicación y la información representa una oportunidad para Latinoamérica, que debería aprovechar la nueva bipolaridad. Así lo dijo en Sputnik la experta Verónica Sforzin, para quien la región debe crear servidores y nube propia en el camino hacia la soberanía digital.
La bipolaridad entre EEUU y la Unión Soviética que dominó el mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial y hasta que esta última se disolvió en 1991, se resumía en las capacidades militares de cada uno. Si bien contenía y se manifestaba en aspectos culturales, económicos y sociales, que dividieron a uno y otro polo durante 45 años, el poderío armamentístico era la clave.
Actualmente la principal discusión global gira y sucede bajo otros parámetros: el de las empresas tecnológicas vinculadas a la información y comunicación y sus estructuras que tienden a la monopolización y al control de sus usuarios, sean gobiernos, empresas o personas. En este contexto, Internet, nube, redes sociales y algoritmo son palabras que definen esta nueva lucha global, y que de acuerdo con nuestra entrevistada también es bipolar, pero ahora con tres protagonistas.
«A nivel mundial estamos viviendo una bipolaridad tecnológica: por un lado EEUU con sus corporaciones de Silicon Valley, y por otro tenemos a China y a Rusia con sus grandes empresas que tienen particularidades y formas de llevar las tecnologías distintas», indicó Sforzin.
Para la docente en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), «China es cerrada en términos tecnológicos y dentro de su país desarrolla corporaciones que son público-privadas. El Estado maneja y posibilita también ciertos desarrollos tecnológicos como parte de la planificación hacia dónde se quiere ir».
Choque de gigantes
Al igual que pasa en otras latitudes, en el gigante asiático este tipo de empresas «están teniendo cada vez más escala y más capacidad de maniobra y autonomía. (…) Hay una disputa entre el Estado y las corporaciones. Como son estructuras que tienden a la monopolización y al control de toda la cadena de valores de la tecnología, se vuelven medio inmanejables para los Estados, incluso para el chino», acotó.
Sin embargo, la socióloga argentina destacó que Pekín logra gracias a su sistema de participación estatal en las empresas una intervención más eficaz, pero también porque «les preocupa qué tipo de proyecto político y social se está desarrollando con estas tecnológicas para ellos». Distinto es lo que viene pasando en los últimos 20 años en EEUU, donde esas corporaciones son «100% privadas y cotizan en bolsa (…) y viven desafiando al Gobierno de EEUU. Tienen mucho poder y es un problema tanto para demócratas como republicanos», dijo en referencia a los juicios iniciados a finales de 2020 por el Departamento de Justicia contra Google y otras tecnológicas por prácticas monopólicas.
Sobre el jugador restante en esta nueva bipolaridad de tres potencias, Rusia, Sforzin destacó «los acuerdos estratégicos con China». «No es un país cerrado en términos tecnológicos, pero desarrolla también otras corporaciones», añadió.
La entrevistada remarcó la complementariedad entre estas dos potencias amigas, destacando que la fortaleza rusa «es la tecnología en la aplicación militar».
Y por casa cómo andamos
El poder de las tecnológicas de origen estadounidense quedó reflejado con la cancelación de cuentas y censura de los contenidos que publicaba Donald Trump cuando todavía era presidente.
En los mismos días se terminó de concretar la quiebra de una red social muy popular entre los seguidores del ahora exmandatario republicano. «Tanto Apple como Google y Twitter censuraron e hicieron una operación política y económica para fundir a Parler, una red social que tenía más de 100.000 usuarios. A partir de fundirla, avanzaron en ese mercado», apuntó la entrevistada.
Sobre cómo se posiciona Latinoamérica y el Caribe frente a este panorama, Sforzin planteó necesario preguntarse «cuál es el lugar que nos queda (…) en medio de la bipolaridad tecnológica entre EEUU y China». «Necesitamos el doble estándar tecnológico», enfatizó, y afirmó que el desafío es «cómo establecer acuerdos tecnológicos con China y EEUU sin que esa soberanía esté en riesgo y nos permita seguir en el camino de desarrollar nuestra propia tecnología».
Contar con servidores propios sería un camino indispensable como plataforma para proyectos como el que planteó recientemente el presidente de México, Andres Manuel López Obrador, de crear una red social propia para evitar la censura. «En Argentina hubo una experiencia de una red social que no se pudo sostener porque justamente los servidores eran de EEUU», aportó. Sforzin contó que Europa ya está planteando la regulación de todas las corporaciones tanto de EEUU como China dentro de UE «con leyes antimonopolio muy duras».
En esta misma línea, señaló que este mes lanzaron sus propios satélites y una nueva nube que les permite acumular datos y maneja conectividad entre las distintas regiones sin pasar por los satélites de EEUU o los chinos. Fuente: Motor Económico