La vacunación como acto solidario
(Por Ramón Chiocconi*). – Apenas comenzó la pandemia, la comunidad científica en cada rincón del mundo se esforzó en desarrollar una vacuna lo más rápido posible para combatir al coronavirus. En sólo 10 meses ya estaban los ensayos clínicos en marcha y hoy las vacunas tienen entre un 70 y 95% de eficacia.
La posibilidad de tener vacunas en tan poco tiempo fue producto del avance de la Ciencia y la Tecnología, de todas las investigaciones previas de la comunidad científica sobre las epidemias de SARS y MERS, y del financiamiento y enorme apoyo de gobiernos y laboratorios.
Como todas las anteriores, las vacunas contra el covid-19 fueron sometidas a estrictos y rigurosos ensayos. La rapidez de la producción, aprobación y distribución de la vacuna se debe al solapamiento de las fases I, II, III y IV.
La vacuna Sputnik V se aprobó en agosto y comenzó a administrarse en diciembre en Moscú y en enero en Argentina. El Gobierno Nacional hizo un esfuerzo inconmensurable para adquirirlas y comenzar a distribuirlas en un plan histórico, federal y equitativo. Hoy sabemos que es segura y su efectividad es de 91% en la prevención del covid-19, y que, además, proporciona una protección completa contra casos graves.
La vacuna es esencial para reducir la circulación del virus, y todo lo que viene de la mano: las hospitalizaciones y las muertes. Así como también permitirá acercarnos, de a poco, a una nueva normalidad.
Sabemos que estamos, lentamente, saliendo de la pandemia. Debemos ser pacientes y seguir cuidándonos mientras los trabajadores esenciales y las personas de grupos de riesgo se vacunan. De esta pandemia, salimos con solidaridad y cooperación.
Elegir vacunarse es elegir una salida solidaria
*Legislador provincial Frente de Todos