El oficialismo debate su estrategia. ADN
Juntos Somos Río Negro resolvió en una reunión reciente en Cipolletti, competir en las elecciones de diputados nacionales de fin de año, con el propósito de sumar una banca en el Congreso Nacional. Ese objetivo requiere del oficialismo una estrategia y movimientos tácticos para alcanzar la meta.
En este análisis hay sólo intuiciones, “corazonadas” y empirismo puro. Un pronosticó para octubre es un albur. Nadie se anima a interpretaciones de estrategia y tácticas de Carl von Clausewitz o de Sun Tzu, trabajos que aún perduran para el estudio de la política y la estrategia. El debate en Juntos hasta ahora es un cúmulo de intenciones.
No hay que fallar en estas decisiones, a pesar que el oficialismo juega un partido donde nada tiene que perder, porque no arriesga un escaño en Diputados, como sí sucede en el caso de Juntos por el Cambio, con la banca que ocupa Lorena Matzen. Se descarta –al menos por el momento- que el Frente de Todos tenga esa preocupación.
¿Qué sucede entonces en el oficialismo? Debe responder a un dilema: si esa estrategia y sus pasos tácticos no perjudicarán al gobierno. Corresponde entonces otra pregunta: ¿Son compatibles?
La cuestión no es de fácil resolución, una condición propia de la definición política-electoral.
El tema se debate en el siguiente escenario. Algunos en JSRN y dentro del gobierno impulsan que hay que comenzar a ser críticos del gobierno nacional porque de esta manera se pueden sumar votos de adherentes a Juntos por el Cambio, que es su verdadero adversario, para arrebatarle una banca. Para esto no hay que confundirse con el electorado peronista.
Un razonamiento lineal, simple y riesgoso, que tiene fundamentos en la necesidad de recuperar los votos que le permite ganar la gobernación, pero que se escabullen ante la bipolaridad.
El peligro es medir el punto del posicionamiento crítico, porque una palabra de más, una sobre actuación –a la que algunos son afectos- se corre el riesgo de quedar en la vereda de enfrente, donde luego es muy difícil cruzar la calle, con consecuencias graves para el 2023.
En la semana se pudo medir en parte esta estrategia con la designación de Martín Soria, aunque no se trata de un ejemplo acabado, es parcial y teñido de historias personales, locales y provinciales. Este nombramiento también disparó el inconsciente colectivo de muchos rionegrinos, sobre todo en los empleados públicos en Viedma.
Era un blanco fácil. La noticia provocó las reacciones esperadas y Alberto Weretilneck, la gobernadora Arabela Carreras y Luis Di Giacomo expresaron duros conceptos. El senador recorrió programas radiales y visitó en 48 horas los canales de televisión de la capital federal, que querían un vocero rionegrino calificado para arremeter contra la designación de Alberto Fernández.
Soria se sumará ahora a los blancos preferidos de críticas de JSRN, sobre todo de Weretilneck y Di Giacomo, como es el caso de la ministra de Seguridad Sabina Frederick, a quien hacen responsable de no solucionar las tomas de tierras y el accionar de comunidades mapuches en la provincia, sobre todo en Villa Mascardi.
Pero, también hay que señalar hay sectores en Juntos que prefieren una estrategia moderada, con tácticas menos confrontativas para preservar el gobierno, que es el salvoconducto para las elecciones provinciales.
En Juntos Somos Río Negro existe un ala peronista no dispuesta a bancar un enfrentamiento a fondo con el gobierno de Alberto Fernández, sobre todo intendentes que ven llegar obras e inversiones de Nación, que ayudan en tiempo de escasez y pandemia.
Lo mismo sucede con el trato que dispensa el gobierno nacional y todos sus ministros, a la gobernadora Arabela Carreras, que también recibe los aportes de la administración de Fernández.
En este marco, muchos sostienen que un buen gobierno en Río Negro, con obras y financiamiento ayudará en el 2023, a permanecer en la administración del Estado.
Juntos es un conglomerado de ideas y dirigentes de variadas orientaciones que confluyen fundamentalmente en la conjunción de un proyecto rionegrino y muchos se sienten integrantes del llamado campo nacional y popular y antiliberal.
Pedro Pesatti, que tiene buenas relaciones con el peronismo y mantiene contactos con el senador Martín Doñate, ha logrado inversiones para la capital provincial. El intendente de Viedma y vicepresidente de JSRN, avisó que está dispuesto a emigrar si la campaña electoral se torna “gorila”.
Este es el debate en Juntos Somos Río Negro, donde hay que poner en la balanza el resultado de una elección de medio término o preservar el gobierno provincial. Una disyuntiva que requiere de una estrategia en permanente equilibrio.
Qué otras cosas piensan en Juntos. En una ruptura del Frente de Todos generada por el massismo en la provincia y que el resultado de las elecciones internas del radicalismo ponga en riesgo la alianza macrista de Juntos por el Cambio.
Todo es posible. Aún resta mucho tiempo. La política hoy está signada por ritmos vertiginosos, con volatilidad y fragilidad.