Un salto al futuro
(ADN). – Por sobre las consecuencias de la pandemia y la inmediatez de las medidas de coyuntura que no dejaban espacio al pensamiento estratégico, Arabela Carreras se animó a romper esa rutina y propuso a los rionegrinos y al gobierno nacional un proyecto de futuro, jugar al largo plazo y sobre un eje tendiente a mitigar las heridas del cambio climático y el uso lesivo de hidrocarburos fósiles, con costos ambientales por la explotación petrolera irracional que ha contaminado a casi todos los ecosistemas del mundo afectando al suelo, agua, aire, fauna, flora y en especial a la vida del ser humano.
Hubo sintonía con el Presidente Alberto Fernández, en cuanto a colocar a la Argentina en el conjunto de naciones comprometidas por el desarrollo de las energías limpias y preservar la salud del planeta.
De esta manera la gobernadora ofreció que Río Negro fuera el hábitat de este proyecto y puso el norte del Ejecutivo en esta tarea.
El Hidrógeno Verde se presentaba como un proyecto difícil de explicar y entender, e incluso saltaba al debate con timidez, frente a la producción de combustibles tradicionales, sus intereses y consecuencias mundiales
El proyecto estará a cargo de la empresa australiana Fortescue, que invertirá US$ 8.400 millones – una inversión de magnitud pocas veces alcanzada- para producir hidrógeno verde, que en una primera etapa estará orientada sólo para la exportación.
El anuncio coloca a la Nación y a Río Negro como socios en este emprendimiento que además se instalará en Sierra Grande, en el este provincial, que jerarquiza de nuevo, como fue en los ´60 con el emprendimiento minero de HIPASAM, un proyecto de desarrollo integral y equilibrado de provincia.
La planta en Sierra Grande
Río Negro podrá convertirse para el 2030 en un polo mundial exportador de hidrógeno verde, con una capacidad de producción de 2,2 millones de toneladas anuales, que permitirá reducir drásticamente las emisiones de carbono en el mundo.
Además, según se informó, este proyecto cuenta con triple sostenibilidad ambiental, social y económica.
La empresa australiana que se instalará la planta en Sierra Grande, tuvo en cuenta en la elección del emplazamiento la cantidad y calidad de vientos, fuente energética principal para la producción, y se inició a partir de un acuerdo firmado junto al Ministerio de Desarrollo Productivo y la Nación y el Gobierno de la Provincia de Río Negro. También se utilizará «agua de mar desalinizada». Este proyecto es uno de los cinco más importantes que tiene la empresa Fortescue Metals Group.
Una vez determinado que el recurso eólico y otros son satisfactorios, se dará inicio a las consultas públicas y trámites para la construcción del proyecto, el cual tendrá tres etapas. La etapa piloto, para confirmar las capacidades previstas, con una inversión estimada en 1.200 millones de dólares, que producirá unas 35 mil toneladas de hidrógeno verde, energía equivalente para satisfacer a 250 mil hogares, la cual se iniciará en 2022 y finalizará en 2024.
La primera etapa productiva, con una inversión estimada en 7.200 millones de dólares, producirá unas 215 mil toneladas de hidrógeno verde, capacidad energética equivalente para cubrir el consumo eléctrico de 1 millón 600 mil hogares, y se extenderá hasta el año 2028.
El hidrógeno verde es considerado «el combustible del futuro» y es generado mediante electrólisis a partir de energías renovables como la solar y la eólica, en las que la Argentina tiene un gran potencial para desarrollar proveedores competitivos y crear nuevos empleos.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante del planeta y no es considerada una fuente energética en sí misma, sino un vector energético, ya que almacena energías generadas por otras fuentes de manera tal que posteriormente pueda ser posteriormente liberada en sistemas ya conocidos.