El dilema del peronismo rionegrino
(ADN). – Al peronismo rionegrino le cuesta definir su rol frente a la administración provincial y su relación con el gobierno nacional y también hacia adentro del Frente de Todos. No hay duda que debe ejercer el papel de opositor y ser fiel vigía de la institucionalidad, pero en la construcción cotidiana de poder que necesita, muchas veces queda a mitad de camino, quizás atrapado en la confrontación opositora.
Conviven varios sectores con comportamiento distinto. El kirchnerismo que acompaña a las políticas del Presidente Fernández, de acercamiento con el gobierno provincial. Se expresa -entre otras- en el trabajo conjunto de los senadores Martín Doñate y Alberto Weretilneck. Los intendentes, con un encuadre más pejotistas y que se relacionan directamente con el gobierno de Arabela Carreras. El sorismo como voluntad de una expresión peronista anclado en un terreno específico, como General Roca, y con una impronta personalista detrás de un apellido y en la figura de Carlos Soria, quien murió a 20 días de haber asumido el gobierno provincial, en un frustrado proyecto que nunca se sabrá la calificación final y por último hay que sumar al Frente Renovador, que vocifera su pertenencia al FdT rionegrino, pero con independencia y argumentos propios que apenas formado el bloque legislativo -escindido del Frente- mostró su propósito de mantener buenas relaciones con el gobierno de Juntos.
En la última función logró un lugar en al Consejo de la Magistratura merced a una gestión personal de la gobernadora Carreras. Nada es casual en política. O sea, la mayoría de los sectores -salvo el sorismo- entiende la necesidad de llevar adelante una política de acuerdos en la aplicación de políticas públicas.
No hay dudas entonces que el FR mantendrá fluidos canales de comunicación con el oficialismo, incluso incorpora esta política dialoguista como propia del espacio nacional que conduce Sergio Massa.
En el diario El Cordillerano (Bariloche) de hoy se publican declaraciones de Claudio Thieck, referente massista provincial, donde deja en claro que el Frente Renovador “acompaña al oficialismo provincial en diferentes gestiones con intendentes y funcionarios, como tiene que ser. Es decir, trabajamos en conjunto para la provincia para cada ciudad” y además agregó que “Si hay alguien que se confunde por estos vínculos institucionales, es que no entiende nada de cómo se construye y se hace política en favor de la ciudadanía”.
El peronismo salió tercero en las últimas elecciones del 2021. Necesita recuperar votos. ¿Dónde buscarlos? No será en JxC, el radicalismo, JSRN ni la izquierda. Hay terreno a trabajar en los independientes, pero ¿conqué discurso y proyecto?
Este sector, mayoritariamente de clase media, está captado por el discurso mediático del consenso y condena de las peleas entre políticos. Un sector adormecido por el mensaje farmacológico de la indiferencia a la política.
“Para crecer tenemos que ser opositores”, reiteran en el FdTdesde la Legislatura. Una verdad incontrastable en su concepción original, pero que tiene matices que si bien son secundarios, por momentos son los que la sociedad percibe, una sociedad que no entiende de “roscas” ni las comprende, pero tiene en claro una cosa: “no se peleen y trabajen para nosotros”.
Se requiere entonces trazar una estrategia para resolver esta dualidad. Desbrozar el camino de este dilema requiere preservar valores y principios fundacionales, en un marco de comprensión de la realidad que muchas veces exige indulgencias.
Este es el gran debate, en el que coinciden mayoritariamente dirigentes, intendentes y demás referentes como gremialistas, que necesitan de la buena relación con el gobierno en beneficio de sus afiliados.
El mayor peso opositor seguirá en el bloque del Frente de Todos, aún cuando no hay una línea homogénea en este tema. La Legislatura es un ámbito de debate, donde hay espacio y tiempo para discursos contrarios al oficialismo, mientras que en el afuera, la política puede darse otros gustos.
El análisis filosófico de Don Quijote y su compañero Sancho, indica que a pesar de sus buenos propósitos, arregla los conflictos de una forma inadecuada.