Ecos de la interna peronista. ADN
En política los gestos y las fotos tienen un valor superior a los elogios de ocasión. Martín Doñate concentró miradas en la semana, por su designación en el Senado, propuesto por Cristina Fernández de Kirchner, para el Consejo de la Magistratura, un campo de batalla clave en la pelea judicial con Juntos por el Cambio.
Un alfil para jugar por las diagonales del tablero oficialista que tuvo la atención, por ejemplo de Clarín, que publicó que Doñate «en dos años consiguió más influencia en los juzgados que Pichetto en 18», según “dichos de sus pares en la Cámara Alta que conocen bien” a los dos rionegrinos.
Tampoco pasó inadvertida la foto de Doñate, el senador Alberto Weretilneck y el ministro del Interior, Wado de Pedro, con Juan Manzur (Jefe de Gabinete) para anunciar un importante aporte para Río Negro. Esa presencia se leyó como “un aval de la Rosada”. La interna se cuela por todos los intersticios del cuerpo peronista y todo tiene que ver con todo desde que trascendió la posibilidad de un acuerdo electoral entre los senadores de JSRN y el FdT, una entente que nadie aventura como terminará.
¿El gobierno se mete en la interna provincial del PJ?. “Cristina ya le bajó el pulgar” a Martín Soria, escribieron los matutinos porteños.
Este es el punto de inflexión, ya que lo que se disimula en la provincia parece estar claro en los ámbitos del oficialismo nacional. Tema no menor, cuando el peronismo rionegrino siempre tuvo que ir a la Rosada a resolver sus internas y candidaturas. Sobran historias de varias delegaciones que viajaron a Buenos Aires con una propuesta electoral y volvían con otra digitada en el Obelisco, argumentando sobre la importancia que tiene el “verticalismo” en el movimiento creado por Juan Perón.
Mientras tanto, en Río Negro se sigue zarandeando el eventual acuerdo electoral con Juntos Somos Río Negro, donde nadie sabe a ciencia cierta de qué se trata. Hay oposición, mientras otros prefieren esperar para conocer detalles de esta jugada.
María Eugenia Martini, titular del bloque de legisladores, fue clara en su posición e incluso comparó que el propósito de JSRN es fagocitar al peronismo como sucede con la UCR, que le mereció una réplica del radicalismo. La barilochense es la voz del sorismo, que se unió a expresiones del roquense José Luis Berros.
Otro sector como Convocatoria Río Negro Hay 2023, rechazó todo acuerdo y pidió elecciones internas partidarias y PASO para el año próximo. También sumó su oposición Gustavo Casas, titular de Vialidad Nacional en Río Negro. Si hizo público, además, un comunicado de una veintena de unidades básicas de distintas localidades de la provincia, rechazando esta posibilidad y reclamando, a su vez al PJ, una convocatoria ampliada del Congreso que preside Martín Soria.
Al analizar este posible acuerdo, las unidades básicas se oponen en tanto “comprometa o pretenda condicionar electoralmente al Partido Justicialista de Río Negro o determine alianzas futuras, que nos arrastre a la interna entre la actual Gobernadora y el Senador”, denunciando la «intención del ex gobernador de empoderarse para un posible regreso a la gobernación».
También hay una franja del medio en las opiniones internas del peronismo, que sugiere esperar a conocer en que está pensando Doñate, pero siempre con cautela respecto a JSRN. Sostienen que el radicalismo puede ir en un acuerdo, pero que el justicialismo es gobierno en la Nación y por lo tanto tiene otras responsabilidades.
Queda claro que el trascendido de este posible acuerdo desató la interna, oculta o disfrazada, entre el doñatismo y el sorismo, que en principio obliga al resto a fijar posiciones o buscar caminos alternativos.
Hay un marco en este debate: el magro desempeño electoral en las elecciones nacionales, exige una estrategia de crecimiento, ya que llegado el proceso electoral del año próximo pocos serán los candidatos para una expectativa de menos del 30 por ciento de los votos, con un gobierno nacional que no ayudará.
Aún pasará mucha agua bajo el puente.