El «canciller» de Cristina construye su candidatura 2023
(ADN).- En La Cámpora ya se lo conoce como el «canciller». Ese apodo surgió porque es el hombre de los encargos de la vicepresidenta Cristina Fernández, que necesitan trabajo, discreción o, directamente, que requieren que no haya un Kirchner en la sala. Cuando hay que hablar con el campo, con empresarios importantes que siempre miraron de reojo al cristinismo, con la oposición, con la Justicia, con los popes de los medios o incluso con los enviados de países como Estados Unidos, el emisario es Wado de Pedro.
El Ministro del Interior arma su perfil de candidato a presidente para 2023. Su incursión por Israel con una comitiva de Gobernadores, Ministros y el CFI le dio rodaje internacional. Ayer se reunió con Alberto Fernández en medio de la feroz interna del Frente de Todos y la tensión por la salida de Martín Guzmán de Economía.
De Pedro es el único de los 21 ministros con los Cristina que mantiene un trato directo y fluido. Es su hombre en el Gabinete y en la Rosada, y es de hecho el despacho de “Wado” el que CFK usa en las raras ocasiones que visita la casa de gobierno. «El rol que le otorgó la Vice le calza bien: este fundador de La Cámpora tiene las ideas de esa organización pero unos modos refinados, un humor fresco, un manejo distendido de las conversaciones, una trágica historia personal que sensibiliza hasta al opositor más duro y una deficiencia en el habla que lo hace, como a cualquier buen antihéroe, humano. De Pedro es kirchnerismo duro pero con buenos modales», describe un artículo de la revista Perfil.
Al funcionario, oriundo de Mercedes, se le atribuye en gran parte la construcción del Frente de Todos, haciendo un trabajo de hormiga. Desde el 2017 en adelante, fue el encargado de recomponer las relaciones del cristinismo con el resto del peronismo. Si CFK fue la que aceptó ungir a un candidato que no fuera propio, si Máximo fue el que logró establecer un vínculo de cercanía con Massa -que de hecho comenzó, a fines del 2016, en un encuentro entre los tres que primero organizó Wado en su despacho de entonces diputado y luego se empezó a sellar en una comida-, fue De Pedro el que aceitó una centena de relaciones. Una por una, como le gusta a él, que al igual que Emilio Monzó reivindica la rosca.
Hijo de desaparecidos, pragmático y componedor, Wado asoma con fuerza como uno de los posibles candidatos de unidad para recomponer el FdT.
La figura de De Pedro también concita la atención de gobernadores e intendentes. En una reciente entrevista (Radio Seis), Arabela Carreras que formó parte de la misión a Israel, indicó: «Wado es uno de mis grandes interlocutores en el Gobierno». La mandataria rionegrina aclaró que tiene buena relación con el presidente Alberto Fernández, pero dijo que eso es extensivo a todos los sectores del Frente de Todos. «Tengo buena relación con todos» respondió, a propósito del vínculo institucional que tiene con el Gabinete que componen sectores del kirchnerismo, el massismo y el albertismo. Sin embargo, ensalzó la figura del Ministro del Interior. «Fui la única gobernadora invitada por él a un encuentro con la Ministra del Interior de Israel».
Pasada la crisis post PASO, ahora Wado anda trabajando en el deshielo. Está embarcado en un raid de eventos junto a los funcionarios cercanos al Presidente en un intento de mostrar unidad. Se reunió y viajó, en varias oportunidades, con Juan Zabaleta, ministro de Desarrollo Social en pie de guerra con el cristinismo, y también con Gabriel Katopodis, de Obras Públicas.
De Pedro insiste en que lo peor ya pasó. Y se concentra en el futuro.
Según “CB Consultora Opinión Pública”, en cinco provincias De Pedro tiene un diferencial de imagen positiva a favor, y suma 32% de aprobación en CABA y 29% en Buenos Aires. Aunque la consultora es privada, en el Gobierno dicen que los que más siguen con atención estos números son los integrantes de La Cámpora, que saben que el ministro -quizás por la sencilla razón de que no lleva un apellido con tanto peso- es su carta más potable.
De hecho, en alguna charla en confianza Wado se sinceró y admitió que, si la oportunidad llega, le gustaría ser Presidente.
Sin Cristina ni Máximo como opciones con posibilidades de atraer a un sector social más moderado, el nombre de Wado empezó a sonar en el cristinismo para el próximo comicio. Conociendo la verticalidad de ese sector, si él se muestra candidateable es que probablemente antes contó con el guiño de sus dos jefes.