Ideología, lealtad y pragmatismo. ADN
Existe un síntoma de época que expone un debate de fondo en los partidos políticos. Las alianzas y acuerdos electorales, hacen que el camino hacia el triunfo en las urnas con acceso al gobierno, subalternen principios fundacionales, ideológicos y lealtades en las organizaciones políticas, en pos de pragmatismos triunfalistas.
Este escenario, adonde suben como actores protagónicos los principales dirigentes partidarios, dejan al resto de referentes y cuadros en un estado de orfandad que los obliga a pensar su futuro desde lo local, e incluso lo provincial, aún cuando su estructura partidaria indique otro rumbo.
Carlos Toro, intendente de Ingeniero Jacobacci, ganó las elecciones municipales con la Lista 3 de la UCR, sin acuerdos con otros espacios, cuando el radicalismo conformó un frente con el PRO macrista en JxC.
En esta soledad gobierna en la localidad sureña, con ausencias de apoyos provinciales y nacionales, y a esta soledad patagónica llegó la dirigencia barilochense del Frente Renovador, para trabajar con el intendente e inyectar recursos en obras ferroviarias y en la apertura de un frigorífico, cerrado desde hace muchos años.
Consecuencia, Carlos Toro se sumó al FR, manifestó que votará a Sergio Massa, como presidente, que no comparte nada con el PRO, y que no renuncia a la UCR. Prueba de esto es que participó el viernes en La Plata en la Convención Nacional de la UCR, como convencional en representación de Río Negro. En la política desapareció “la incompatibilidad” y los “Borocotazos”.
Este, es un claro ejemplo del debate de la política actual. En definitiva, en el radicalismo quién representa a las viejas banderas populares y a la rebeldía de los más postergados. Hay radicales en el FdT y hay boinas blancas con el liberalismo y en definitiva todo se resume a una decisión dirigencial.
Vale otro ejemplo en el redil de Alem e Yrigoyen. Hay actuaciones en la Junta de Disciplina de la UCR provincial por las actuaciones inconsultas y adhesiones individuales de la presidenta y vicepresidente del partido por su cercanía de funcionamiento con el PRO.
En el Frente de Todos sucede lo mismo. Hay kirchneristas que cuestionan a la alianza gobernante, que califican de “blando” al presidente de la Nación y también hay peronistas que por el contrario defienden al gobierno y proclaman unidad en la acción, aunque esté ausente en la mirada ideológica.
En Buenos Aires, unos y otros pueden encontrar respuestas aunque no satisfagan, pero en el territorio rionegrino reclaman independencia.
El tiempo corre rápido y las ansiedades electorales no esperan.
El radicalismo tendrá que resolver en los próximos meses su política de alianzas, que demanda -vaya el ejemplo de Jacobacci- estar atento a las realidades locales donde es gobierno. La estrategia va en dirección a una alianza con JSRN, pero quienes no se sientan representados por el oficialismo provincial migrarán hacia JxC.
En el FdT la situación pareciera tener mayor complejidad. Hay silencio hacia adentro y afuera, las dos corrientes internas de mayor fortaleza, el doñatismo y el sorismo, no ofrecen candidatos a la gobernación (nadie quiere inmolarse) y surge la figura de Gustavo Casas, titular de Vialidad Nacional en la provincia, pero el referente del Instituto Patria en Río Negro, un ámbito kirchnerista de paladar negro, que preside su amigo de la época de estudiantes Oscar Parrilli, tendrá que responder a los lineamientos que lleguen de las oficinas de Rodríguez Peña.
Nadie en el PJ puede sentirse titular de un patrimonio cercano al 30% de los votos.
Vaya paradoja, Martín Doñate, un reconocido dirigente nacional de La Cámpora y senador rionegrino, trabaja en la posibilidad de un acuerdo electoral con Juntos, que funge junto a Alberto Weretilneck, sin embargo, a esto Casas se opone.
No todos los peronistas del FdT comparten esta posibilidad, al tiempo que otros esperan conocer qué hará Arabela Carreras.
La falta de definición por parte de la dirigencia y los cuerpos orgánicos, coloca al Frente de Todos en una peligrosa nebulosa.
Los dirigentes locales, intendentes, concejales y los legisladores de circuitos, que con todo derecho piensan en su futuro políticos, no saben cómo actuar y con quién referenciarse, sobre todo cuando los antecedentes en el PJ indican que siempre la Casa Rosada resuelve.
Hay desconcierto y cuando se indaga sobre su futuro, la respuesta tiene un estilo que refugia en lo falaz: “no es tiempo de candidaturas”.
No escapa a esta situación la cuestión nacional, donde además de Fernández como candidato, se menciona a la propia Cristina Fernández de Kirchner y a Sergio Massa, dimes y diretes que tendrán repercusión provincial.
Tampoco se conoce el alcance del eventual acuerdo Weretilneck-Doñate y por lo tanto queda un espacio de no saber qué hacer en gran parte de la dirigencia provincial del Frente de Todos.
La transversalidad y la versatilidad que impone la política, permitirá diversidad en alianzas y acuerdos, donde nada tendrá que ver con el cuerpo ideológico central de cada partido.
Otro tema que se fagocitó “la nueva modernidad”.