La política siempre juega ADN
El intendente de Conesa fue preciso al definir el futuro electoral provincial. Héctor Leineker (FdT) señaló que “no puede pasar que gane la derecha” y subrayó que “esta es la verdadera discusión” para el peronismo, con evidente traslación a Juntos Somos Río Negro (JSRN), ambos adversarios en las urnas de Juntos por el Cambio (JxC).
Hay un escenario nacional que se instala sobre el “avance del neoliberalismo” y los medios hegemónicos alientan la puesta en marcha de un plan económico ortodoxo -que hoy encarna Carlos Melconian-, si la alianza macrista gana las elecciones 2023. En contrario, sólo se levanta la voz del radical Gerardo Morales que propone un plan desarrollista y productivista, quien además, denunció una ola derechista y antidemocrática “que no nos llevará a ningún lado”. Acá también hay grieta.
El Hotel Llao Llao de Bariloche puso el marco rionegrino para esta avanzada. Fue en la reunión de los CEO de los grupos concentrados de la economía, que apuestan volver a gobernar el país. Allí se dio cita la plana mayor y el generalato del PRO y prometieron sortear “cualquier gradualismo”, para brindar confianza al empresariado. El encuentro fue propicio para expresar el apoyo a Aníbal Tortoriello como candidato a gobernador del sector en Río Negro.
Juntos por el Cambio se esperanza con la postulación del ex intendente de Cipolletti y no es casual la preocupación de los jefes comunales peronistas, porque son los únicos dirigentes del Frente de Todos con poder territorial propio, y no quieren verse afectados. Las declaraciones de Leineker, Sergio Hernández (Lamarque) y Liliana Alvarado (Cinco Saltos) expresan ese temor.
El peronismo busca una estrategia electoral, pero las divisiones internas no se pueden soslayar. El doñatismo bucea en algún acuerdo que mantenga las expectativas de poder mientras que el sorismo trabaja en silencio y con bajo perfil. Martín Soria convocó a la mesa del Congreso, sin dar a conocer los temas tratados por el máximo organismo partidario. Tampoco hizo pública su posición con miras al 2023. Todo será para el 2027 dicen ese redil.
Doñate y Soria mantienen sus diferencias. Trascendió que hablaron la semana pasada en la capital federal, en el marco del debate sobre el Consejo de la Magistratura. El senador de Luis Beltrán mantiene su vocación de jugar, mientras que el Ministro de Justicia no disputará una candidatura que en el actual marco político provincial y nacional lo llevaría a sufrir una segunda derrota. Las sombras de Remo Costanzo y Miguel Pichetto, están presentes.
Para Juntos Somos Río Negro los pronósticos de avances de JxC, la inclinación del electorado a la derecha, y el triunfo de la anti política también preocupan. Alberto Weretilneck, con anuncio de retorno, trabaja en un armado electoral que brinde seguridad y evite sorpresas. Elabora un plan que suma sectores del peronismo y el radicalismo, ya que no sólo se trata de volver, sino de ganarle a Tortoriello por amplia diferencia. Esta es su preocupación. Un triunfo ajustado no sirve.
A su vez, la gobernadora Arabela Carreras ratificó el juego de roles en el poder rionegrino. Ella se hace cargo del gobierno, y el senador del partido y la política electoral.
Carreras descansa su poder político en la gestión y dejó en claro que ese propósito “la trasciende”. Con los mismos números de adhesión en las encuestas que Weretilneck, mantiene el equilibrio, al tiempo que dejó en claro que la fecha de las elecciones en Río Negro la propondrá el partido, sin resignar su posición. «Yo firmo, pero no decido. Es una cuestión partidaria y se acordará en el espacio. Es una decisión en conjunto para conservar nuestro espacio político», respondió en un reportaje. ¿Se decide en el partido?, le repreguntaron. «Lo resolvemos juntos. No resigno mi poder de decisión», reforzó.
Todo lo que haga el partido del gobierno de aquí en adelante será con el propósito no sólo de ganar las elecciones, sino infligir una derrota a JxC que limite su rol opositor, además de cerrar todos los caminos a Tortoriello.
La política no descansa y los intereses se entrelazan y causan asombro y desconcierto. En esta semana la compra del avión sanitario por parte del Ejecutivo -con un costo de cuatro millones de dólares- concentró el interés y tuvo repercusiones. El gobierno aclaró: “se cumplieron con todos los pasos administrativos” y defendió el procedimiento, pese a las contradicciones expuestas, que son más productos de errores propios de los voceros.
Hay críticas a la adquisición de la aeronave, que también servirá para viajes de la gobernadora. En otros tiempos, se cuestionó al ex gobernador Miguel Saiz (UCR) por la adquisición de un auto marca Audi. Igual crítica mereció Weretilneck, cuando cambió el auto oficial por otro de la misma marca, pero de color negro.
El tema de la contratación de vuelos para traslados del gobernador/ra siempre suscitó controversias en casi todas las administraciones, más aún cuando los aviones propiedad del gobierno quedaron fuera de uso. Se recuerdan las críticas a los contratos de las empresas Bairesfly y de SAPSA, que incluso abrió un proceso judicial por contratos de vuelos en 2011/12.
Instalado el tema, el legislador del PRO Juan Martín, aprovechó la situación y presentó un pedido de informes sobre la compra en los organismos de control, pero llegó tarde. La Fiscalía de Investigaciones Administrativas y el Tribunal de Cuentas actuaron de oficio. Llamó la atención la rapidez. El TC no actuaba de oficio desde octubre de 2014, cuando los tribunos controlores Erika Acosta y Juan Huentelaf, lo hicieron para investigar actos administrativos del entonces gobernador Weretilneck.
La polémica relegó la importancia que tiene para la provincia contar con una avión sanitario, otorgando soberanía en un área tan sensible como la salud. El expediente de compra tiene casi un año y fue anunciado en varias oportunidades.
La anti política está de moda en Argentina, con apoyo mediático, y surgen prototipos de una dirigencia que encuentra eco en el descontento de la población por la situación económica y las peleas internas de la coalición gobernante. Ese escenario quiere recrearse en Río Negro. Las alarmas y los anticuerpos, se encendieron.