El poder convoca desde el Estado. ADN
El poder en Río Negro convoca desde el Estado y su administración. Es condición para comprender la naturaleza de la política provincial, donde siempre fue difícil construir un contrapoder, que ponga en debate el control del gobierno desde Laprida y Belgrano en Viedma.
Así fueron los 28 años de radicalismo que se invisibilizó en un frente electoral y hegemonizó e influyó en la vida de todos los partidos y que mantuvo al peronismo relegado de la posibilidad gobernar.
Esta pelea se concentra en los partidos políticos ya que no existen grandes corporaciones, con ese poder invencible que con sus ganancias controlan la política. No hay sectores económicos que puedan crecer y desarrollarse por fuera de la sombra del Estado.
Ese poder que se construye desde el Estado hoy lo monopoliza Juntos Somos Río Negro y que convoca al desafío de formar parte de un proyecto provincial a 20 años vista, apoyado en la producción de energía, la irrigación de los valles, la minería y el desarrollo tecnológico.
Este reto es correspondido por distintos sectores que también construyen poder desde sus propias organizaciones. Un hecho de significación fue la invitación a la gobernadora Arabela Carreras de asistir a una reunión de la CGT Río Negro. La foto con Rubén Belich, fue todo un testimonio del apoyo cegetista al proyecto rionegrino de apostar al desarrollo energético con la consiguiente ocupación de mano de obra. Se estima que 1000 puestos de trabajo demandarán las obras del oleoducto desde Vaca Muerta a Punta Colorada, en Sierra Grande, y unos 40.000 directos e indirectos con el proyecto de hidrógeno verde.
Esta foto también fue referencia en Viedma con la gobernadora Carreras y la dirigencia de la UOCRA, encabezada por Damián Miler, y el avala los planes de capacitación laboral, para preparar a trabajadores en la demanda laboral especializada, para este futuro.
De esta manera Juntos Somos Río Negro, en tanto administrador del Estado, atraviesa de modo transversal a la política rionegrina, los partidos, organizaciones sindicales, económicas y demás
Esta convocatoria a pensar el Río Negro del futuro no encuentra enfrente a ningún otro proyecto estratégico que le compita. La falta de oposición cuenta además con el agravante de las divisiones internas en los espacios llamados a pelear en las urnas.
Se suma a este protagonismo del partido provincial la crisis de los partidos tradicionales, como el PJ y la UCR, que en Río Negro sufrieron transformaciones en sus organizaciones y representaciones, casi al punto de desconocimiento por parte de la población. Vale recordar la última elección del radicalismo con la lista 3, en el 2015, con el 3.10% de los votos y el pésimo desempeño electoral último del peronismo.
La representación social de estos partidos es que lo está en crisis, mientras que el partido del gobierno es policlasista, multisectorial, heterogéneo y con variado espectro ideológico. En definitiva, siempre hay un motivo valedero para acompañarlo.
Las crisis actuales de la UCR y el PJ tienen vinculación con este polo hegemónico instalado en el Gobierno.
Veamos. En el radicalismo la pelea está dada entre quienes apoyan la candidatura de Aníbal Tortoriello, del PRO, por Juntos por el Cambio y quienes, por el contrario, prefieren ser parte de un proyecto de poder rionegrino y aliarse a Juntos, en un esquema provincial que le de autonomía de las decisiones del partido a nivel nacional.
Este quiebre llevó a suspender las afiliaciones de Ángeles Dalceggio y Walter Carrasco, precisamente por connivencia con el PRO y apoyar al ex intendente de Cipolletti. La Convención provincial de la UCR reunida ayer, dejó abierto el camino para una alianza con Juntos.
En el peronismo -también con pedido de sanciones y sumarios- el sector del sorismo, haciendo uso de su mayoría absoluta en el Tribunal de Disciplina, pretende desplazar de la conducción del partido al sector del doñatismo, que armó un espacio electoral, denominado “Nos Une Río Negro”, para contar con una herramienta provincial y municipal para competir en las elecciones en un eventual acuerdo también con el partido del gobierno.
En ambas situaciones hay un denominador común. El Poder está en el Estado. Nada se construye lejos de ese imán de atracción, que además ilusiona con protagonizar el futuro, que es la esencia de la actividad política, por ejemplo, en la defensa de los recursos naturales, que hoy plantea la paradoja de tener una provincia rica, con problemas económicos y financiera.
En tanto, en JxC como fuerza política que disputa también el espacio electoral, su discurso está más vinculado al orden nacional, o sea plasmar para un sector de la sociedad su anti peronismo-anti kirchnerismo, donde escasean las propuestas provinciales, incluso esta limitación hizo posible que su único representante en la Legislatura provincial haya votado leyes con JSRN.
Juntos avanza en su propuesta provincialista y propone la vuelta de Alberto Weretilneck a la gobernación, una figura excluyente como lo es también Arabela Carreras, con una estructura verticalista y personalista, que genera hacia el interior del partido la falta de política de los dirigentes de segunda y tercera línea.
El poder convoca desde el Estado y también disimula falencias y limitaciones.