Imputan a cinco policías por la muerte de un detenido
La Fiscalía de Cipolletti acusó a los cinco policías de la Comisaría del barrio Anai Mapu por torturas seguidas de muerte. Los acusadores aseguraron que el preso Jorge Gatica fue golpeado durante dos horas, por todos los agentes, y con distintos elementos, lo que le provocó «un trayecto de mucho sufrimiento, hasta la muerte».
Los policías declararon para intentar aliviar su situación. «El caso recién está empezando», advirtió el fiscal jefe Gustavo Herrera.
En una audiencia con múltiples postergaciones debido a la definición de la estrategia de los tres abogados defensores, la Fiscalía aseguró que hay pruebas contundentes para demostrar que Gatica (que fue llevado a la Comisaría por averiguación de antecedentes) no se encontraba lesionado antes de ser detenido.
El fiscal Juan Pablo Escalada descibrió la acusación. Aseguró que hay testimonios de testigos, filmaciones, e informes médicos que prueban que la víctima no tenía lesiones graves cuando fue detenido y un par de horas más tarde fue trasladado sin vida al hospital local, ubicado a pocas cuadras.
El representante del Ministerio Público detalló que, en ese lapso de tiempo, Gatica fue trasladado al hospital porque presentaba algunas lesiones superificiales y manifestó dolor. Sin emabargo, no eran heridas de consideración, por lo que la médica no consideró necesario otros estudios. «Luego de volver, durante unas dos horas, los policías golpean de distintas formas a Gatica, probablemente también con distintos elementos. Le provocan multiplicidad de lesiones en todo el cuerpo: su cabeza, tórax, las cuatro extremidades. Tenía más de 50 lesiones. Gatica fue torturado mientras se encontraba esposado, lo demuestran las marcas que tenía en las muñecas».
La jueza Agustina Bagniole consideró formulados los cargos, pero la audiencia continúa porque los policías decidieron declarar. Apuntaría contra uno de los cinco implicados como el responsable.
Dos de los acusados a puntaron a uno de sus compañeros. Se trata de los oficiales Herníquez y Carrizo, mientras que un tercero, Moraga, dijo no haber visto al detenido. Los dos restantes, Quintrel y Sosa, este último apuntado por sus colegas, se negaron a declarar.
Prisión preventiva
La Fiscalía pidió la prisión preventiva para los cinco, pero con diferentes modalidades. Sobre la oficial Henríquez, Carrizo y Moraga, solicitó que sea en sus domicilios, mientras que para los restantes, pidió que sea en calabozos.
El fiscal Herrera aseguró que con las declaraciones de tres de los agentes, quienes intentaron despegarse de la escena, permiten comenzar a «definir roles» y anticipó que la Fiscalía «va a seguir el proceso contra los cinco» y tanto sus roles como las responsabilidades, se analizarán en un juicio.
Las diferencias en las prisiones preventivas solicitadas por Herrera permiten inferir que las acusaciones podrían diferenciarse con el correr de la investigación. Sin embargo, advirtió que la Fiscalía no descarta que sean culpables de otro delito. «Ellos eligieron desligarse, y defenderán su posición en juicio. Eso aleja la sospecha de que puedan entorpecer la investigación».
Y recalcó que para dos de los acusados pidión que sea encarcelados porque en caso de ser condenados por tortura seguida de muerte, los policías enfrentarían la pena de prisión perpetua.
La defensa cuestionó los plazos, la fortaleza de las pruebas para sostener la acusación y la modalidad, según la situación de cada acusado.
La jueza Bagniole analizó los planteos de las partes y consideró que la Fiscalía logró probar, con los requisitos que impone el inicio de una investigación y que existe alto riesgo de compromiso de la causa si los acusados están libres. Por ello, accedió al pedido de la fiscalía.
La magistrada impuso cuatro meses de prisión preventiva en los términos solicitados por la Fiscalía, a los que adhirió la querella.