Una opinión sobre las PASO en el peronismo nacional
(Por Osvaldo Nemirovsci). – Hay algo más importante que las PASO como instrumento, y es la utilización de las PASO como valor de construcción estratégica. Esa es la importancia que hoy, los peronistas, debemos asignarle.
Puede ser, como lo ven desde cierto pragmatismo veloz, que las primarias no posean un valor permanente ni sean útiles siempre y para todos.
Es cierto, que tener democracia interna, en el PJ y las estructuras frentistas, no transita por el exclusivo camino de las PASO. Esa democracia para adentro, necesaria y vital, tiene mayores complejidades en su concreción.
Pero sea cual sea, la valoración que se tenga, hoy le sirven al peronismo. Pragmáticamente. Punto. No se debate más o menos democracia, sino lo útil que es para juntar lo que de otra manera no se junta.
Tenemos como tarea, recuperar poder político. Reconstruir masa crítica, sostener volumen electoral y revincular agenda entre nuestras propuestas y las demandas sociales.
Todo esto, no perdido pero sí degradado en virtud de errores institucionales, fallas políticas, disputas pesimamente resueltas y abandono de marcos lógicos de conducción. Todo esto puede negarse como realidad desde otras apreciaciones, siempre hay fanatismos que eluden responsabilidades y prefieren ver maravillas donde hay desventuras.
El peronismo no puede hoy, imponer rumbos para afuera y desarrollar acuerdos para adentro.
¡Pero debe hacerlo! Posee cierto compromiso histórico que lo obliga a asumir actitudes que respondan más a lo que representa social, cultural y políticamente, que a transitorios intereses de su dirigencia.
La angustia económica en sus versiones inflacionarias y de pérdida de calidad de vida, tiene una primera respuesta en lo político. Una sana reconfiguración del sistema, que se sostenga en el afianzamiento de un apto poder democrático canalizado en acuerdos que la política exige, daría respiro al pésimo humor social ya que se percibirían acciones que desde la política brindarán algunas cuotas de “raciocinio”.
Y ahí es cuando el peronismo entra en escena, ya que debiera mostrar la fuerza suficiente como para ser el actor político mas importante que encare una etapa de reformas que mejoren la actual situación.
Claro que esto tiene un entorpecimiento para llevarlo a cabo y es cierta pérdida de identidad, carencia de mensajes claros y fundamentalmente, un clima de internismo atroz. Preocupante.
Que esto sea así, no nos debe quitar el deseo de ser protagónicos del tiempo que viene. Que es electoral. Y en virtud de esa característica, las PASO adquieren singular valía.
No existe una candidatura de síntesis y consenso. No la hay, y frente a eso lo mejor y con lógica positiva es concebir PASO con varios candidatos que expresen las diversas posiciones y miradas internas. Con eso juntar más de 35 pts., mantenerlos en la general e ir al balotaje. Y ahí, ganar.
Insistir en unicatos es sospechoso, ingenuo y casi seguro conlleva a la derrota.
Varios medios auguran que en las PASO, el peronismo saldrá “cuarto”, y esa falacia, interesada que pretende confundir una elección que ordena candidaturas por partido con una general, ha prendido en nuestra dirigencia “decididora” y el pánico se apodera de quienes deben tener la templanza de hacer lo mejor.
¡Es absolutamente falso ese pronóstico ¡
Que sí puede cumplirse si llevamos una sola candidatura, pero estoy seguro que el peronismo/frentismo GANA LAS PASO en la suma como “marca común” proponiendo varias ofertas electorales que representen las diversas entidades que hoy viven en nuestro movimiento.
Y luego, fidelizar ese voto, en un gran porcentaje que nos coloque en aptitud de triunfar en la general. ¿Habrá dirigencia que no cumpla? Es posible. Pero la memoria electoral del votante peronista, si repetirá su voto de las PASO.
Hay algo mas importante que cualquier posicionamiento interno y es evitar que ganen los que como programa de gobierno, anuncian sin ponerse colorados y con alardes de modernos, cuestiones tan vetustas como la cancelación de derechos laborales, represiones sociales y ajustes de infamia bajo la excusa del déficit fiscal.
Contra esto se libra la batalla.