Empoderamiento
(ADN). – En lo que queda hasta el balotaje se producirá un reacomodamiento en las fuerzas políticas rionegrinas, en línea con los movimientos nacionales.
Juntos por el Cambio en Río Negro va camino a firmar su acta de defunción, en virtud del alejamiento del PRO y su alianza con Javier Milei. Queda en Río Negro un cascarón vacío que podría sostenerse con la CC-ARI y los socios menores de radicales distanciados de la conducción partidaria provincial, en tanto que Aníbal Tortoriello, presidente del espacio, anunció su renuncia para armar un partido provincial.
Si Javier Milei ganara en el balotaje, empodera a Juan Martín, hombre de Patricia Bullrich y Mauricio Macri, suma a Sergio Capozzi al bloque de diputados nacionales y se abre la posibilidad de crear un nuevo espacio con Lorena Villaverde de LLA.
La pelea es quien tendrá el sello del PRO. La CC-ARI se declaró prescindente en la segunda vuelta, lo mismo que los radicales “amigos”.
La UCR orgánica esperará una orden de Morales, porque podría sumarse y conducir este espacio desvalido, como partido mayoritario y a la vez podría incorporarlo al acuerdo con Juntos en la gran alianza provincial.
Si gana Milei habrá orfandad en sectores que tendrán definiciones nacionales de sus partidos, como el radicalismo y los aristas.
Si el triunfo nacional fuera de Sergio Massa, hay varios escenarios posibles para resolver el gran dilema: ¿A quién empodera?
El nuevo presidente no podrá desconocer al gobierno provincial de Alberto Weretilneck, quien brindó el apoyo de Juntos, al igual que la gobernadora Arabela Carreras y el vicegobernador electo, Pedro Pesaatti.
De esta modo de nuevo el PJ, queda prisionero de esta línea directa entre la Casa Rosada y Laprida y Belgrano en Viedma, que siempre entorpece para cualquier estrategia electoral y de crecimiento.
Massa y Weretilneck son dos zorros que se conocen.
Si llegara a la presidencia el actual candidato de UxP podría tener varios referentes con poder derivado de la jefatura de Estado: por un lado, a los dirigentes del Frente Renovador, que se fortalecería como partido y por otro al peronismo, en la figura de su conducción partidaria, donde Martín Doñate podría ser el nexo.
Acá queda un hueco por donde podría colarse Martín Soria, como integrante del bloque de diputados oficialistas, mientras que su hermana suma desde el municipio.
El peronismo volvería a ganar en las urnas, pero quedó reducido en protagonismo territorial, donde sólo suman los intendentes y algunos legisladores.
Otra pregunta es válida para estos momentos ¿Seguirá Unión por la Patria? y cómo se referenciará en Río Negro.
Hay un trasvasamiento natural. En Bariloche – como ejemplo- quedaron sin cargos la vitalicia senadora Silvina García Larraburu (más de 20 años en el Senado); la actual presidenta del bloque del FdT, María Eugenia Martini, el ex candidato a intendente Ramón Chiocconi, entre otros, donde también quedaron lejos del poder municipal en manos de Walter Cortés.
Lo mismo sucede en Viedma, Roca y Cipolletti. El peronismo podría quedar empoderado con un triunfo de Massa, pero carente de conducción que ordene y sea subsidiario de ese poder nacional, entonces el peligro es la movilidad de Weretilneck, quien además tiene la posibilidad de sumar a rionegrinos que se opusieron a Milei.
Esta situación podría sobrepasar a Juntos, donde hay sectores que ven con disgusto el juego del gobernador electo con el peronismo nacional. Naturalmente habrá otro espacio reformulado desde la propia realidad. Será un Junto distinto.
El balotaje dejará, según quien lo gane, un campo futuro de fuerzas políticas en posibles disputas o alianzas, con políticas de crecimiento captando a la ciudadanía sub 40 u planteando un proyecto provincial que convoque y el surgimiento de nuevas figuras políticas.
El escenario futuro también podría resolver disputas de vieja data entre Weretilneck, Tortoriello y los hermanos Soria.