«El gobierno nacional busca limitar el derecho a huelga»
(ADN).- La UnTER repudió el anuncio del gobierno nacional de querer declara a la educación como «servicio esencial». El gremio docente rionegrino, evaluó que la medida «busca limitar el derecho a huelga» y aseguraron que «la educación, en esencia, es un derecho social y humano».
El sector viene evaluando medidas de fuerza y avisó que está en riesgo el inicio de clases. A la declaración de la Casa Rosada, se suma la quita del Incentivo Nacional Docente y una paritaria rionegrina que solo ofrece bonos y sumas fijas como toda recomposición salarial. Un combo complejo a las puertas de una nueva reunión con Educación.
«La pretensión del Gobierno Nacional de declarar la educación como servicio esencial nada tiene que ver con considerar la educación pública como central, constitutiva, sustancial y un derecho social y humano, indispensable para el desarrollo del pueblo y que debe garantizar el Estado. Se trata de una decisión que busca limitar el derecho a huelga, consecuente con un proyecto político y económico al que le estorban los sindicatos, la libertad de expresión y el resto de los derechos, históricamente conquistados y defendidos por la clase trabajadora y los demás sectores populares», indicó el gremio a través de un comunicado.
El documento, firmado por Pablo Holzmann, Secretario de Prensa, Comunicación y Cultura, María Castañeda, Secretaria Gremial y de Organización, Gustavo Cifuentes, Secretario Adjunto, y Silvana Inostroza, Secretaria General, expresa:
«Repudiamos absolutamente el anuncio de la declaración de la educación como ‘servicio esencial’ y lamentamos que la esencialidad implique conceptos tan diferentes para nosotros y para el Gobierno Nacional.
Desde la UnTER consideramos a la educación no solo como esencial sino, y fundamentalmente, un derecho social y humano, porque estamos convencidos que es una herramienta vital e imprescindible y porque sostenemos que es el pilar fundamental para la construcción social de nuestra Patria.
Nos avergüenza tener un gobierno que menosprecie la educación pública, que ignore el valor de la escuela en la vida de todxs quienes habitamos las aulas y que sólo piense en pasar su motosierra para arrasar con todo lo construido en derechos para estudiantes y trabajadoros de la educación.
Los trabajadores de la educación siempre quisimos que los gobiernos entiendan la importancia de la educación, a la que claramente consideramos esencial y exigimos que se la priorice.
Es esencial que se invierta en construcción de escuelas, en SUM para que se puedan llevar adelante actividades con la comunidad educativa.
Es esencial que se garantice la comida en los comedores escolares y que se amplíe el refrigerio a todas las escuelas sin importar nivel y modalidad. El hambre no es cuestión de edad.
Es esencial que cada estudiante tenga garantizado el transporte para llegar a su escuela, y que cuando lo haga, ésta se encuentre en condiciones.
Es esencial que se creen los cargos que faltan en las escuelas.
Es esencial que los docentes cobremos un salario digno, que no estemos bajo la línea de pobreza, que cobremos en tiempo y forma tanto el sueldo como el aguinaldo.
Esencial, señor presidente, es que nos devuelva el FONID porque es nuestro por derecho, porque nos costó 1003 días de ayuno docente, de sacrificio y lucha colectiva.
Por todo esto la educación es ESENCIAL. Porque es vida; es pasado, presente y futuro. Es construcción, solidaridad, equidad y justicia. Es amor, paz y libertad… es independencia y emancipación.
Lamentamos tener un gobierno que, como primera medida, al asumir dictó un protocolo antipiquetes y que ahora, por tercera vez en dos meses, pretende declarar esencial la educación con el solo objetivo de impedir medidas de fuerza; es sin dudas un gobierno adoctrinador, necio y antidemocrático.
Rechazamos enérgicamente estas medidas, nos respaldan 40 años de democracia y la lucha de un pueblo para conseguirla. No vamos a permitir que ningún gobierno quiera adoctrinarnos, mucho menos dejaremos de reclamar cada vez que sea necesario.
El diálogo es siempre el camino, las palabras son las herramientas… pero, ¡las calles siempre son del pueblo, y estamos dispuestos a llenarlas cada vez que quieran arrebatarnos derechos!