Cruzar el Rubicón. ADN
“La suerte está echada”, (álea jacta est) dijo Julio César al cruzar el río Rubicón, porque ningún gobernador romano podría cruzarlo, al frente de sus tropas, con la posibilidad de ser declarado enemigo público.
La política implica diferencias, existencia de adversarios políticos, pero no es sólo conflicto, también es construcción.
Hay un clima de época que marca una conducta, de los gobernadores, diputados y senadores, frente al gobierno nacional, excepto de la oposición de gran parte del peronismo, como no podría ser de otra manera, aun cuando algunos mandatarios y legisladores del PJ se acercaron al gobierno de Javier Milei.
¿Cómo seguimos en esta relación con el gobierno de Milei? Esa es la pregunta diaria en Alberto Weretilneck y su entorno.
Sucede que desde el 10 de diciembre Río Negro estuvo marginada del radar de Milei. La provincia estuvo ausente de “todas las mesas donde algo se cocina”. Tuvo consecuencias.
No escapa a su responsabilidad la actitud del propio Presidente que agredió muy duro a los gobernadores, desde un comienzo, y los puso en la cima “de la casta” con calificativos que pocos olvidarán.
Weretilneck también respondió y tuvo al vicegobernador Pedro Pesatti como su primera espada en esta frontalidad.
Pero, ¿hasta cuándo? Las medidas nacionales apremian. Menos recursos coparticipables por la caída en las ventas, sin subsidios, aportes a educación y el transporte y ahora se sumó el fondo vial, que se integra con el impuesto a las naftas. El pago de las cuotas del Plan Castello, también inquieta.
Este estado de ahogo, que pareciera poco importar en la Casa Rosada, tiene que tener un final y el gobierno provincial busca la protección del foro de los gobernadores patagónicos. Ir juntos, y sumarse al espíritu dialoguista que inspira a la mayoría.
El tema es cómo, luego de tanto combates de lucha libre. Hay líneas tiradas, pero no en la Rosada o el entorno íntimo de Milei, sino en el Congreso nacional con diputados y senadores que mostraron buena voluntad en acercar a Weretilneck a las negociaciones.
El gobernador buscó en un principio esos canales, que siempre se negaron. Las puertas estaban muy cerradas y ahora hay un intersticio.
El tratamiento de la Ley Ómnibus se presenta como una oportunidad. El gobierno nacional resolvió la actualización jubilatoria por decreto y ya salvó un tema discutible, y por otra parte, el paquete fiscal y la reimplantación del Impuesto a las Ganancias irán con tratamiento por separado, donde para el segundo tema Río Negro mantiene su oposición y Milei lo sabe.
Se piensa entonces que la Ley Ómnibus quedó desplumada de temas controversiales para la provincia, con varios artículos a discutir y negociar, dando más maniobra a Weretilneck. O sea, negociar con gallardía y “no de rodillas”.
El modelo es el del gobernador peronista Martín Llaryora. Negocia con el gobierno nacional, obtiene beneficio para Córdoba y asiste al Congreso Nacional del Justicialismo.
Río Negro necesita ayuda. El gobernador trajinó mantener el frente interno en paz de conflictos laborales. Los gremios hacen sus aportes, pero apareció ASPUR con los hospitalarios y sobre todo con los médicos.
Weretilneck se paró en el centro de la escena. Convocó para el lunes a una reunión y ayudó ATE a morigerar la virulencia. El mandatario fue claro en el mensaje a los médicos, “si les ofrecen una alternativa laboral, acepten urgentemente” y abrió una gestión conjunta con la medicina privada para atender operaciones y urgencias, un tema que generó escozor y dudas en varios sectores políticos.
Weretilneck calificó la situación como “muy difícil”, la comparó a la crisis del radical Horacio Massaccesi y aclaró que “no voy a ser responsable de la quiebra de la provincia”.
Todo un mensaje: en beneficio de todos los rionegrinos voy a dialogar con el gobierno nacional y buscar canales de acuerdos.
Si Weretilneck observa el tamaño de la crisis y las dificultades para gobernar, no es menos difícil el escenario político futuro.
Las encuestas hoy no lo favorecen, tendrá que dar explicaciones (hacia adentro y los aliados) si tiene un acercamiento a Milei, y la elección nacional del año que viene se presenta como de cuatro cuartos y con un Acuerdo Provincial más presente en los discursos y la coyuntura electoral pasada, que en el escenario político real.
Juntos Somos Río Negro tendrá como adversarios al peronismo, que buscar unirse “para ser una alternativa”, al PRO que tiene una posibilidad con Mauricio Macri, por ahora afuera del gobierno nacional, y a un espacio con eje en el mileinismo y Aníbal Tortoriello, que según las encuestas retiene alrededor de 20 mil votos, adonde se sumaría Primero Río Negro, entre otros. Queda por observar los pasos de la UCR, que no descarta jugar en las nacionales del 2025.
Antón Pirulero. Alberto Weretilneck conoce su juego siempre en estrategias de pragmatismo y cercano al calor del poder. No se siente bien en el juego actual frente al gobierno nacional, un rol que le impuso una política nacional inesperada y con principios desconocidos y que lo hace pensar que el mejor camino es volver sobre sus pasos. Ni tan lejos ni tan cerca. ¿Hay espacio para cruzar el Rubicón?