Imagen de los gobernadores patagónicos

(ADN). – La consultora Mercados & Estrategia realizó un estudio sobre la imagen pública de los gobernadores patagónicos y también a la percepción del Presidente Javier Milei, que, a pesar de la confrontación con el arco político sureño, es el dirigente con la figura más positiva en la región, con un 49.4% sobre el total de las provincias, según publicó La Tecla Patagonia.

En cuanto a los mandatarios y la imagen dentro de cada jurisdicción, Claudio Vidal, de Santa Cruz, e Ignacio Torres de Chubut, son los que están mejor valorados por los ciudadanos, con un 73.2% y un 70.7% respectivamente. Le siguen el pampeano Sergio Ziliotto (62.8%) y el neuquino Rolando Figueroa (61%). En las últimas posiciones, Alberto Weretilneck, de Río Negro (43,3%); y Gustavo Melella (42,4), de Tierra del Fuego, son los únicos cuya imagen negativa supera la positiva.

En el informe señala que “La imagen positiva de Javier Milei supera a la de los gobernadores Alberto Weretilneck en Río Negro y Gustavo Melella en Tierra del Fuego. Pero es superada por los gobernadores Rolando Figueroa en Neuquén, Sergio Ziliotto en La Pampa, Ignacio Torres en Chubut y Claudio Vidal en Santa Cruz”.

En cuanto a la gestión, gobierno nacional tiene un 50,1% de aprobación, mientras que en las provincias “Chubut aprueba el 73,7%; La Pampa, 63,1%; Neuquén, 62,1% y Santa Cruz el 79,9%). Y en dos provincias se desaprueban la gestión de sus gobiernos: Río Negro (-46,1%) y Tierra del Fuego (-59,9%)”.

La publicación periodística señala en la encuesta se reflejan que las mayores preocupaciones a nivel nacional para los patagónicos son la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, mientras que en las provincias la problemática que más llama la atención es el estado de los hospitales y las escuelas.

El estudio concluye que en la región se nota una marcada polarización entre Milei y la corporación política. El gobierno nacional no ha explicado suficientemente el ajuste fiscal, lo que permitió que surgiera la narrativa de que la retención de fondos a las provincias era un saqueo nacional. A pesar de la estrategia «federalista» de las provincias patagónicas, solo tuvo éxito en aquellas con líderes nuevos, mientras que en las que tienen mandatarios de gestiones anteriores resultó casi ineficaz, indica la publicación.