“Desfinanciar la CNEA es una pérdida de soberanía»
(ADN).- La senadora Silvina García Larraburu criticó la decisión del gobierno nacional por no garantizar el financiamiento de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), y elevó un proyecto al Congreso solicitando al Ejecutivo un informe sobre la situación presupuestaria, y la ejecución de los proyectos CAREM y RA-10.
“Desfinanciar la Comisión Nacional de Energía Atómica condenará a la Argentina a una pérdida irreparable de su soberanía científica-tecnológica», alertó.
García Larraburu indicó que «la CNEA comunicó que actualmente sólo dispone para el año 2024 con el presupuesto prorrogado de 2023, lo cual implica que los fondos alcanzan hasta los meses de mayo o junio. A su vez, el recorte de las transferencias afectó la cadena de pagos y muchos proveedores están dejando de prestar sus servicios. Frente a esta situación, peligra la continuidad de proyectos como la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM), el Reactor Argentino Multipropósito RA-10, como así también el normal funcionamiento de las instalaciones de los centros atómicos, complejos tecnológicos y regionales. En estos establecimientos la CNEA desarrolla tareas relacionadas a la ingeniería para la generación nucleoeléctrica, el desarrollo de energías limpias y nuevas tecnologías de la información, la aplicación de técnicas nucleares para el cuidado del medio ambiente, la producción de radioisótopos medicinales, la asistencia tecnológica a la industria, entre otras”.
“Desde 1950 la CNEA posibilitó el desarrollo pacífico del sector nuclear en el país. Su rol es central en la formación de profesionales altamente capacitados y en la generación de capacidades científicas nacionales. Así lo demuestra el trabajo mancomunado que desarrolla con empresas como Nucleoeléctrica e INVAP”, argumentó.
Y aseguró que “desfinanciar la Comisión Nacional de Energía Atómica condenará a la Argentina a una pérdida irreparable de su soberanía científica-tecnológica, especialmente si se tiene en consideración que: la energía nuclear es de las más limpias que existe en la actualidad; la medicina nuclear es de las más sofisticadas para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades; y las principales potencias a escala mundial son las que más invierten en este tipo de desarrollos, en complementariedad con los vinculados a la transición energética”.