Doñate dijo que sin recusos se afecta la gobernabilidad
(ADN). – El senador rionegrino Martín Doñate reclamó al ministro del Interior, Guillermo Fancos, que “de profundizarse esta escalada y el retiro absoluto de los fondos, programas, la paralización de obras y compromisos financieros del estado nacional en Rio Negro, la tragedia social y las dificultades para sostener la gobernabilidad que se incuba en provincias como la nuestra, pueden tener consecuencias graves”.
El senador de Unión por la Patria, pidió al gobierno nacional que atienda el «complejo momento social” que atraviesa Río Negro y solicitó que se tomen medidas para “evitar mayores tragedias”, al tiempo que criticó las políticas de la Casa Rosada que ahogan a la provincia.
indicó Doñate que de las provincias patagónicas Río Negro es la provincia con mayor dependencia de recursos nacionales y menor niveles de independencia y soberanía financiera y tras un pormenorizado detalle sobre la situación económica y su afectación a los servicios esenciales del Estado, y reiteró su prédica de arribar a grandes acuerdos para generar políticas públicas que den respuesta definitiva a los problemas históricos de la provincia y ganar en autonomía e independencia.
La carta
Por medio de la presente solicito por vuestro intermedio que el gobierno nacional tome nota y atienda con especial atención el complejo momento social que atraviesa la provincia que represento en el senado nacional y obre de manera urgente a fin de evitar mayores tragedias no sólo al castigado pueblo de mi provincia sino que a toda la nación por el gravoso panorama que puede replicarse a lo largo y ancho de la patria en un efecto contagio propio del extremadamente difícil panorama económico que el propio Presidente ha reconocido en su cadena nacional del pasado 22 de abril.
La singularidad que atraviesa Rio Negro obedece a una calamitosa combinación fruto de deficientes gestiones que pusieron a nuestra provincia como la de mayor dependencia de fondos nacionales de toda la Patagonia argentina, un altísimo nivel de endeudamiento en moneda extranjera y nacional, y con el oprobioso mérito de ser una de las pocas, (sino la única) que arrastra saldos deudores corrientes -tal como registran los informes del Banco Central de la República Argentina-. Todo ello sumado al terrible impacto que las medidas económicas instrumentadas por la presente gestión a partir de diciembre que aceleraron una crisis que repercute en todos los ámbitos de la vida provincial con escenas que muestran el crujir de una situación que, por ejemplo, se expresa en la virtual parálisis del sistema de salud provincial.
La salud de los rionegrinos, además de las restricciones casi totales a la mayoría de los insumos básicos para prestar su servicio, padece la masiva renuncia de profesionales y directivos generando esto un impacto que se proyectará profundamente por un largo tiempo.
No están lejos de esa fragilidad alarmante la prestación de servicios públicos esenciales como la Seguridad Pública y la Educación que también viven una emergencia de dimensiones.
Lo mismo sucede con muchas finanzas municipales cuyas gestiones locales ven mermada sustancialmente su capacidad operativa y comenzaron a ingresar en el fangoso terreno del déficit y, en ese sendero, la imposibilidad cierta del cumplimiento de deudas o abandono de los elementales cumplimientos en los servicios públicos para sus vecinos.
Las medidas llevadas adelante por la gestión del Presidente implicaron, en el caso de mi provincia, un inmediato cese de flujo de dinero equivalente a toda una masa salarial en el primer trimestre del año con aspectos instrumentales que rayan con el absurdocomo la paralización total y absoluta de la obra pública, muchas de ellas estratégicas tanto en la provincia como en cada uno de los 39 municipios de Rio Negro.
Lo mismo sucede con el enorme impacto del cese del Fondo de Incentivo docente que explica un porcentaje determinante del ingreso promedio de los docentes rionegrinos. No es casualidad que millones de argentinos hayan reaccionado en las calles masivamente el pasado 23 de abril puesto que es claro que, más allá de las excusas de ocasión, el ejecutivo nacional se desentiende de la educación pública y el sostenimiento de los recursos de nuestras Universidades Públicas.
Pero, tanto ustedes como nosotros, hemos sido elegidos para resolverle los problemas a la gente y es evidente que no va a ser con reproches o despliegues comunicacionales en twitter que vamos a lograr ese cometido.
Le pido en nombre de la provincia de Rio Negro a usted y al Sr Presidente de la Nación, que atiendan, escuchen y den respuesta al gobernador de la provincia y a cada uno de los intendentes e intendentas municipales que, en medio de una crisis que se profundiza minuto a minuto, tienen la enorme responsabilidad de administrar el estado provincial y las ciudades rionegrinas.
Creame, Sr. Ministro que, se profundizarse esta escalada y el retiro absoluto de los fondos, programas, obras y compromisos financieros del estado nacional en Rio Negro, la tragedia social y las dificultades para sostener la gobernabilidad que se incuba en provincias como la nuestra, pueden tener consecuencias graves desde el punto de vista humano e institucional. Y no puedo, como senador de mi provincia y, fundamentalmente, como ciudadano rionegrino, dejar de levantar mi voz para poner en claro que estamos a semanas de encontrarnos ante un escenario inmanejable.
A pesar de estar en las antípodas de lo que representa el gobierno nacional actual, no quiero dejar de hacer el intento y de cumplir con mi responsabilidad de ponerlo en conocimiento y subrayar la gravedad del estado de situación. La interlocución con el gobernador y las y los intendentes de mi provincia deben ser parte de la sana convivencia democrática y el respeto por quienes fueron elegidos por las y los rionegrinos.
En paralelo pero vinculado a la situación actual, no quiero dejar de subrayar algo que ya hemos señalado durante los últimos años insistentemente. Rio Negro necesita grandes acuerdos intersectoriales para revertir su dinámica de altísima dependencia y construir políticas de estado que le permitan incorporarse a un sendero de mayor orden y proyección, autonomía financiera y económica, y mayores niveles de aprovechamiento y desarrollo de su inconmensurable riqueza y potencial productivo, científico, turístico e industrial. Nunca es tarde.
Pero no hay excusa, por lo menos no para mí, para resignarme a ver como la provincia entra en un proceso de degradación en el cuál quienes menos tienen son los primeros en padecer la crisis y las empresas, comercios e industrias de Rio Negro comienzan a quebrar o bajar sus persianas. Pero sepa el gobierno nacional que, más allá de la narrativa que pretenda imponerle, todos los rionegrinos sabrán que la responsabilidad final por el conjunto de tragedias que están a la vuelta de la esquina es de un gobierno que bajo el grito de libertad condena a sus compatriotas a un vivir indigno, o lo que es aún más angustiante, a un oscuro presente y un peor destino de ribetes irreversibles.