Desangelado. ADN

Pasó el encuentro convocado por Alberto Weretilneck con Mario Riorda. Quedaron anécdotas y números de encuestas que ya están viejos. Quedaron datos y reflejos sociales a tener en cuenta, pero nadie puede merituar cómo caló en los funcionarios, cuadros y dirigentes el estado de situación del gobierno provincial y sobre todo el pedido, casi un clamor, de “salir a trabajar” y estar “junto a la gente”.

El gobierno no pasa por su mejor momento. Causas endógenas y exógenas lo condicionan. Todos lo saben, sino no se hubiera recurrido a Riorda a mover la modorra, más tangible en algunos ministerios y puntos del Estado que en otros. Lo mismo ocurre en los circuitos electorales.

Hay preocupación. A esta maquinaria estatal-electoral la mueve sólo Weretilneck y depende de su esfuerzo, voluntad y trabajo para que el pesado carromato comience a caminar.

Este es el punto. Muchos observan que el gobernador está cambiado, sobre todo aquellos que lo conocen bien, algunos sin trato diario.

Perdió aquel ángel atrayente, que ilusionaba, con ideas y proyectos que convocaban. “Está desangelado” describía uno de esos comentarios. Perdió la utopía.

Está atosigado de problemas sin resolver. El tema es Javier Milei que puso a todo el partido de gobierno en off side. Acostumbrado a hacer política con cánones viejos para darle pelea a esta política libertaria que dejó a la provincia sin recursos y además, sin consideraciones o alternativas de diálogo y relación política. Una provincia que evidentemente no le interesa.

Con agravantes, Juntos Somos Río Negro armó -desde el inicio- una estrategia basada en el pragmatismo, imitando al radicalismo rionegrino que estuvo 28 años en el poder, adaptando siempre a la provincia a los gobiernos nacionales. En los últimos años, de ese radicalismo, Weretilneck no estuvo tan lejos.

Esta práctica lo dejó sin banderas en el terreno ideológico y hoy, aunque se trate de ocultar en muchos debates políticos, es un elemento gravitante en el análisis y para tomar en cuenta el cómo y el porqué de las políticas nacionales. El problema es que en Juntos conviven peronistas, radicales y libertarios, de modo que las medidas de Milei exigen acomodar sus pensamientos a las necesidades del gobierno provincial.

Agustín Domingo es un liberal confeso y votó la Ley Bases convencido, más allá de la directiva del gobernador. Sin embargo, Mónica Silva, que todo indica que terminará votando a favor del proyecto oficialista, se aprieta la nariz, ensaya excusas, le pesa su pensamiento nacional, su relación en la UnTER y su convencimiento de la vigencia del rol del Estado presente.

Esto es hoy Juntos, gracias a Milei. El otro ejemplo es el cierre de sucursales del Correo Argentino, con declaraciones paradójicas del diputado nacional que votó con el gobierno un instrumento que precisamente permite avanzar en las privatizaciones, en favor de empresas, como en este caso Mercado Libre, y de Facundo López, discordante con la misma práctica de Juntos, cuando se refirió a la “partidización de organismos del Estado”. La historia es implacable.

La contratara estuvo en el vicepresidente de JSRN y vicegobernador, Pedro Pesatti, quien en un posteo en la red social X, sin cortapisas ni vocablos altisonantes, definió su postura transparente y precisa, sobre el presidente Javier Milei y sus políticas, «gobierno que busca desmantelar el Estado, borrarlo del mapa si es posible», dijo.

Este es el debate en el gobierno. Ordenar hacia adentro posiciones antagónicas que a medida que avancen las políticas nacionales contra las provincias se van a agudizar. Hay una grieta interna a salvar ante un gobierno unitario y libertario, que no deja espacios posibles al provincialismo ni al federalismo. Los que subsisten es porque tienen joyas de la abuela que interesan al poder económico.

El gobierno también tiene contradicciones en el tema del gasto, que interpela las angustias económicas con las contrataciones de servicios, consultorías o pagos de bonificaciones, adicionales personales y/o funcionales y suplementos a funcionarios en el IPROSS, la Unidad Ejecutora Provincial (UEP), Secretaría de Trabajo y la Función Pública, de hasta el 60 y 80 por ciento del sueldo bruto de la categoría 8 profesional, como se publicó en el Boletín Oficial 6284 del 9 de este mes.

En la administración de Milei, que instaló la consigna “no hay plata”, hay casos como en YPF, con sueldos del directorio de 60 millones de pesos y que perciben los ministros Guillermo Franco y Nicolás Posse, en calidad de tal. También en la AFIP su directora, Florencia Misrahi, cobra 22 millones y la Jefa de Aduanas, Rosaba Ludovico, más de 18 millones.

Esta grieta interna sobrevuela en el comportamiento de los representantes rionegrinos en el Congreso de la Nación. El debate de la Ley Bases puso blanco sobre negro el debate ideológico interno, porque se vuelven muy lábiles los argumentos esgrimidos para apoyar estas medidas que ofrece el gobierno nacional, y que demás considera fundamentales para consolidar el proyecto libertario.

¿Y entonces? Cómo se justifica. ¿Qué beneficios tiene para Río Negro, sus habitantes, su producción, su actividad económica, la Ley Bases? Nadie lo explica, pero el daño y los prejuicios están claros en cada uno de los más de 240 artículos.

El virus que hizo implosión se sintió también en el Gran Acuerdo Provincial. Riorda se dedicó a explicar cómo hay que recomponer JSRN, volver a las fuentes y reconstruir el contrato social con los rionegrinos. Eso no incluye al PJ-Nos Une ni a la UCR que fueron parte del armado electoral de abril del año pasado.

El PJ camina a la unidad y pretende darle batalla al liberalismo en la carrera al Congreso en 2025. En la UCR ya se fugó el intendente radical de Allen, Marcelo Román, uno de los jefes comunales que había dado señales cuando se reunió -junto a otros intendentes radicales- con la diputada mileísta Lorena Villaverde.

El caso es paradigmático: Allen es la localidad de la legisladora Lorena Matzen y Román fue parte del descangallado acuerdo con Weretilneck, quien relegó a Juntos en las elecciones municipales permitiendo una implosión con dos candidatas: Sabina Costa por un lado, y la intendenta Liliana Martín por el otro. En ese escenario para el gobernador todo era «win-win». Acaba de perder una localidad.

El resto de la UCR evalúa qué hacer. Tras la famosa reunión, el mandatario puso al partido en el freezer, especialmente a los intendentes. Con el pase de Román hay más incertidumbre. Mientras todo transcurre, Daniel Sartor intenta acercar las posiciones, sabe que el destino del radicalismo está atado a Weretilneck. No tiene otra opción.

En estas condiciones Juntos tiene que defender su localía en las elecciones del 2025, con dos adversarios de distinta potencia: LLA animada y aliada a Aníbal Tortoriello y el PRO, y el peronismo sin tanto poder de fuego -por el desgaste político y social que produjo el gobierno de Alberto Fernández- y que necesita la unidad. “No sobra nadie” es la consigna.

También la sociedad rionegrina espera gestos de coherencia de su dirigencia política. Por estas cosas también se entiende el voto a Milei.