Volver al centro
(ADN).- Alberto Weretilneck quiere despojar a su partido de las disputas nacionales. Armó dos encuentros con funcionarios y legisladores para «relanzar» al gobierno entendiendo que en estos meses todo se puso patas para arriba. Recurrió -nuevamente- al consultor Mario Riorda para recalcular la comunicación, y pidió «más cercanía» con la ciudadanía. Quiere volver al centro, reconstruir la ancha avenida del medio provincialista (con la UCR y el PJ, o al menos una parte), saltar la nueva grieta y alambrar la provincia.
El gobernador detectó que el apoyo explícito a Sergio Massa detonó la interna de Juntos. Más allá que dio vía libre a los sectores anti peronistas que repartieron la boleta de Javier Milei y Patricia Bullrich, entiende que su involucramiento en ese respaldo al ex Ministro de Economía y su vínculo con Cristina Kirchner en el Senado, habían abollado el blindaje de lo provincial.
Para colmo, ganó Milei. Y el inicio de su gestión fue muy diferente a lo diseñado. La crisis de estos meses, la falta de recursos y los conflictos como el de salud replegaron al Gobierno. Ahora, Weretilneck propone volver a salir, charlar con vecinos y poner la cara, aunque no haya capacidad económica para hacer frente a los reclamos.
En síntesis, volver al centro. Al eje que le dio resultados electorales desde 2015 pero que el declive de la ultima elección, más los riesgos de intromisión de la política nacional con posibles fugas hacia los sectores en pugna (libertarios y peronistas), encendió las alarmas y el riesgo de perder el gobierno en 2027.
La definición de ayer en el Congreso le da previsión. Si la Ley Bases pasa el Senado, hay chances de firmar el Pacto de Mayo. Con reglas claras se puede gobernar, al menos se sabe con qué recursos se cuenta. Así, llegar al 2025 tiene otro color para el oficialismo.
Ahora resta saber si el renovado provincialismo es capaz de formalizar el Gran Acuerdo, abrir el Gabinete y anunciar políticas públicas de corto, mediano y largo plazo.
La pretensión de Weretilneck requiere de otros funcionarios y otras ideas y proyectos. Hay cansancio y aburgesamiento en la dirigencia.
Por lo pronto, la política de comunicación sale de los medios tradicionales para volcarse exclusivamente en las redes. La etapa de modernización requiere de mayores hazañas. La gestión de gobierno también.