Judiciales contra la reforma de la Ley Orgánica
(ADN).- Un numeroso grupo de trabajadores autoconvocados del Poder Judicial emitieron un comunicado en el expresan su rechazo al proyecto de reforma de la Ley Orgánica, en especial el artículo 153. Aseguraron haber seguido el debate en el que se le dio media sanción a la iniciativa impulsada por la jueza del Superior Tribunal Liliana Piccinini, y defendida férreamente por Juntos Somos Río Negro.
«Si algo nos queda claro luego de cada uno de los relatos esbozados en el recinto, es que no se tiene una idea siquiera aproximada de lo que implica el funcionamiento de un Poder Judicial», indicaron.
Los trabajadores dijeron que se «pretende la vulneración de nuestros derechos laborales, disfrazada de modernización» y aseguraron que «el trato humano de la Justicia a la ciudadanía es siempre a través de los trabajadores y trabajadoras, y no de la Magistratura».
El documento completo
Nos dirigimos a Uds. los y las judiciales para generar por primera vez un contacto directo desde nuestro lugar de trabajadores y trabajadoras de la Justicia, luego del tratamiento que dieron en la sesión del pasado día jueves 16/05 al proyecto de Ley 576/23 que pretende la vulneración de nuestros derechos laborales disfrazada de modernización de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Desde primera hora en aquella sesión donde se trató dicho proyecto, las personas que trabajamos en la Justicia rionegrina estuvimos atentas al desarrollo de la labor parlamentaria. Muchos permanecieron en las puertas de la Legislatura, a pesar de las inclemencias climáticas y tantísimos otros siguieron la transmisión en vivo por Youtube, prestando una atenta escucha a las distintas posturas reflejadas en los discursos esgrimidos. Si algo nos queda claro luego de cada uno de los relatos esbozados en el recinto, es un concepto ya consensuado por todos los abajo firmantes: no se tiene una idea siquiera aproximada de lo que implica el funcionamiento de un Poder Judicial. Es en virtud de ello que escribimos estas líneas, no sin antes invitarlos cuando gusten a recorrer nuestros organismos, interiorizarse en el funcionamiento del sistema judicial y profundizar sus conocimientos en la materia.
Es de suma importancia resaltar que la materia prima de la Justicia es el conflicto social en su máxima expresión. Cuando ya fallaron los planes económicos, los sistemas educativos, el rigor de las leyes que se sancionan, los programas de inclusión social, de perspectiva de género, de desarrollo humano o el sistema de salud; todo eso decanta en un único lugar. En síntesis y para ser más explícitos, cuando la política falla la sociedad aumenta su nivel de conflictividad y eso se derrama en nuestro espacio de trabajo: el Poder Judicial.
Los y las judiciales somos quienes recibimos a cada ciudadano y ciudadana cuando le urge una sentencia del Estado que ponga coto a una situación desigual, irreparable o violenta; ejerciendo nuestra tarea con empatía, profesionalismo y vocación en ese tránsito infernal que es la búsqueda de Justicia. No son los jueces, no son los políticos, ni son los legisladores. Somos los y las judiciales.
Ser judicial es una vocación que atraviesa nuestra vida más allá del horario laboral: los nombres, las víctimas, los hechos, están en nuestra cabeza dando vueltas las 24 horas del día. Cuando un grupo de judiciales se junta a cenar un fin de semana, el tema de conversación orbita permanentemente en nuestro trabajo, que es la vida de las personas desde una perspectiva siempre conflictiva y dolorosa. Los judiciales, hasta la fecha y en tanto y en cuanto no aprueben esta ley, somos personas que ingresan a un Poder del Estado mediante concurso, y ascendemos mediante concurso -salvo por la alarmante e injuriosa cantidad de subrogancias discrecionales que dictan los magistrados y no vemos que ustedes limiten en el tratamiento de esta ley.
Sin embargo, los acuerdos básicos respecto del trabajo judicial han sido vulnerados ya en la Ley K 5190 y las reformas ipso facto que ha realizado el Poder Judicial en los últimos siete años. Por ejemplo, profesionalizando los cargos de funcionario de ley o aplicando el contraturno. A propósito de este último: ¿saben lo que significa exponerse seis horas del día a atender un conflicto detrás de otro? ¿cuántos relatos de abuso sexual están dispuestos a leer por día? ¿cuántos testimonios de madres desesperadas denunciando el maltrato y abandono que reciben sus hijos e hijas? ¿cuántas niñeces y adolescencias que son violentadas una y otra vez? Nosotros allí vemos personas, no votos, estimados legisladores.
Los cambios que viene planteando el Plan Estratégico del STJ han servido para brindar un servicio más ágil, en efecto, y más completo a los ciudadanos y ciudadanas de nuestra Provincia. Cambios de los cuales hemos sido parte fundamental y de los cuales hoy sentimos un enorme orgullo. No obstante, y sin perjuicio de ello, también se ha impulsado la destrucción de nuestra carrera judicial y de nuestro salario. Así, lo que obtendrán a la larga es el desmedro del servicio de justicia ya no en términos cuantitativos, sino en términos cualitativos. Pues les repetimos: el trato humano de la Justicia a la ciudadanía es siempre a través de los trabajadores y trabajadoras, y no de la Magistratura.
Si han llegado hasta aquí agradecemos su atención e interés y les rogamos reconsideren su postura y, fundamentalmente, eliminen del proyecto el artículo 153; reconsiderando además el marco jurídico general sobre el cual se piensa y se estructura la Justicia rionegrina, siempre -no pedimos más- desde la perspectiva de la ciudadanía y su interés, que es el de todos.