Apuesta dura para que el GNL se radique en Río Negro
(ADN). -La instalación de la planta de Gas Natural Licuado (GNL) en la costa atlántica rionegrina se convirtió en la nave insigna del derrotero gubernamental para el resto de su gestión. El tema lo asumió Alberto Weretilneck, que teje relaciones y apoyos de sectores provinciales para logar este proyecto, sobre todo cuando estos núcleos económicos, sociales y productivos, están inertes para visualizar la impotancia del proyecto, que podría equilibrar a la región respecto del Comahue, con los beneficios de Vaca Muerta.
El viernes pasado, el titular de YPF, Horacio Marín le pidió por carta al mandatario provincial, precisiones sobre el RIGI, preguntó cuál es el régimen provincial impositivo, medidas de impulso a las radicaciones, exención de tasas municipales, permisos ambientales y garantías de los terrenos en los puertos, ante la posibilidad de instalar la planta de GNL.
Weretilneck respondió la misiva una vez que la Legislatura aprobó la ley de adhesión al RIGI, cumpliendo así con los requerimientos establecidos por YPF, en el ánimo de posicionarse como un candidato firme para tener en la provincia una planta gasificadora que permita el atraque de buques para la exportación de gas.
La decisión final ahora depende de la evaluación de YPF sobre las respuestas del gobernador y valorar frente a otras opciones, el potencial del Golfo San Matías y convertir a Sierra Grande, en un polo de exportación de petróleo y gas, producidos en Vaca Muerta. Además, que compite con Bahía Blanca para la instalación de la planta de GNL.
Cabe destacar que Panamerican Energy manifestó su intención de exportar gas licuado a través del golfo rionegrino, frente a la empresa Petronas que proyecta esta radicación, en Puerto Rosales.
En estos momentos operan ocho buques regasificadores en Escobar, por parte de Exelerate Energy y otros cuatro atracan en Bahía Blanca, operados por Petronas. En ambos apostaderos hay problemas de operatividad, en Puerto Rosales por el calado y en el Río de la Plata, el problema es que la terminal se encuentra en un canal muy estrecho, donde sólo puede circular un barco de gran porte a la vez, que miden unos 300 metros de eslora y deben contar con el soporte de la Prefectura para poder entrar y salir, con la ayuda de un remolcador que le permite girar en 180 grados.
La operación se calcula en 12 horas de conexión de mangueras y unas 36 horas cuando se suma el proceso de descarga del fluido. No obstante, al sumar las maniobras de amarre y de entrada y de salida del canal, toda la operación requiere unas 60 horas.